El Bilbao Basket acecha a la Copa

El Bilbao Basket tiene siete victorias en el zurrón, en 12 jornadas. Un botín fabuloso para un equipo que en verano vio salir a su emblema como jugador-entrenador (Mumbrú) y al que se le cayó por lesión su hombre franquicia, Goudelock y su capitán Rigo, alma del vestuario. Abrió el curso de cine y, sin haber llegado a Navidad, ya tiene muchísimo terreno de la permanencia recorrido. Pero empieza a quedarse corta esa meta de conservar la categoría. Ahora mismo, con cinco partidos por disputar, hay una ocasión única para pelear por la Copa. Con dos o tres se puede sacar el billete para Badalona. La ambición es máxima y después de tanto esfuerzo, no es cuestión de conformarse o dejarse ir. En el Nou Congost el equipo de Ponsarnau ofreció un ejercicio de solidez, por momentos autoritario, un golpe en la mesa tras la amargura ante el Obradoiro. La derrota ante los santiagueses queda sumergida en el olvido tras una paliza europea entre semana ante el Bahçesehir y una noche placentera en el Nou Congost. El cansancio por la cita de Turquía ni se notó. Betis y Manresa van de la mano. El primero se descabalgó ante el Breogán e instantes más tarde, el cuadro del Bages, al que ni los fichajes sacan del letargo, se vio impotente ante otro enemigo de perfil medio-bajo: cuarta derrota seguida. El Girona de Marc Gasol anda por ahí, en el terreno de los candidatos al drama.

Para los ‘hombres de negro’, será clave la vuelta a la Liga el día 27 ante el Real Madrid. Palabras mayores, aunque la fe de este grupo es infinita, tras el azote de la desgracia con las lesiones. Jugar por una meta tan bonita, sin el agobio que acorrala a los que llevan solo dos triunfos, es puro deleite en Miribilla. Tercer triunfo a domicilio tras los de Badalona y Zaragoza. El Surne fue implacable, un grupo con mucha anotación en el primer tiempo, una gran defensa ante la amenazante transición manresana (apenas se sumó en el choque al contraataque), un mejor rebote y el liderazgo de Smith. Estuvo mucho más preciso en los momentos decisivos. Aguantó bien las embestidas del equipo de Pedro Martínez, con alguna laguna, eso sí, a la hora de encontrar puntos. El instante comprometido llegó a 5:54 para acabar: un 68-72, tras canasta de dos de Harding. Pero no flaqueó, jamás se vio por debajo en el marcador (lo más que concedió, un empate a 9), y mostró una mentalidad infranqueable. No es un equipo que se pasee por la pista, saca los partidos con mucho sacrificio. Y cada vez se muestra más fiable. La última rotación de Withey y un Sule que va reencontrándose con su juego fue importante para acabar de desarticular al adversario.

El Manresa quiso imponer su ritmo alocado desde el salto inicial. Es un equipo muy activo, que mete manos constantemente en defensa, la revelación del año pasado, pero por entonces había muchas más armas que ahora. Ha mejorado con Ferrari, pero no le llega. El cuadro vizcaíno tuvo más clarividencia que un Baxi que estuvo impreciso en pases y tiros a canasta. Vaulet ejemplificaba la ansiedad local por salir a flote: puso un tapón y corrió el primero al contraataque para anotar el empate a 28.

El segundo parcial arrancó con un intercambio de canastas constante. El equipo manresano salió más enfocado y consiguió igualar el marcador. Pero fue solo un espejismo y el Bilbao Basket volvió a distanciarse (31-45, min 18), con un juego muy equilibrado interior-exterior. Tras el descanso, el conjunto catalán empezó de nuevo con un buen ímpetu. Pero sus esfuerzos no causaron un impacto notable en el resultado frente a un Surne bien posicionado. La defensa blanda de los del Bages mantuvo la diferencia de 10 puntos (55-65, min 27). Un triple sobre la bocina de Tass recortó las distancias. Hakanson, otra gran tarde en la oficina, cogió el timón de nuevo y el equipo bilbaíno llevó el gobierno del choque sin aparente flaqueo. Harding fue castigado con técnica tras una advertencia, por abrir las piernas y simular una falta. La gente empezaba a impacientarse. Los nervios jugaron en contra del Baxi, una máquina de tirar y fallar triples. Ante ese agobio, la serenidad de un equipo que quiere brindar por la Copa.

Pedro Martínez: “No han sido mejor equipo que nosotros”

Pedro Martínez ha señalado que su equipo no ha hecho un peor partido que el rival y que, tras una mala primera parte, han jugado un mejor segundo tiempo, con más esfuerzo, pero ha incidido en que “no ha sido posible”. “Hemos tenido ciertas acciones de mala suerte en el final del tercer cuarto y, desgraciadamente, no hemos sido capaces de ganar el partido o ajustarlo más en los últimos minutos. En la primera mitad, la defensa no ha sido buena”, comentó el entrenador. Al mismo tiempo añadió que le hubiera gustado “un poco más de consistencia” y “ser más sólidos detrás”. “Hay fallos, acciones propias de la ansiedad, no estamos todo lo acertados que debíamos en tiros libres. Pero lo más grave es en defensa. Pese a eso, el equipo ha luchado y no se ha dado por vencido”, ha concluido.

Ponsarnau: “Desde la solidez hemos encontrado el baloncesto”

Ponsarnau considera que su equipo hizo méritos suficientes como para llevarse la victoria, pese a que delante tuvieron un equipo competitivo que les plantó cara en algunos momentos del partido. También ha destacado el peso de la solidez de su equipo para encontrar el equilibrio en su juego. “Les ha faltado más solidez en el juego interior, pero si se hacen bien las cosas, seguro que los resultados van a llegar. Las circunstancias de Baxi Manresa son difíciles, sobre todo por la cantidad de entrenamientos hechos sin tener el equipo listo. Pero seguro que encontrarán la forma de vencer”, comentó Jaume Ponsarnau.

Respecto a la situación del Baxi Manresa, también añadió que “pese a la derrota, los jugadores que suben, el entrenador y los últimos movimientos del club, son elementos tranquilizadores que marcan el camino a seguir para ser competitivos. Saben cómo quieren jugar, solo falta un poco más de solidez. Con esto, los jugadores harán mejor las cosas y los triunfos van a llegar”.