Miribilla cierra el año 2023 con una victoria balsámica
Triunfo del Bilbao Basket en el último partido del año en casa ante un Girona que fue de más a menos. Ambiente prenavideño. La experiencia de Renfroe resultó clave.
Miribilla cerró 2023 con una sonrisa, gracias a una victoria más que necesaria, porque la soga empezaba a apretar el cuello de los ‘hombres de negro’ tras ocho derrotas en nueve partidos. Como la situación era muy comprometida, se puso en manos de un tipo curtido en mil batallas. El oficio de Renfroe (20 puntos y 28 de valoración) salió a relucir en el instante más indicado ante un Girona que fue de más a menos. Para los chicos de Ponsarnau era fundamental amarrar un partido así, ver que no se le escapaba otro choque tenía en el bolsillo, porque el daño habría sido ya irreparable. La vuelta de Hlinason se nota: ocupa mucho espacio bajo el aro, pone buenos bloqueos y ayuda mucho en el rebote. Hacían falta líderes para recuperar la mentalidad y el deseo y pidió paso el base con pasaporte bosnio. Y juntó a él, Killeya-Jones. Los jóvenes también tuvieron mucha incidencia, De Ridder y Pantzar llenaron de energía la cancha en el segundo tiempo.
El Girona viaja por las canchas de ACB acompañado por Marc Gasol. Quien lo vea y no esté muy al tanto de cómo andan en Fontajau puede ser presa del pánico, pero en realidad ejerce de presidente y dueño del conjunto catalán. Descansa en los palcos. Este año juegan a más ritmo, porque no ralentiza la transición la leyenda de San Boi. Y así arrancó el partido de Miribilla, con buen tono, metiendo ambos equipos por fuera. Los catalanes impulsados por Iroegbu y la labor de zapa de Sergi Martínez. Todo discurría con igualdad hasta que el Bilbao Basket, que empezó abriendo el campo con tiros desde las esquinas, se encontró el apagón habitual. Falló tres tiros lejanos muy claros y se enredó en la ansiedad. Un 0-16 y seis minutos sin anotar que le nubló las ideas. Cuando no anota con fluidez resulta un equipo apesadumbrado. Ponsarnau lo intentó con dos bases para controlar el juego, tener dinamismo y velocidad, porque si no se le escapaba un nuevo compromiso. El 27-39 encendió todas las alarmas.
RESUMEN
74 - Bàsquet Girona (17+23+16+18): Iroegbu (17), Juani Marcos (16), Sergi Martínez (9), Pons (5) y Goloman (13) -cinco inicial-; Colom, Davis (4), Fjellerup, Susinskas (6), Vila (2), Sorolla y Djordjevic (2).
Árbitros: Emilio Pérez Pizarro, Javier Torres y Guillermo Ríos. Eliminados por faltas, el local Pantzar (m.40) y el visitante Susinskas (m.36).
Incidencias: Partido de la jornada 15 de la Liga Endesa disputado en el Bilbao Arena ante 8.075 espectadores. Dato oficial. Se llevó a cabo la campaña de recogida de peluches en el centro de la pista lanzados por los aficionados que acudieron al encuentro.
En el descanso llegó la habitual lluvia de peluches solidaria en la época prenavideña. Alguno iba mejor lanzado a canasta que tiros ejecutados por los profesionales de esto. Salió el Bilbao mucho más agresivo en el segundo tiempo, endureciendo los contactos, aparentemente con las ideas claras de que o iba a muerte o acabaría muerto. A partir de ahí, al fin entendió que la paciencia era la mejor receta. Donde no llegaba su escuálido baloncesto le llevó la intensidad. Juani Marcos es un grandísimo jugador y mantuvo al cuadro visitante en la pelea, pero se exprimió mucho y llegó cansado al final. Goloman fue su mejor escudero.
El Surne entendió que tenía que ir a por el triunfo de forma colectiva, porque con guerras individuales se marcharía rodando por la cuneta. Tocaba picar piedra, aunque el banquillo gerundense aportaba más y los focos de anotación, Smith, Kullamae y Reyes, tres de los bombarderos exteriores, estaban negados de cara al aro. El rebote ofensivo dio vida a los vizcaínos. El juego se encrespó y estos viajaron continuamente al tiro libre. Sergi Martínez dio un codazo a De Ridder, y le hizo sangrar, así que se retiró para ser atendido. Eso enrabietó a todos y a partir de ahí no hubo más partido. Castigaron al jugador formado en el Barça (luego pidió perdón al belga) con falta antideportiva. Killeya-Jones puso por delante a los bilbaínos a falta de 13:37: 50-48. Luego Andersson facturó un triple con adicional, aunque no aprovechó este tiro desde la línea de 4,60.
Renfroe seguía repartiendo juego y metiendo tiros libres angustiosos. A falta de 1:03, la distancia se fue a nueve. El Girona había dejado de jugar de forma colectiva, apenas generaba en ataque ni interpretaba la pelota como un elemento colectivo. Entregó la cuchara y empezó a pensar en un ‘average’ corto. Al Bilbao le queda la cita de Palencia para cerrar 2023, y ya no viaja tan apretado. Los jugadores se pusieron gorritos negros de Papá Noel. Tras regalarse a sí mismos una victoria que les permite llegar a la Nochebuena con cierto alivio. De momento, con un colchón de dos triunfos sobre los puestos de descenso.
Dos minutos antes del choque hubo un saque simbólico en relación a la información publicada el domingo en El Pais sobre la denuncia por violación al exentrenador del Gernika Mario López. Cuatro mujeres llevaron un balón a la pista. Se leyó el siguiente texto durante el saque: “Bilbao Basket no quiere mantener silencio respecto a la información publicada en el diario El País el pasado lunes. Queremos mostrar nuestra solidaridad con las víctimas de agresiones en el ámbito del deporte con un balón morado. El deporte femenino tiene que ser un lugar seguro. Estamos contigo, estamos con vosotras”. Saltaron a la pista Isabel Iturbe, presidenta de Bilbao Basket; Teresa Laespada, diputada Foral del departamento de empleo, igualdad y cohesión social; Itsaso Erroteta, Concejala del área de juventud y deporte del Ayuntamiento de Bilbao; y Mercedes Martinez, de Asociación Educativa Berriztu.
Ponsarnau destaca “la comunión” con Miribilla: “Juntos ganamos”
Ponsarnau destacó que la “muy buena comunión” con la afición de Miribilla en la segunda parte fue una de las claves del triunfo. “Todos juntos conseguimos la victoria”, recalcó el técnico, quien destacó también “el cambio de mentalidad” que iniciaron en el tramo final del segundo cuarto, tras encajar un parcial de 0-16 y verse con un 27-39 en contra, al que dieron continuidad tras el descanso.
“El mérito de la segunda parte fue que no les dejamos llegar a 20 puntos en cada cuarto y empezamos a controlar el rebote ofensivo. A pesar de que no teníamos acierto entendimos el juego y en los contactos nos pusimos al nivel que marcaron ellos en la primera parte. A partir de ahí encontramos posibilidades de competir”, explicó.
El preparador de Tàrrega, por último, valoró muy positivamente además el trabajo de Hlinason, que reaparecía ya recuperado de su lesión de tobillo. “Nos da comodidad y tranquilidad tener a Tryggvi. Ha estado muy sólido atrás. En defensa es uno de los mejores jugadores que tenemos, sin duda”, elogió el ilerdense.
Salva Camps vio claves en la derrota el rebote defensivo y la falta de ritmo
Salva Camps admitió que los 12 rebotes defensivos concedidos y la falta de ritmo “que no pudo tener” su equipo debido a los 30 tiros libres que lanzó el Surne Bilbao Basket fueron claves de la derrota que encajaron en Miribilla. “En la segunda parte hubo dos factores clave. El primero el incremento del nivel defensivo y del uso de manos y cuerpo del Bilbao. A eso nos ha costado adaptarnos y no hemos sido capaces de controlar el rebote defensivo”, reflexionó el técnico catalán.
“Y los parones que provocan los 30 tiros libres no nos han dejado tampoco coger ritmo”, añadió Camps, quien echó de menos en sus jugadores más decisión en ataque para equilibrar esos lanzamientos desde la línea de 4,60. “En ataque nos ha costado generar. Hemos parado demasiado el balón, hemos sido egoístas y tuvimos poco acierto. Si no te acompaña el acierto debes ir fuerte para sacar faltas e ir al tiro libre. Nos cuesta mucho sumar y esos puntos son importantes”, lamentó el técnico, algo molesto también con alguna decisión arbitral en los minutos finales.
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