Barcelona

Los retos de Xavi Pascual

El técnico, que coge al equipo en una situación delicada, tiene mucho trabajo por delante para volver a situar al Barça en lo más alto.

Los retos de Xavi Pascual
FC BARCELONA
Álex Biescas
Redactor en la delegación de Cataluña. Centrado en el baloncesto, también escribe sobre los equipos catalanes en el fútbol profesional y sobre cualquier evento deportivo que se realice en Cataluña. En el Diario AS desde 2011. Licenciado en Periodismo.
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A partir de este lunes, cuando Xavi Pascual tome las riendas del equipo, el Barça de baloncesto entra en una nueva era. Una que todos esperan que sea tan prolífica como la anterior del técnico de Gavá, ya que eso supondría ver al Barça en lo más alto de Europa. Pero ese es un objetivo, o un sueño, hoy todavía muy lejano ya que Pascual tiene por delante mucho trabajo, para que el equipo empiece a funcionar. Estos son sus retos:

Recuperar el vestuario. Este objetivo será seguramente el más fácil de cumplir ya que el propio cambio de entrenador implica nuevas energías y ganas renovadas entre los jugadores. Pero es que además ya se ha empezado a cumplir cuando Pascual todavía no se ha sentado en el banquillo: el miércoles, ante el Bayern, ya se vio otra cara del Barça. Con Orellana a los mandos el equipo transmitió unas ganas y una concentración que hacía tiempo que no se veían.

La defensa. Mejorar atrás ha de ser una obsesión de un equipo que ha encajado a niveles de récord en esta primera parte del campeonato, tanto en ACB como Euroliga. No ha sido raro de ver primeros cuartos con más de 30 puntos en contra o rivales alzándose hasta los 100 puntos en el Palau. Unas cifras insostenibles para un equipo que aspira a títulos y que necesita ganar partidos. Hay una parte de la mejora que debe venir desde la intensidad y la responsabilidad individual de los jugadores, pero la mano de Pascual en el aspecto táctico debe notarse desde el primer partido.

Mejorar la fluidez en ataque. El Barça ha ganado, y seguramente ganará, algunos partidos por puro talento. Por un triple lejanísimo de Clyburn o una acción ganadora de Punter. Pero para ser un equipo siempre competitivo necesita un juego de ataque más fluido. Sacarle partido a los jugadores que pueden ejercer de base, además de a Satoransky y Juani Marcos, debe ser fundamental en lo que resta de temporada.

Ser más consistentes. La irregularidad es un problema en el Barça desde la marcha de Jasikevicius y afecta tanto a los partidos como a las temporadas en su conjunto. No ha sido extraño ver minutos de desconexión del equipo que les han costado partidos que iban dominando. Y también ha pasado a nivel global. Tras una buena victoria en Euroliga ha llegado un batacazo en ACB contra equipos manifiestamente inferiores. La falta de concentración debe terminarse.

Mejorar los resultados en la ACB. Este ha de ser un objetivo primordial del equipo, que ahora mismo está fuera de la Copa y a una sola derrota del descenso. Una situación insostenible. Es cierto que el calendario es exigente, que esta temporada hay más semanas dobles de Euroliga y que la ACB es seguramente la liga doméstica más competitiva de Europa, pero los resultados del Barça hasta el momento han sido inaceptables. Cambiar las dinámicas de entrenamiento así como la preparación de los partidos de Liga Endesa deberían ayudar a la mejoría en los resultados.

El juego interior. Xavi Pascual quiere reforzar al equipo con un pívot pero, mientras este no llegue, deberá conformarse con Fall, Willy y Vesely. Hasta ahora el equipo ha abusado del juego exterior más por necesidad que por voluntad, algo que debería ir cambiando poco a poco desde que Pascual se siente en el banquillo.

Sacar más provecho de la plantilla. Muy relacionado con el anterior punto, una de las flaquezas de Peñarroya fue no exprimir al máximo la plantilla. De acuerdo que esta no está al nivel de los máximos candidatos a llevarse la Euroliga y que no es amplia ni está compensada, pero tampoco está completamente exenta de calidad. Han habido jugadores infrautilizados y rindiendo por debajo de sus posibilidades, algo que Pascual debe cambiar.

La gestión de minutos. Hasta la fecha son unos pocos los jugadores que atesoran una gran cantidad de minutos. Los teóricos titulares, que además no son los más jóvenes de la plantilla, han disputado partidos con más de 25 minutos en el parqué. En cambio otros no han tenido prácticamente oportunidades o directamente ninguna: hasta el miércoles, con Orellana en el banquillo, Norris no se había vestido de corto ni una sola vez.

Seguir formando jóvenes. Con la situación de cantera complejísima que se vive en el baloncesto europeo, uno de los retos que tiene el cuerpo técnico es seguir formando y reteniendo en la medida que sea posible el talento de la casa. Kosturica o Keita han sacado ya la cabeza en el primer equipo mientras que por detrás llega Dabone, un huracán que amenaza con irrumpir en el primer equipo. El club está intentando que el CSD les dé el permiso para hacerle ficha.

Reconstruir el proyecto. Seguramente el reto más ambicioso, el que requerirá más trabajo y el que se alargará más en el tiempo. Con tres temporadas firmadas (esta más dos más) Xavi Pascual tiene hasta el 2028 para devolver al Barça a la élite europea. Un trabajo que debe empezar ya pero que debe dar un salto de calidad el verano que viene, cuando finalizan varios de los contratos más altos de la sección y cuando Pascual tendrá margen para diseñar un equipo a su medida.

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