Roger Grimau, el capitán de la última Euroliga
El Barça apuesta por Roger Grimau, un técnico de la casa en la que será su primera experiencia en la élite.
De Roger Grimau se pueden decir muchas cosas, explicar otras tantas y recordar muchos momentos. Pero seguramente el más icónico, el más añorado por todos los culés, fue esa noche en París en 2010 cuando el entonces capitán del Barça levantó la última Euroliga conseguida por el club. Hoy aquel escolta desgarbado que nunca negoció el esfuerzo regresa al club por la puerta grande: será el entrenador del primer equipo, en sustitución de Sarunas Jasikevicius, las dos próximas temporadas.
La apuesta por Grimau viene evidentemente condicionada por la situación económica del club y los recortes enormes que van a haber en la sección de baloncesto. Con un perfil mucho más bajo que el de Jasikevicius, pues hasta ahora no ha entrenado a ningún equipo de élite. Pero también es una apuesta por una persona que conoce perfectamente la casa, como jugador y como técnico, y que debería apostar por la cantera. Las más brillantes promesas del baloncesto azulgrana ya han pasado por sus manos.
La experiencia de Grimau en la pista es dilatada. Más de 500 partidos en ACB, ocho temporadas siendo capitán del Barça, su paso por Bilbao y Manresa o un palmarés envidiable: Una Euroliga, tres ligas y tres Copas como títulos mayores. Su experiencia en los banquillos, en cambio, es corta: solo ha ejercido de primer entrenador estos dos últimos años. Formando tándem con Víctor Sada ha entrenado al junior y al Barça Atlètic tras haber sido dos temporadas entrenador asistente en el filial en LEB Oro y LEB Plata. Aunque su currículum está lejos del de los grandes entrenadores, sus sensaciones al mando de los equipos inferiores han sido muy buenas. Ha cosechado grandes resultados en el Next Generation Tournament y se proclamó campeón de la Liga EBA en la 2021-22, pero además ha ayudado a esculpir a esos jóvenes que empiezan a sacar la cabeza en el primer equipo. Nnaji el más destacado, pero también Caicedo (que formará parte del primer equipo) o los recientemente debutantes Dame Sarr y Kasparas Jakucionis.
Con su nombramiento como primer entrenador se espera que el Barça haga una apuesta más decidida por los jóvenes y los canteranos, una apuesta obligada también por los condicionantes económicos. Otro factor diferencial de Grimau, este compartido por Jasikevicius, es la conexión con el Palau. Siempre fue un jugador aguerrido, de los que nunca dejó de luchar o pelear, algo siempre muy del agrado de la afición.
El reto sin embargo es mayúsculo. La sección sigue persiguiendo la Euroliga que no gana desde que él era jugador pese a haberse clasificado a las tres últimas Final Four. Con dos ligas y dos copas en los últimas tres temporadas, el listón que deberá superar Grimau es muy alto.