Real Madrid | Steffano Attruia
Stefano Attruia, el italiano que deseaba ser el Zidane del baloncesto
En enero de 2002, el Real Madrid fichaba al base para reemplazar a Jean Marc Jaumin. Melómano y violoncelista, no tuvo mucho éxito en el conjunto blanco.
La primera década del siglo XXI no fue un paseo por el campo para el Real Madrid. En esos 10 años, el conjunto blanco ganó poco (tres Ligas y una ULEB; ninguna Copa), devoró con voracidad entrenadores (seis) y realizó algunos de los fichajes más extraños de su historia. Uno de los más sonados, Stefano Attruia.
De madre italiana y padre camerunés, el base (Trieste, 1969) aterrizó en la capital de España a finales de enero de 2002 como reemplazo de Jean Marc Jaumin, que a su vez había llegado para suplir al lesionado Raúl López. Llegó con 32 años y un pelo corto con rastas que hizo la delicia de la Demencia, que tirando de humor le cantaba ¡Hazte unos porros, Attruia hazte unos porros! y el No Woman no Cry de Bob Marley & The Wailers cada vez que el Estudiantes se medía con su eterno rival.
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Era el fichaje atípico de un jugador que era todo un trotamundos con 12 equipos en 16 años. El último antes de dar el salto al Madrid, el pequeño Pallacanestro Roseto italiano. “Es como si jugase al fútbol en un equipo provincial y me llamase la Juventus. Me voy al club más grande del mundo”, aseguró al fichar por los blancos. “Estoy como en una nube. Desde que era niño soñaba con algo así. He entrado en la entidad deportiva más importante del mundo”.
Melómano y violoncelista, Attruia se marcaba metas muy elevadas en una de las pruebas más grandes de su carrera: “Deseo ser el Zidane del equipo de baloncesto. Salvando las distancias, mi rol es parecido porque juego de base (director de juego). Desde luego, por ilusión no va a quedar que vaya a intentar ser el Zidane del equipo de baloncesto”.
El italiano no lo consiguió. Tampoco sorprendió. El salto de la parte baja de Lega a la alta de la ACB fue muy grande para él y nunca se encontró cómodo en un campeonato español en el que comenzó con mal pie: debut el 3 de febrero en Gijón y lesión por dos semanas. Cuatro días antes, el 31 de enero, ya se había estrenado de blanco en la Euroliga frente al Skipper Bolonia. En total, fueron 19 partidos entre temporada regular y el playoff en el campeonato español para 6 puntos y 1,6 asistencias para 3,1 de valoración total. Su máxima anotación fue de 12 tantos ante el Forum Valladolid y el Estudiantes.
En Euroliga, disputó ocho encuentros, entre ellos el mejor de su paso por el Madrid. Fue frente a la Virtus a la que descerrajó 19 tantos con un 3 de 5 desde el triple en la victoria por 71-82 en Bolonia.
Attruia se despidió en un año sin títulos para el Madrid, que cayó en cuartos del playoff ACB en cuartos frente al Estudiantes. Los colegiales también eliminaron en la Copa a su vecino. El Real se quedó en el Top-16 de la Euroliga.
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