La gran Copa de Europa

La Copa es la joya moderna de la canasta española, pero también del baloncesto europeo. Lo decimos aquí, que queda más feo; aunque nos lo aseguran desde fuera una y otra vez: no hay otro evento en el Viejo Continente como este (salvo la Final Four, claro). Es la gran Copa de Europa, y más aún en 2023, con los cuatro participantes ACB en la Euroliga entre los ocho primeros y los once clubes en competiciones continentales con el mayor porcentaje de victorias de cualquier país. A la vanguardia del Viejo Continente.

La Copa es una de las fiestas más bonitas de nuestro deporte, con gran protagonismo de las aficiones y bastante emoción, aunque esa etiqueta de imprevisible se ha perdido un poco de un tiempo a esta parte, de 2010 en adelante. En las 13 últimas ediciones los vencedores han sido siempre el Barça (siete títulos) o el Madrid (seis) y ambos han protagonizado además nueve de esas finales. Eso, seguro, no se repetirá esta vez: como máximo se enfrentarán en semifinales si superan el durísimo inicio de cuartos de hoy ante el Unicaja, los azulgranas, y el Valencia, los blancos.

Badalona, una de las cunas de la formación de jóvenes promesas, celebra de ­nuevo la Copa 38 años después de que el Joventut perdiera la final ante Corbalán, Iturriaga, ­Jackson, Martín, Romay y compañía. No al nivel de entonces, pero la Penya vuelve a tener un equipo para soñar con la gesta y es uno de los candidatos a convertir el torneo en la Copa del cambio, la que acabe con la hegemonía de los dos gigantes y recupere el factor sorpresa, ese que llevó al boom de la competición en la década de los noventa con siete campeones diferentes en siete ediciones seguidas entre 1992 y 1998: Estudiantes, Madrid, Barça, Baskonia, Manresa, Joventut y Valencia. De los siete, por cierto, cinco estarán en la edición 87 en el Palau Olímpic. La mala noticia para los locales es que la llamada maldición del anfitrión sigue vigente: nadie gana el trofeo en casa desde que lo hiciera el Tau en Vitoria en 2002. Antes solo lo logró el CAI Zaragoza en la primera fase final bajo las siglas ACB, la de 1984.

Tanto verdinegros como baskonistas, que se verán las caras mañana en el último turno de cuartos, persiguen su sitio en la final por el lado menos salvaje del cuadro, en el que se cruzan también los dos clubes canarios, el Lenovo Tenerife y el Granca en un duelo histórico para el baloncesto insular. El Cazoo Baskonia ha marcado en rojo este fin de semana largo, lo han hecho sus seguidores, que sueñan con recuperar, al ritmo de Markus Howard, su idilio con el trofeo, ese que les dio cuatro triunfos en la primera década del siglo, incluido el último (2009) de los no ganados por los dos clásicos.

En el pulso de merengues y culés hay otro aliciente en liza, el trono absoluto: el Barça, con 27 títulos, pretende cazar al Madrid, rey de la Copa, con 28. En lo individual, Llull y Rudy aspiran a igualar las siete conquistas de Navarro y Felipe Reyes, aunque muy por arriba quedan las diez de Luyk y Epi, dos leyendazas.