Unicaja saca rédito de su gran arranque ante un combativo Covirán
El conjunto malagueño levanta su decimoséptimo título en un partido que asistió al estreno de Tillie. Los granadinos dieron una lección de fe y discutieron el partido hasta el último segundo.
El Unicaja Málaga se ha adjudicado en Córdoba su decimoséptimo título de la Copa de Andalucía. Era la vigésimo séptima edición, y el equipo verde cumplió con lo que prácticamente es una de sus tradiciones veraniegas. Sin embargo, no se puede decir que esta prueba antes de la Supercopa ACB fuera un trámite para los de Ibon Navarro, ya que se encontraron con un Covirán combativo, que hasta tuvo la última bola para forzar la prórroga. Sin embargo, el tiro lateral de Clavell no pasó por el aro.
Con los números en la mano, se podría decir que el Unicaja ganó el partido desde el minuto uno. Kendrick Perry, a la postre nombrado MVP, y Osetkowski pusieron la directa en los primeros compases de la contienda. Buena selección de tiro y las imprecisiones de los nazaríes le lanzaron en el marcador. Pasaron del 8-2 al 11-4 hasta poner un 17-8. Ante esa coyuntura, Pablo Pin, entrenador del Covirán, hizo rotaciones hasta que Wiley supo aplicar en sus compañeros la intensidad para meterse en el partido. Prueba de ello es que el Covirán se situó a cinco puntos, pero antes de llegar el minuto 10 los ramalazos de calidad verdes pusieron un 25-15.
Era un reflejo del primer cuarto, pero también se vieron visos de que el Covirán iba a ingresar en el partido. De primeras, no se vio. Unicaja no sólo mantenía las distancias, sino que las ampliaba. Además, Navarro daba la alternativa a Kilian Tillie, quien se estrenaba con un triple en su particular puesta a punto.
El Granada necesitaba algo que le hiciera reaccionar. Y sucedió en una jugada en la que Vicedo fue protagonista. En su zona puso dos tapones y dio continuidad a la jugada clavando un triple. A partir de ahí, el Covirán comenzó a recortar hasta ponerse a dos puntos con un 33-31. El partido entró en otra dimensión, aunque Uniccaja resistía gestionando la distancia del arranque y camino del descanso se fijaba un 49-41.
Tras el receso, el partido entró en una especie de intercambio de canastas. Unicaja ya no se escapaba, pero el Covirán tampoco terminaba de acercarse. El marcador se iba comprimiendo. Pero hubo un hecho sintomático. Ibon Navarro, con siete puntos de ventaja, pidió un tiempo muerto porque había algo que no terminaba de convencerle. Y, precisamente siete fueron los puntos con los que se acababa el tercer cuarto 68-61.
El Unicaja seguía por delante, pero los primeros compases del último cuarto ratificaron que para levantar el trofeo tenían que sudarlo. El Covirán hizo cinco puntos de partida y se situó a dos puntos (68-66). Para suerte de los malagueños, Kravish estaba en formato salvador aportando el oxígeno que necesitaba su escuadra.
Porque Bramforth también apretaba en nombre del Granada, que a falta de cuatro minutos nivelaba la contienda gracias a un tiro libre que anotaba Ubal. Con la contienda abierta, el Covirán fue incapaz de ponerse por delante, de culminar la remontada. Mientras, el Unicaja encontró en un triple de Osetkowski un aval para el triunfo poniendo el 79-75 a poco más de 60 segundos para el final. El partido se tensó tanto que no parecía de pretemporada y sí de competición oficial. Visitas a los tiros libres, tensiones y una última posesión a falta de 20 segundos para el Covirán. Pin pidió tiempo muerto, pero la pizarra no salió. El tiro de Clavell se quedó en el aro y ahí el sueño nazarí. Unicaja ganó otro título regional. Y Córdoba pudo disfrutar del baloncesto de elite en el Vista Alegre con el añadido de ver en acción al árbitro Antonio Conde, quien hace unas semanas dirigía en París la final de los Juegos Olímpicos.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.