El UCAM Murcia se aprovecha de un Bilbao Basket bajo mínimos

La sensación general es que el Murcia es el equipo que mejor está acabando el año dentro de ese orbe ajeno al territorio playoff. Y que incluso puede incordiar al Valencia como octavo pasajero de la fase regular, aunque el equipo taronja lo tiene en la mano y debería liarla mucho para que no se cuele entre los elegidos. Ahora mismo están igualados a victorias (16), aunque los de Mumbrú aún deben jugar contra el desahuciado Fuenlabrada. La última jornada les empareja con un Breogán en caída libre y los de Sito visitan al todopoderoso Barcelona, un líder con todas las de la ley. El grupo que va del nueve al doce clasificados, con los universitarios, el Bilbao Basket y los gallegos del Obradoiro y Breogán, está sosteniendo una interesante pelea con los billetes europeos y la meta de escapar de la previa Champions por medio. El UCAM ha sido el único que ha levantado los brazos este domingo. Tiene plantilla para alejarse de todos ellos y es lo que ha hecho, porque ha añadido a su grupo a Chiozza, un ex Warriors, un jugador con enorme pedigrí. Llevan cuatro triunfos seguidos, seis en las siete últimas jornadas y Sito lanza eso de que es “feliz, eternamente feliz”. Cuando parecía a apuntar a una campaña gris por el decimotercer peldaño o así, ya tiene como mínimo el noveno. Si esto llega a durar un par de semanas más igual se le corta la respiración a alguien en La Fonteta.

Ver al Bilbao Basket ahora mismo produce lástima. Lo de las lesiones es una lacra. En Suecia con la familia está Hakanson, su estrella. En su casa de Málaga tras operarse en la rodilla se encuentra Francis Alonso, otro generador, que estaba remontando el vuelo tras un año tortuoso y se quería erigir en uno de los sustentos ofensivos por la ausencia del base nórdico. Todo aquel jugador susceptible de dirigir al equipo se ve sometido a una desconocida maldición. Radicevic, que no deja de sufrir extrañas dolencias en acciones poco forzadas, ha caído tocado en la rodilla izquierda en el segundo cuarto en Murcia. Y Ubal, que acudía al Palacio con una fascitis plantar, ha sufrido un fuerte esguince de tobillo en el pie izquierdo y ha abandonado la pista ayudado por dos compañeros. Saludando a los críos que querían chocar palmas, eso sí, que en este equipo falta físico pero sobra corazón. El desequilibro en la plantilla con tanta brujería es evidente, el perímetro se queda desnudo frente al ‘overbooking’ de hombres grandes. Parece imposible salvar tanta zancadilla. Smith ha jugado más tiempo del que le gustaría de uno, lo que le resta frescura para hacer puntos, y Rabaseda ha improvisado como batuta. El resultado es la undécima derrota seguida en la ACB para los vizcaínos, 14 sumando las de BCL. Todo lo que no fuera una paliza sería notición, y se ha mantenido erguido. Cero que reprochar a un vestuario tan golpeado por el infortunio.

Era el cuarto enfrentamiento entre ambos equipos en la presente campaña, se conocen de sobra, y mientras los universitarios han engordando en plantilla y calidad, los vizcaínos se han dedicado a entrar en masa a la enfermería. El UCAM se ha llevado los dos choques de Champions y este de la segunda vuelta, y el Surne se pudo sacar la espina con una paliza en Miribilla en Liga. Un partido de los que levantan ampollas. El cuadro de Sito, evidentemente, no tuvo que hacer magia para llevarse un pulso que era muy sencillo. Empezó Nikolic arrancando un encuentro que no se vio por Bilbao ni por asomo en todo un año. Sorprendió su puesta en escena, sin duda alguna. Los locales abusaron del triple de salida pero su muy buena defensa y el rotundo dominio en el rebote les permitieron mandar desde el comienzo con un 9-0 de parcial.

Ponsarnau sacó chispas a su libreta, juntando de nuevo a Withey, con menos ritmo que una piedra, y Tsalmpouris. Nikolic y Pustovyi corrían la pista para adquirir las primeras ventajas locales. McFadden metió uno de esos triples-mandarina al estilo Llull que le servía para superar tener 182 y superar a Benite, el tercero en la historia del club grana: 27-16. El equipo tiró de nostalgia con una camiseta que recordaba al histórico Júver que ascendido a la élite en 1990, aquel de la larga polémica por la alineación indebida de Esteban Pérez.

Los porcentajes en tiros de dos de los visitantes eran terroríficos: 11 por ciento al final del primer acto. Estaban muy superados en defensa, les faltaba producir en los primeros segundos de posesión, ser verticales. Todos sus lanzamiento eran bien defendidos y las recuperaciones y el rebote daban alas a los pupilos de Sito. Tras estar el choque varios minutos interrumpido por la indisposición, en concreto una bajada de tensión, de un espectador que fue evacuado de la grada en camilla, la vuelta a la cancha mostró a un Bilbao Basket más decidido y eso le sirvió para acercarse en el tanteador y llegar al descanso a seis puntos (30-24). Withey contribuía a reducir la diferencia inicial en el juego interior.

Tras el intermedio, el envite se reanudó con dos triples seguidos anotados por Jelínek, una bandeja de Radovic y un mate de Pustovyi y ese 10-0 volvió a disparar a los murcianos con su máxima ventaja hasta ese momento (40-24). La cosa se les puso muy clara: 45-27. El contraataque era solo suyo: 10-0 en ese lance del juego. Pero los ‘hombres de negro’ nunca se dan por perdidos, se levantan aunque les des el tiro de gracia. Apretaron atrás y se fiaron de su líder Smith. Hay tres cincos en las filas del Surne, pero solo posteaba Sule, al que intentaban alejar lo más posible del aro con el enorme físico universitario. Con 49-41 parecían atisbar una matinal heroica, aunque Tsalmpouris falló dos triples en una misma posesión y en la siguiente hizo lo propio Smith, con un balón que quedó encasquillado entre el hierro y el cristal.

El intento de remontada del Bilbao Basket se quedó en eso porque otra mejor puesta en escena de los murcianos abrió más el hueco con un 9-0 ya casi definitivo a esas alturas de encuentro (58-41). En todo caso, aún quedaba partido, los vizcaínos pudieron sobreponerse a otro pésimo inicio de cuarto. La relajación de los locales, que encajaron ese mismo 0-9 en apenas dos minutos, hizo ver a estos que podía peligrar su triunfo. Chiozza, toda una estrella en la ACB, no anotó hasta que restaban 3:27, un triple para el 61-50. Rompió la sequía local y frenó el ímpetu visitante. Las pérdidas abandonaron al Bilbao a su suerte y el choque se cerró con un mate de Postovyi en contraataque. Ponsarnau ya sabe que si ganan a Unicaja en el cierre de campaña serán décimos y entrarán en la Champions.

Sito resalta que el UCAM Murcia “supo aguantar desde la defensa”

Sito Alonso valoró que su equipo “supo aguantar desde la defensa” para vencer en el Palacio de los Deportes y no ocultó su felicidad por la reacción de un equipo como el universitario que enlaza cuatro triunfos en la Liga Endesa. “Fue un partido bastante trabado en el que cada equipo intentó marcar su ritmo y cuando lo hicimos nosotros logramos diferencias a favor ante un rival que hizo un buen partido. Nosotros supimos aguantar desde la defensa para evitar que ellos anotaran con facilidad”, indicó a modo de valoración en la sala de prensa tras el choque.

El técnico madrileño resaltó “la valentía” de Klavzar, “la fuerza” de Pustovyi y el hecho de que Nikolic “marcara el camino en el inicio”, así como “el ambiente del Palacio, que registró una muy buena entrada y todo fue fantástico para nosotros”, aunque al mismo tiempo dejó claro que queda trabajo por hacer. “La temporada no acabó para nosotros e iremos a Barcelona a competir y a tratar de conseguir la victoria”, avanzó, consciente de lo complicado de ganar en el cierre de la temporada regular ante el Barça en el Palau Blaugrana.

Ponsarnau: “Tenemos pocas cosas que reprocharnos, pero sí algunas”

Ponsarnau lamentó la mala suerte de su equipo. “Tenemos pocas cosas que reprocharnos, pero sí algunas como el inicio del partido y del tercer cuarto y se vio que tenemos algunos jugadores que son diésel y eso el rival lo aprovecha. No encontramos el momento adecuado ni el acierto, aunque el equipo respondió con mentalidad”, declaró tras el partido disputado en el Palacio de los Deportes de Murcia frente al UCAM. “Cuando se nos lesionó Nikola tuvimos que ir improvisando y ya con la lesión de Agustín se cayó todo y hasta Xavi Rabaseda tuvo que jugar como base, pero el equipo tuvo compromiso y energía para luchar hasta el final”, siguió diciendo.

Con 55 puntos es complicado ganar en la Liga Endesa y es que el Bilbao Basket encontró problemas para atacar la sólida defensa universitaria. “Tuvimos errores en los tiros libres y bastantes pérdidas de balón, pero estamos orgullosos de la mentalidad que mostramos”, señaló también su entrenador. “Estoy muy contento con la clasificación del equipo. Vamos novenos y con opciones en la pelea por la octava posición. Somos el único equipo que puede arrebatarle esa plaza al Valencia Basket, que es un equipo muy bueno, y eso me hace muy feliz”, manifestó el entrenador universitario.