El Bilbao Basket solo disfruta si arrasa
Nuevo vapuleo en un torneo que no da el nivel. Ante el Prievidza, récord de menos puntos en contra: 46.


La trayectoria del Bilbao Basket, el vigente campeón de la FIBA Europe Cup, está salpicada de palizones en un torneo que es de poca monta hasta que llegan los cuartos de final. Para un representante ACB lo normal es pasearse en las fases previas. Y es lo que ocurre con los pupilos de Ponsarnau, que van de meneo en meneo, en ocasiones con cromos repetidos, como esta perita en dulce de Prievidza, un equipito que falla más que una escopeta de piedra.
Los ‘hombres de negro’ siguen su ruta hacia el liderato de grupo, que volverán a pelear con un representante griego, como en la fase anterior con el Peristeri. Será ante un viejo conocido como el PAOK, el finalista que vio cómo la corona de este 2025 iba hacia Miribilla. Los otros dos, Prievidza y Sporting de Portugal, están llamados a ejercer de comparsas. Como no hay partido sin récord, pero cada vez hay que rebuscar más entre las marcas, esta vez se batió la de menos puntos recibidos en un compromiso europeo: 46-83, un punto menos que ante el Nymburk en la Eurocup el 23 de marzo de 2010 (47-59). Es el tercer tope histórico que alcanza esta temporada el Surne en Europa tras los de mayor anotación ante el Kutaisi georgiano (117-540) y mayor ventaja ante el Brno checo (+54, 51-105), conseguidos en la primera fase.
Los eslovenos son gente maja. Aplaudieron y aclamaron al visitante al final, lanzaron la lluvia de peluches solidaria en medio del partido cuando su equipo anotó el primer punto, de tiro libre, y durante los 40 minutos trataron de hacer un ruido que hasta resulta contagioso por lo acompasado con aplaudidores. Para ruido el de la máquina apisonadora del Surne. Su mascota Jano es un minero y a ese nivel, subterráneo, juega a baloncesto la plantilla. Dos vuelos y tres horas de bus no tienen mayor importancia en el cansancio de un equipo vasco que sacó su espada y cortó cabezas como rosquillas para merendárselas.
Lo peor fueron los infortunios adyacentes. Normantas causó baja por precaución tras jugar con molestias en la espalda ante el Lleida y entró en su lugar en la convocatoria Errasti. Durante el partido cayeron Frey y Sylla. El Surne puede acumular un año sin ganar fuera en ACB, tiene su última oportunidad el domingo en Lugo ante el Breogán para no cerrar ese círculo horroroso. Pero en Europa se desata como si fuera el rey. Todos los jugadores campan a sus anchas.
Lazarevic, por ejemplo, hinchó sus números como nunca. Y Hlinason gobernó en ambas zonas porque su figura se agiganta aún más en la Europe Cup. El Bilbao Basket cogió velocidad de crucero desde muy pronto y marcó el ritmo que le convenía. Fue un triunfo previsto desde que se conoció el calendario, en el que los de Ponsarnau no dejaron dudas desde el principio, con un 12-27 en el primer cuarto. El físico del Prievidza tampoco le alcanzaba para plantar cara al rival y el rebote era abrumadoramente visitante.
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Con un mal día en el tiro del base Toussand (11 puntos, pero con un patético 3/15 en lanzamientos de campo) lo único destacable fue el trabajo cuando el partido estuvo más vivo de Tolbert (11 y 4 rebotes, aunque -33 con él en la pista). En el último cuarto la cosa ya tomó tintes de zurra y con 0-11 el Surne se fue a 31 puntos de diferencia (39-70). La duda sólo estaba en saber dónde pararía el contador del galletazo. En definitiva, uno de esos choques en los que no hay color, que levantan bostezos porque solo son entrenamientos con público de un equipo infinitamente superior. Tras las batallas duras, casi épicas, ante Granca y Lleida, esto era una verbena. Pero la perenne alegría no se la quita del cuerpo a nadie en Bilbao.
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