Aday Mara, el nuevo Jokic juega con España
El pívot del Casademont Zaragoza, que con 17 años mide 2,20, ya ha debutado con el equipo maño en Europa y es una de las sensaciones.
Aday Mara (Zaragoza, 07/04/2005) ha sido uno de los grandes descubrimientos del Mundial Sub-17 que se ha disputado en Málaga estos días. Hijo de Francisco Javier Mara, que llegó a jugar con el CAI Zaragoza cinco partidos en los 80, y de la internacional de voleibol Geli Gómez, el pívot, que con 17 años ya alcanza los 2,20 (Roberto Dueñas ha sido el internacional español más alto con 2,21), no había debutado todavía en las categorías inferiores de la Selección española. El año pasado estaba con la Selección cadete que iba a participar en el Challenge de la FIBA (un torneo que sustituyó a los tradicionales Europeos de formación), pero España no pudo jugar el campeonato tras detectarse varios casos de COVID.
Su debut ha llegado en Málaga, en este Mundial Sub-17, y algún ojeador de la NBA desplazado a la Costa del Sol incluso se aventura a compararlo con Nikola Jokic, dos veces MVP de la NBA. “Tiene una habilidad para el pase que no se puede enseñar: su visión de la cancha, parece que tiene ojos en el cogote, su sincronización, precisión... tiene una capacidad excelente para entender lo que pasa en la cancha y evitar las trampas defensivas del rival o echar una mano. Desde Jokic no había visto a ningún otro pívot europeo tan buen pasador como él”. El serbio promedia en su carrera NBA 6,2 asistencias.
“Desde pequeño leo bien el juego”, explica el pívot en un reportaje publicado en la página del campeonato. “Por eso cuando entreno siempre intento mejorar los pases, para dar el mayor número posible de ellos sin cometer errores”. Según la aplicación de análisis InStat Sport, las posibilidades de la Selección de crear un ataque más efectivo (y rápido) aumentan un 47% cuando él está en pista.
Mara, que con ocho años cambió el fútbol por el baloncesto por su altura (rozaba ya el 1,70), tuvo una de sus primeras apariciones internaciones en el Basketball Without Borders, un campus organizado conjuntamente por la FIBA y la NBA y que reunió el mes pasado en Milán a algunos de los mayores proyectos del baloncesto continental. “Me lo pasé muy bien tanto dentro como fuera de la cancha. Además, aprendí muchas cosas que me ayudarán en el futuro. Recibí muchos consejos de los entrenadores y compañeros”.
Perteneciente a la cantera del Casademont Zaragoza, en 2021 participó en el Adidas Next Generation, el torneo júnior de la Euroliga, aunque todavía ni había cumplido 16 años (estaba en su segundo año de cadete). En Estambul, acabó con 8,5 puntos, 10,5 rebotes y 3,5 asistencias y esa temporada compatibilizó el equipo júnior con el Club Baloncesto El Olivar, filial del Zaragoza en la Liga EBA.
Unos meses después, tras realizar la pretemporada con el equipo ACB, debutó en la LEB Oro con el Levitec Huesca ante el TAU Castelló. Ese día, acabó con ocho puntos, cinco rebotes y tres tapones para 13 de valoración. Sus apariciones esporádicas con este equipo (disputó 16 partidos) le permitieron enfrentarse a Marc Gasol en la vuelta del de Sant Boi a las canchas españolas en diciembre con el Girona. Un partido que le costará olvidar, porque el mediano de los Gasol le regaló su camiseta tras el encuentro. Pero también tuvo su oportunidad con el Casademont en Europa la temporada pasada. Estuvo algo más de seis minutos en pista (2 puntos y 2 rebotes) ante el Reggio Emilia en la FIBA Europe Cup. Fue el segundo jugador más joven en debutar con el equipo (16 años y 7 meses) tras Carlos Alocén.
En Málaga, Mara ha llamando la atención y no sólo por su altura (es el segundo jugador más ‘grande’ de todo el torneo tras el pívot canadiense Olivier Rioux que mide 2,28 con un año menos). El pívot fue de los mejores ante Lituania (15 puntos y 6 rebotes). En los octavos ante Canadá tornó la balanza a favor de la Selección. Tras empezar perdiendo 10-0, con él en pista, España sumó un +29 en poco más de diez minutos. En los cuartos ante Australia también fue fundamental, con 7 puntos (triple incluido) en el segundo cuarto y un clínic de pases más propio de un base que de un pívot. En las semifinales ante Francia también fue fundamental: 16 puntos y 6 rebotes. Ha terminado el torneo promediando 12,6 puntos, 5 rebotes y 1,9 tapones después de firmar un 16+7+5 en la final antes Estados Unidos, además de aportar 3 asistencias y ser el más valorado (25) del equipo español en el partido decisivo.