El Bilbao Basket estaba a otras cosas ante el Nymburk

El Bilbao Basket tenía la cabeza en cualquier otro sitio menos en Miribilla, por primera vez en mucho tiempo. Por ejemplo, en celebrar este fin de semana las fiestas navideñas. O en el martes, en ese partido que es la cúspide de cualquier jugador ACB, por recibir al Madrid, el mejor equipo del mundo ajeno a la ACB en compañía del Anadolu. El cuerpo se batía ante el Nymburk, pero la mente estaba atenta a todos esos frentes y a las otras canchas en las que se discutían los posibles rivales para la siguiente fase. Estaba cantado que el Tenerife volvería a Miribilla, donde se coronó rey de la Champions este año. Y completarán el grupo los ganadores del play-in de Murcia-Karsiyaka y Benfica-Darussafaka. Opción de tres equipos españoles, algo que no apetece mucho a nadie, porque si algo gusta es explorar nuevos equipos y valorar cómo está el baloncesto por horizontes lejanos.

Eso era lo que flotaba en el ambiente en Bilbao. Lo más cercano, lo que se podía tocar y ver a escasos metros, era un partido insulso ante el Nymburk, en el que no había nada en juego, pues los ‘hombres de negro’ tenían el liderato asegurado y los checos, estaban fuera pasara lo que pasara. Curiosos los enfrentamientos con ambos. Un 0-4 para los vascos en suelo ajeno y un 1-3 del Nymburk en Bilbao, solo cayó en el origen de la serie entre ambos, en 2008, un 93-72. El Surne cerró la fase de grupos muy escaso de motivación y este equipo sin tensión puede perder hasta con un EBA. Sin ningún aliciente competitivo, se trataba de dar cuerda a los que cuentan poco en la Liga, como Ubal y Rosa, y rescatar del precipicio de la desconfianza a Francis Alonso. No se logró del todo esta misión. El ex de Unicaja acabó con 3/10 en tiros de dos y un rosco en triples sobre seis intentados. Un tipo que es internacional, por mucho que sea en estas Ventanas que elevan a jugadores de segundo nivel, no puede quedar tan estancado, su calidad es indiscutible.

La escasa intensidad defensiva y la falta de acierto del equipo de Ponsarnau, con un 8 de 29 en triples, puso en bandeja el triunfo checo. Es curioso, los bilbaínos han amarrado el liderato con dos derrotas en casa, ante equipos débiles como Igokea y Nymburk. Kyser fue el único que se tomó en serio la velada. Eso sí, en los visitantes lució, en un gran escaparate para quien quiera verlo y ficharlo, Simmons, autor de 27 puntos, bien apoyado en la dirección por el base Klassen (19 y 9 asistencias). El partido comenzó sin atención defensiva y el Bilbao Basket logró la que fue su máxima renta (17-13) a 53 segundos del final. Los checos tomaron el mando y se fueron a 11 de ventaja (24-35, m.15). Ganaban la pintura con mucha facilidad y, a partir de ahí, sumaban con bandejas o sacando hacia fuera.

El paso por vestuarios no aclaró las ideas de los de Ponsarnau que trataron de hacer la goma en el marcador (53-59, m.29), aunque sin la continuidad necesaria. Ya en el último parcial, un triple de Simmons colocó un 55-69 que pareció definitivo. El Surne Bilbao tiró de orgullo para intentar cerrar la derrota con algo de maquillaje. El técnico de Tàrrega intentó variar el ritmo con una zona 1-3-1 después de tiro libre, pero no encontró reacción. Los tiros del cuadro checo apenas eran punteados. Amagó con una remontada el cuadro vizcaíno (69-74, m.36), pero de de nuevo Simmons se encargó de abortar permitiendo al Nymburk despedirse decorosamente de la Champions.

Ponsarnau: “El experimento nos ha salido mal”

Ponsarnau lamentó que “el experimento” que realizaron frente al Nymburk en un partido que el equipo vasco encaraba ya clasificado para la siguiente fase como primero de grupo de la Champions “salió mal” y lo pagaron con una derrota por 71-81 en Miribilla. “Habíamos plantado un partido para cambiar roles, buscar confianzas en más jugadores y probar cosas tácticas nuevas, pero no encontramos un buen nivel de juego y el Nymburk, con jugadores muy inspirados, nos ha hecho daño”, admitió el técnico de los ‘hombres de negro’ tras el partido.

Para el preparador de Tàrrega, “la lección más importante” que pueden sacar de este encuentro es que si no afrontan los partidos “al cien por cien” son un equipo “flojillo”. “De lo que más nos hemos lamentado internamente es que no hemos dado la imagen que queríamos ofrecer a nuestros aficionados. Lo hemos intentado de una manera diferente, pero no hemos hecho un buen juego”, concluyó.