El Casademont Zaragoza toca el cielo

Y lo imprevisible se hizo real en el bullicioso Príncipe Felipe de Zaragoza (10.800 espectadores). Parecía impensable, una auténtica locura imaginarlo hace apenas cuatro días, pero contra todo pronóstico, el Casademont Zaragoza alzó al cielo la Copa de la Reina 2023. Es su primer trofeo copero de siempre, el primero en una cortísima historia que comenzó en 2020 cuando el club ACB se encargó de mantener vivo el baloncesto femenino zaragozano, en coma por los problemas del Mann-Filter.

Una conquistó mayúscula, inopinable. Casi imposible por su recorrido porque tras doblegar al Kutxabank Araski en cuartos, el Casademont Zaragoza midió sus fuerzas, su energía, su entusiasmo con dos de las ballenas blancas del baloncesto español: el Valencia sucumbió en semifinales ante las seis puñaladas de Vega Gimeno desde el perímetro y, en la gran final, el Perfumerías Avenida (55-51) fue el que puso rodilla en tierra ante el atronador vigente campeón de Copa y una afición apasionada, incansable, que se frotaba los ojos ante una delicia que no cataban en la capital de Aragón desde 1990.

Las charras, las reinas del torneo con diez, ocho en las últimas 11 ediciones, en una de sus temporadas más convulsas, se vieron superadas en la final con menor anotación desde 1975 por su mal arranque de último cuarto, en el que estuvieron cinco minutos sin anotar. Una sequía que fue su perdición y que las de Carlos Cantero supieron aprovechar con un parcial letal de 12-0 (del 37-42 al 49-42) guiado por ocho puntos de la elegante Helena Oma. Los nervios y las prisas pudieron con las salmantinas, que se pusieron a dos a falta de 29 segundos (52-50).

Oma, 14 puntos y MVP de la final, fue la encargada de levantar a las suyas cuando Vega Gimeno, la heroína de semifinales, fue expulsada en el minuto 23 por una antideportiva al cortar un contraataque y una técnica por simular una falta. Parecía el principio del final para las anfitrionas, que sufrían en esos instantes el mejor momento y la máxima diferencia (25-34) a favor del Avenida, que ya se veía con la undécima… pero el mundo dio un giro de 180 grados. Las lágrimas de la valenciana parecieron espolear a las suyas: tres triples seguidos (Fiebich, Oma y Alonso de Armiño) en solo 90 segundos y la enésima aparición de Markeisha Gatling abrieron la puerta a la remontada.

La pívot de Carolina del Norte fue vital. Pasó de no anotar en sus primeros siete minutos a cosechar 10 puntos en los siguientes ocho, castigando sin piedad la zona rival, a una perdida Reisingerova (0 tantos, 10 minutos, 5 faltas) y a Fasoula. Nadie podía con ella y su incidencia creció hasta alcanzar los 18 puntos y 11 rebotes para 21 de valoración. Solo a la vuelta del descanso, el Perfumerías supo frenar (aunque en un breve periodo de tiempo) a una bestia a la que siguieron todas sus compañeras, desde una Alonso de Armiño inteligentísima en los últimos suspiros de la final hasta una sobria Fiebich pasando por la eléctrica Tate y la dirección inteligente de Grande y Mariona Ortiz. Gloria eterna al campeón imposible. Zaragoza vuelve a ser gigante.