El Unicaja reduce al Bilbao a su peor anotación de la historia
El equipo vizcaíno se queda en 43 escuálidos puntos, cinco menos que su guarismo más bajo en la ACB. Ni en LEB ni en Europa se vio algo igual. Los malagueños, sin despeinarse.
El Unicaja ha cogido la buena ola en la ACB. Tras romper la racha galáctica del Madrid y dejarse sorprender en Europa por Le Mans, siguió con su paso firme en la competición doméstica, en la que es un sólido segundo clasificado, de momento. Empaquetó la visita a Miribilla con la inteligencia y la lectura de partido de un campeón, de un equipo con mayúsculas. Un inicio soberbio, una parte central jugando a dejar pasar el tiempo sin gastar muchas energías y un final de nuevo apoteósico para atropellar a lo que se pusiera por delante. Así gestionó la velada. Eso sí, su juego se espesó más de la cuenta en algunos instantes y dio ciertas esperanzas al Bilbao Basket (con una distancia accesible de diez puntos), pero retomó la fiabilidad para no sudar ni media gota. Los vizcaínos no compitieron casi en ningún instante. No aprovecharon ni esa opción que les brindaron los rivales en un tercer acto tan romo como relajado. Se quedaron en su mínima anotación de la historia en todos los eventos en los que han participado, 5 puntos por debajo del raquítico 89-48 contra Real Madrid en la temporada 2005-06. Eso en cuanto a la ACB. Esta cita 636 en la primera división española, por tanto, pasa a la leyenda negra del club. Siguiendo por esa galería de los horrores, en LEB el plantel se quedó en 45 ante el Palma en marzo de 2019, en una cita en la que Lammers metió 10 y del resto nadie pasó de 7. Y en una cita competitiva de fuera de nuestras fronteras solo llegó a 46 ante el Nymburk en Eurocup en el BEC en 2010. Es curioso, este atropello llega poco después de que los vizcaínos alcanzasen su tope en cuanto a puntos de ventaja en un encuentro oficial: 48 en FIBA Europe Cup, ante el Caledonia Gladiators. Una cosecha superior a todo lo que facturó ante Unicaja. Hay más: la sequía de Miribilla está cerca del pozo absoluto anotador en la ACB en toda la historia: 39 firmados por el Gipuzkoa Basket en 2010. Se iguala la marca más negativa en casa en la historia de la competición. Anotaciones de risa por cuartos: 13-13-11-6.
Tras una concesión de un 5-0, Ibon Navarro puso su maquinaria verde a funcionar y no hubo mucho que debatir durante tres cuartos y medio. Para empezar un 0-7 y más tarde un 0-10, con el resultado de 11-19. No pudo contar con Carter por molestias en una rodilla. Hlinason no arranca y el suyo empieza a ser un caso preocupante. Cometió dos faltas de esas que solo le pitan a él, por eso Ponsarnau pone el grito en el cielo de que los colegiados no le están tratando bien.
Los costasoleños anotaban muy fácil bajo el aro, empezaron a meter ritmo y combinarlo con eficacia. A los siete minutos ya se habían dado rotaciones completas, diez nuevos jugadores. Salió Smith, pero cometió dos personales en posesión, lo que le sacó de la escena casi definitivamente. Anda el norteamericano en un bache muy profundo. Los tiros de los bilbaínos eran a la desesperada, mientras el Unicaja endurecía mucho su defensa, metiendo cuerpo y manos con un instinto demoledor. Apretaban a los manejadores y colapsaban la zona. Su agresividad fue desdibujando al Surne, que fallaba tiros libres y perdía el balón hasta en esos pases sencillos de un exterior, pongamos que Rabaseda, hacia un grande. Además, le castigaban con cualquier mínimo contacto.
El mal momento anímico que se traen los ‘hombres de negro’ desde que volcaron de forma lastimosa en Zaragoza y que aún se acentuó más en Badalona con el triple de circo de Feliz se fue haciendo insoportable según pasaban los minutos. También se une a ello la acumulación de partidos en el último mes. En cada contacto, los andaluces ganaban una ventaja, ya sea atrás o delante. Solo el ‘abuelo’ Renfroe mantenía el tipo ante un equipo tan serio, serio y físico. Kalinowski puso la máxima diferencia nada más arrancar el segundo tiempo: 26-48.
Navarro puso en liza a Saint-Supery, que no estuvo acertado, pero demostró que va sobrado de personalidad. Se enfrentó a un Renfroe que le dobla y más en edad. El tercer cuarto cortó el ritmo, parece que los aros quedaron taponados con cemento. Anotaron un 8-5 a falta de 1:40 para acabar. Unicaja se propuso que los locales no corrieran y siempre hacían falta al cortar posibles contraataques. El Bilbao Basket aprovechó el atasco de los visitantes, y se acercó a 10: el 41-51 a 8:42 para acabar. Apretó en defensa y las transiciones encabezadas por Kullamae le sacaron del letargo. Fue puro espejismo. Unicaja volvió a retomar el volante para destrozar de nuevo el choque. Un 0-14 y asunto solventado. Para colmo de males, Hlinason se dañó un tobillo. Este equipo está por los suelos y necesita cambiar la cara urgentemente. Seis derrotas seguidas... y nada hace indicar que vaya a haber un freno. La peor racha desde 2018, el año del descenso. La zozobra es total. El drama llama a la puerta por primera vez. La inspiración está bajo mínimos y toca restaurar las señas de identidad.
Ponsarnau: “Siento la imagen que hemos dado a nuestro público”
Ponsarnau admitió que firmaron “unos números espantosos” y se mostró dolido además “por la imagen” que ofrecieron a sus aficionados. “Pero no nos resignamos y vamos a trabajar más y con más compromiso para que las cosas salgan mejor”, añadió el técnico tras un encuentro en el que el equipo vasco hizo la peor anotación de su historia.
“A veces pasa esto. Fallas un tiro libre, un tiro de dos, un triple, pierdes un balón... Íbamos acumulando mochilas y contra un equipo tan sólido como Unicaja nos han faltado recursos, pero sobre todo nos faltó confianza y determinación en la primera parte. Y el nivel defensivo fue muy malo”, lamentó. El técnico de Tàrrega añadió que después del descanso “el nivel físico fue más adecuado”, aunque tras conseguir colocarse a diez puntos “tres ataques consecutivos espantosos” abortaron cualquier opción de remontar.
“Hemos entrado en frustración desde el desacierto. La lección que debemos aprender es que el acierto cambiará con trabajo, pero también determinación y creer en las cosas que hacemos y entrenamos. Esta es mi fórmula”, recalcó. Ponsarnau, por último, emplazó a los próximos días para conocer el alcance de la lesión de tobillo que sufrió en los últimos segundos del encuentro Hlinason.
Navarro: “Primera parte buena en físico y concentración”
Ibon Navarro se felicitó por haber conseguido en Miribilla la tercera victoria consecutiva fuera de casa, en un partido en el que en la primera parte estuvieron “realmente bien a nivel físico y de concentración” y en la segunda “mal”. “Es lo peor que hemos hecho hoy. Fue un tercer cuarto sin anotación ni acierto por parte de los dos equipos. Los últimos 20 minutos han sido malos”, reconoció el técnico vitoriano quien admitió haber encontrado “problemas” al comienzo del partido para frenar a los organizadores del juego locales.
“Fuimos mejorando según avanzaba el partido, estuvimos más sólidos en el uno contra uno y limitamos mejor las opciones del Bilbao” Basket, añadió Navarro, quien antes de valorar el partido pidió “disculpas a Miribilla” por la revisión que solicitó a poco más de un minuto para el final con el partido ya decidido. “Sobraba, barkatu (perdón, en euskera)”, dijo el técnico vasco.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.