Año nuevo, más de lo mismo
El Bilbao Basket logra ante el Andorra su tercer triunfo consecutivo, con el liderazgo de Pantzar, Gielo y Hlinason
¡Qué bien le sienta al Bilbao Basket desprenderse de Europa! Dicho sea por adelantado, todos quieren estar en la FIBA EC, desde los que poblaban La Casilla hasta los que se acomodan en el moderno Miribilla, pero el equipo tiene tiempo para fijar sus ideas en la ACB, sin distracciones en unas fechas propias para ello, en la permanencia, y, quitando el lapsus en Lleida, el peor partido del año, una “cagada” como define su técnico, lo ha ganado todo tras someter al Cholet y aparcar el torneo continental en diciembre. ¡No salir de España le viene de maravilla! La defensa le dio una nueva alegría. Vuelve a balance positivo entre puntos anotados y recibidos. La escalada le pone en los triunfos de Baskonia y Murcia. El Andorra, sin Luz y la baja a última hora de Kuric por un problema en el codo, pero con el tocado Evans en perfecto estado de revista fue una víctima más de este conjunto que empieza a consolidarse mentalmente, se le ve convencido, con determinación para reafirmar su baloncesto. Kullamae, mientras, está entre algodones y están a la espera de solventar los problemas burocráticos con Silverio. Después de cinco derrotas consecutivas se empezaba a quemar durante unas horas en posición de descenso, pero empleó la reta de la paciencia.
Tres victorias seguidas hacen ver la botella medio llena. Porque todo está muy igualado y ese botín es oro molido en estos tiempos de tanta homogeneidad. Lo contrario le pasa al Andorra, que encadena tres tropiezos y se mete en problemas. Es un equipo descomunal, con dos jugadores de primer nivel por fuera como Evans y Harding, el máximo anotador de la Liga, más un cuatro aparentemente imparable como Doumbouya, pero le falta cierto carácter, sacrificio y espíritu colectivo. Los momentos de acierto en el triple marcaron el devenir del compromiso. El MoraBanc es el cuarto equipo en porcentaje de tres de la ACB (37,5 por ciento) y se quedó en 3 de 22 en ese apartado. Gielo apareció en instantes decisivos, pero el partido fue cosa de Pantzar y Hlinason. También de Dragic, letal en el momento de la verdad, si se quiere añadir a otro más. Junto con Frey, cada día más crecido, fueron cinco piezas brillantes que anotaron por encima de los 10 puntos. Si tienes un buen base y un cinco que condiciona muchas cosas, eres el rey del planeta.
Después del partido descomunal de A Coruña, con ocho triples de diez intentos, las miradas se centraban en Rubén Domínguez. Pero no tuvo su tarde, ni mucho menos. Eso sí, los defensores le miran con otros ojos. La primera jugada tras su puesta en acción fue una falta de Radicevic, uno de los muchos exhombres de negro que tiene el Andorra, y el alero se cobró tres tiros libres que anotó. El Bilbao Basket dominó de cabo a rabo el choque y solo esas extrañas desconexiones que tiene cuando su ventaja es estratosférica impidió a la gente sentarse en un sillón masajeador durante el segundo tiempo.
El Andorra arrancó con tiros en media distancia de Lammers, para sacar de la pintura a Hlinason. Luego su estrategia fue jugar con Doumbouya en el poste o incluso con tiros abiertos. Y Harding mostró su habitual media de puntos por fuera. Aunque no había mucho más acompañamiento. Su última ventaja fue el 16-17 en el primer cuarto.
RESUMEN
74 - MoraBanc Andorra (17+14+21+22): Bassas (6), Harding (24), Okoye (2), Chougkaz (2) y Lammers (11) -cinco inicial-; Evans (12), Radicevic, 'Chumi' Ortega (2), Doumbouya (15) y Dos Anjos.
Árbitros: Fernando Calatrava, Esperanza Mendoza y Carlos Merino. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 14 de la Liga Endesa disputado en un Bilbao Arena de Miribilla ante 8.371 espectadores.
Los locales encontraron las sensaciones a través del ritmo. Tuvieron algún instante de sequía anotadora, pero han aprendido a sufrir y dar la vuelta a situaciones complejas. Por ejemplo, anotaron sus dos primeros de tres y fallaron los 12 siguientes. Frey pudo generar desde fuera y las ventajas llegaban con los balones a Hlinason, que propiciaba penetraciones o tiros liberados del perímetro. Rabaseda estaba de vuelta al final del primer cuarto tras dejar atrás su lesión en la muñeca. El Bilbao Basket ha recuperado la determinación, la energía. Porque ha traído hacia su piel la confianza a uno de sus mejores hombres, Pantzar, que metió pletórico un mate a una mano para el 23-17.
Tras un posteo de Rahkman, Dragic rompió la sequía propia y del equipo en el triple. El Andorra fallaba tiros abiertos y eso le creó frustración y le privó de la fluidez. A Lezkano se le veía desesperado y empezó a protestar, así que le castigaron con falta técnica. Gielo entró en combustión, derritió todo, valga el chiste malo, y puso la máxima diferencia: 51-31 después de siete puntos seguidos. Pero llegó el apagón vasco habitual, con malas lecturas de los ataques y precipitaciones, como un par de contraataques claros o una bandeja de Rabaseda, todo ello malogrado. Subió la intensidad defensiva de los del Principado. Se estrechó el cerco, hasta el 62-56. Ahí regresó a la escena de nuevo Gielo. Okoye recibió técnica por exagerar en los gestos contra las decisiones de los colegiados. El Bilbao Basket empieza el año como acabó. Con victoria y sonrisas. Respiro absoluto. De 3-8 a 6-8, las cosas se ven de otra manera. Pero no hay descanso ni tiempo para festejos, ahora, a Tenerife.
Ponsarnau: “Los momentos de acierto en el triple han sido claves”
Jaume Ponsarnau consideró tras la victoria que “los momentos de acierto en el triple, en la primera parte y al final” han sido claves. “Por eso hemos ganado”, se felicitó en su análisis del encuentro, tras destacar además que la “solidez” para defender “el talento y el dinamismo” del conjunto andorrano allanaron el camino hacia la tercera victoria consecutiva de los ‘hombres de negro’.
“Cuando encuentras el triple tienes que afrontarlo con determinación y como teníamos defensa hemos podido trabajar para esperar esos momentos de acierto”, incidió el técnico de Tàrrega recordando el triple de Gielo y los dos últimos de Dragic en la recta final que prácticamente han sentenciado el encuentro.
Cree también que defendieron “bastante bien” a Harding, a pesar de los 24 puntos anotados por el estadounidense, y que encontraron más problemas para frenar a Doumbouya. “Habríamos podido hacerlo mejor, pero aprenderemos de esto para el futuro”, admitió. “En todo lo que hemos hecho rápido no hemos estado acertados, por eso estoy muy contento de que la anotación ha llegado sobre todo del juego colectivo. Pisar pintura, pasar, juego sin balón”, se felicitó Ponsarnau.
Lezkano achaca la derrota a la falta de acierto
Natxo Lezkano achacó la derrota, sobre todo, a la “la falta de acierto” en el tiro en una primera parte en la que esa ineficacia les generó además “un poco de frustración”. “Somos uno de los equipos de la Liga con mejor porcentaje de tres, pero con un 3 de 22 no ganas a nadie”, lamentó Lezkano, quien echó en falta en esa faceta la aportación de un Kuric, uno de sus especialistas, que según confirmó fue baja de última hora por problemas físicos.
“Para nosotros es un jugador muy importante en el tiro y en la salida de bloqueos indirectos y hoy no pudimos jugarlos. Pero el día que no metes hay que estar mucho mejor en otros aspectos y no hemos estado lo bien que deberíamos”, incidió.
“Cuando no estás acertado cuesta más porque arrastras esa frustración al apartado defensivo, pero hay que saber convivir con el error y estar siempre al mismo nivel. Nosotros no hemos estado al nivel que se exigía para ganar y ellos sí”, concluyó el técnico vizcaíno.
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