Un núcleo duro consolidado

El Real Madrid 2024-25 será distinto al del pasado curso, el que ganó el triplete nacional (Supercopa, Copa, Liga) y se quedó a las puertas de repetir título en la Euroliga (derrota en la final contra el Panathianikos). Faltarán referentes tan claros como Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Fabien Causeur, además de Carlos Alocén y una pieza tan importante para el juego interior como Vincent Poirier.

Llegarán Andrés Feliz y Xavier Rathan-Mayes para la rotación exterior y seguramente Serge Ibaka (con Usman Garuba pendiente de sus opciones NBA) se convertirá en el nuevo pívot suplente. De la vieja guardia seguirá Sergio Llull, que renovará del mismo modo que lo ha hecho el entrenador que ha ganado los cuatro títulos (Supercopa, Copa, Liga, Euroliga) en dos temporadas, Chus Mateo.

Lo que no cambiará es la base competitiva del equipo, lo que ya es un nuevo núcleo duro que tiene, además, amarrada su estabilidad para el medio y en muchos casos el largo plazo: Campazzo-Musa-Hezonja-Deck-Tavares.

De los cinco, Dzanan Musa es el que tiene el contrato más corto: su agente, el poderoso Misko Raznatovic, confirmó que el vínculo es hasta 2025, lo que asegura un tercer año del bosnio en Madrid sin más opción de salida que un muy improbable regreso a la NBA. De hecho, la intención del club es, resueltos otros asuntos que eran más apremiantes por plazos de cara al mercado de este verano, iniciar con los contactos con Musa para alargar también la vinculación con el equipo del escolta (25 años), que acaba de ser elegido MVP de la última final de la Liga Endesa y que esta temporada ha dado un paso adelante en algunos aspectos en los que estaba más desequilibrado su juego (defensa, concentración…). El talento y la capacidad anotadora siempre han estado fuera de discusión para un jugador que apuntaba a gran estrella, no tuvo suerte en la NBA ni en el Efes de Ergin Ataman y se reencontró en Luego, con el Breogán en la temporada 2021-22 (fue MVP de la Liga).

El resto, están atados. Dos de ellos, Tavares y Hezonja, después de protagonizar sendos culebrones durante una temporada en la que su continuidad llegó a estar muy cuestionada. La NBA, el Panathinaikos y, en el caso de Hezonja, incluso el Barcelona aparecieron como opciones, pero finalmente llegaron a acuerdos de larga duración con el Madrid. Dos renovaciones por cinco años (apuestas muy importantes) que dejan claro que no se mueven: Tavares tiene 32 años y Hezonja, 29.

Gabriel Deck, que no ha podido terminar las dos últimas temporadas en pista por lesiones de rodilla, cerró su continuidad hasta 2028 el pasado verano. El alero argentino (29 años) es un jugador fundamental que volvió de la NBA en enero de 2022 con un contrato de dos años que luego extendió para cuatro temporadas más . Y su compatriota, el Facu Campazzo, también regresó al equipo, en su caso el pasado verano, con un contrato hasta 2027. El base tiene 33 años pero ha vuelto a demostrar esta temporada que, después de un paso poco productivo por la NBA, sigue siendo uno de los más determinantes del mundo en su posición a nivel FIBA. Después de una escala en el Estrella Roja porque no hubo acuerdo con el Madrid cuando dejó la NBA, Campazzo llegó antes del inicio de este curso y seguirá en un equipo que tiene los deberes hechos en cuanto a los principales del vestuario y de la pista. A falta, tan solo y para dejar todo cerrado, de poner más años en el vínculo con Musa. Por lo demás, tranquilidad a la vista.

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