El Manresa se lo pone difícil al Baskonia pero cae en el Buesa
Sensacional partido de Alston, el hijo del mítico jugador que le ganó la liga al Baskonia a finales del siglo pasado junto a mitos como Chichi Creus.

El conjunto vitoriano afrontó el partido con la baja de Kamar Baldwin, con un dedo la mano roto. Moneke era duda por anginas, jugó pero lo hizo en un tono bajo. Hall se lesionó al final del primer cuarto por un golpe y no volvería a comparecer a partir de ese instante. Primero fue a los vestuarios y luego vio el choque desde el banco. Posterimente, Jaramaz dio también el susto antes de terminar el segundo. En el conjunto del Bagès, ni Traore ni Hunt viajaron pero el equipo recuperó a Sorolla, al menos para el listado. Luego jugaría muy poco.
El choque fue muy igualado en el primer cuarto. Obasohan jugó con máscara pero el que destapó fue Alston JR. Autor de la primera canasta del partido, con respuesta de un triple de Tadas Sedekerskis instantes después. El partido iba empatado a 8 puntos en el minuto 5. A Alston le hicieron falta solo seis minutos para conseguir 9 puntos mientras que a un Markus Howard muy enchufado, 7 minutos para conseguir los mismos, 9 puntos. 21-10 al final de la primera entrega y a seguir trabajando en los dos lados de la cancha.
El segundo cuarto fue catalán ya que los de Laso no defendían duro, estaban fallones en ataque y cometían pérdidas ridículas. El técnico vitoriano movía continuamente el banquillo aunque no le daba resultado. Ocampo, sin embargo, combinaba bien sus posibilidades. Los bases dirigían, Cate hacía daño en la pintura y Alston seguía a lo suyo. El hijo de aquel Alston del TDK que le ganó la liga a Scariolo en los años 90, se ponía las botas. En la segunda parte bajaría su producción sensiblemente. Para el minuto 15 ya llevaba 14 puntos. También Howard se movía en esos registros. Al descanso, 41-46.
En la segunda parte, los vitorianos fueron superiores, remontaron poco a poco y luego supieron gestionar las diferencias. Howard llevaba 23 puntos en el minuto 23. El choque iba empatado a 54 en el 25 pero llegó la reacción local y se empezaron a gestar las diferencias (67-64, min. 27). Reyes recibió un golpe en la cara que le mantuvo un rato en el suelo aunque luego se levantó y siguió jugando. Ocampo demandaba equilibrio en las decisiones arbitrales ya que pensaba que los contactos no se pitaban igual en las dos zonas.
En el último periodo emergió la energía de un Moneke bastante desdibujado hasta entonces. Con el 74-71 llegó la técnica al entrenador manresano, que luego estuvo coqueteando con la descalificante. Faltando cuatro minutos para terminar, la diferencia local era ya de diez puntos (81-71). Los catalanes, con un Saint-Supery muy metido, amenazaron con el acercamiento a 4 puntos (84-80) pero un triple y una bandeja de Nikos Rogkavopoulos pusieron la guinda al partido. El griego se quedó para tocar el bombo con el que se celebran las victorias mientras Ocampo se marchaba diciendo `no´ con la cabeza, muy fastidiado con la actuación arbitral.
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