El Granca evapora al Valencia tras un gran último cuarto
Happ, Slaugther y Pelos sellan la 17ª victoria del equipo insular en el día del homenaje a su mítica BMV: Burditt, Morton y Vandiver. Davies, el mejor visitante.
Se quedó un domingo perfecto, ni mucho menos uno cualquiera, en la siempre cálida isla de Gran Canaria. Ocurre que su equipo de baloncesto homenajeó hoy a tres de los jugadores más importantes de su historia: Albert Burditt, John Morton y Shaun Vandiver, tres de los máximos exponentes de aquel equipo que ascendió a la ACB a medidos de los 90 para no bajar nunca más.
Ese precioso homenaje desembocó en una victoria de tronío del equipo insular ante la aguerrida armada de Álex Mumbrú (79-71). Varias veces se vio el Gran Canaria con el partido perdido, otras tantas resurgió para conseguir un triunfo vital en sus opciones de ser cabeza de serie en un playoff cada día más apretado. Mientras, los visitantes dejaron escapar un partido que tuvieron ganado un par de veces. Como en la ida, no como en la Copa, volvieron a ceder contra Lakovic y los suyos. El desempate, de color amarillo.
El duelo comenzó a toda pastilla, vitamina pura para cualquiera que estuviera presente en él, lo mismo da que en el pabellón que en el sofá de casa o un bar. De inicio, dos triples del Granca, sellados por Slaugther y Brussino, y dos del Valencia, con la firma de Anderson, para poner el 6-6 antes de que nadie pudiera darse apenas cuenta. De este intercambio de golpes inicial salieron más enteros los locales, que se pusieron rápidamente manos a la obra: 17-9.
Llegó entonces un inexplicable apagón en la hueste de Jaka Lakovic. Una canasta desde la periferia de Roberson abrió la veda del torrente ofensivo en el que de pronto derivó el Valenca Basket, que cerró el primer cuarto con una inapelable parcial de 1-17 y el 18-26 en el marcador. En aquellos momentos era el Granca un equipo totalmente anestesiado, viéndolas venir, igual de impotente en ambas canastas.
Al menos parecía la formación insular centrada en defensa al alba del segundo, lo cual era mucho tras los deprimentes minutos anteriores. Happ activó el modo martillo pilón, ese con el que parece imbatible, y apiló seis puntos del tirón para acercar a los suyos hasta el 24-28. Ya estaba de nuevo el Gran Canaria dentro del partido, y un triple de Shurna apretó tanto el marcador que, tras un 11-4 de parcial y el 29-30 en el cielo de pabellón, Mumbrú se estaba obligado a pedir tiempo muerto. Se encomendó entonces el combinado vestido de amarillo a Ben Lammers, que cerró la primera mitad con un 2+1 que le daba a su equipo la primera ventaja, 38-37, desde aquel lejano 17-16.
Con Davies al timón, el Valencia Basket compareció como un tornado tras el descanso, sin duda muy bien aprovechado. Con 10 puntos prácticamente seguidos, 18 ya, incluidos dos triples, el gigante norteamericano impuso su ley para lanzar a su equipo en el marcador: 42-51. Se sentía ofuscado el Granca, que no da una en ataque, tampoco en defensa, maniatado como estaba por la exuberancia física levantina. Encima, Roberson le lanzaba dagas desde lejos: triple, 42-56 y un partido que empezaba a decantarse hacia los visitantes.
Sin embargo, cuando más difícil parecía, más regresaron los locales al partido. A base de tiros libres y mucha potencia de Happ, un parcial de 8-0 ajustó el marcador antes de que una pequeña tangana generada cuando López-Aróstegui intentó, con malas artes, impedir un saque de fondo rápido de Albicy, uno que se las sabe todas. Los árbitros, a los suyo y para no complicarse, que lo hagan otros, decidieron dejar las cosas como estaban. A todo, al acabar el tercer cuarto, todavía quedaba mucha tela que cortar: 51-56.
Ni que fuera un calco del tercero, el inicio del último cuarto se empezó a contar con el mazo de Davies, cinco puntos del tirón, incluido su tercer triple, para darle aire al Valencia: 54-61. No se descomponía el Granca, aunque sendos triples de Roberson o Ojeleye le hicieron tiritar, 59-67, complicando una remontada que no terminaba de consumarse. Tampoco es que dejara de creer en ella, pues en apenas un momento Brussino se cascó un triple, Pelos reventó el aro visitante tras una gran asistencia de Albicy y, tras el consiguiente tiempo muerto de Mumbrú, Happ, expulsado por faltas poco después, le dio la vuelta al marcador. Slaughter no quería faltar a la fiesta que ya empezaba a montarse en el siempre animoso Gran Canaria Arena, y desenfundó desde más allá de la frontera para coronar un parcial de 14-1: 73-68.
La presión, ahora, era para Davies y compañía. Quedaban dos minutos no solo para dilucidar el partido, sino para romper además el desempate clasificatorio entre ambos. En la primera vuelta, además, los insulares habían asaltado La Fonteta: 79-87. En la Copa del Rey triunfó el equipo levantino en el duelo de cuartos de final entre ambos. Hoy, incluso, no hubo pelea pero el ambiente se puso tenso. ¿Cuentas pendientes? Todas las del mundo. Quedaba partido.
Tanto, que un triple de Jovic anunciaba más batalla, 75-71. Sin embargo, las opciones de victorias del Valencia Basket quedaron definitivamente sepultadas por la pericia de Slaughter desde el tiro libro y este triple de Pelos, tras rebote ofensivo de Lammers, que terminó por desconchar definitivamente a los visitantes. Ese 79-71 le sirve al Granca para dejar atrás a su rival de hoy, roto ya el empate clasificatorio entre ambos, al que además le ha ganado los dos partidos de liga. Los insulares siguen metidos de lleno en la pelea por el factor cancha al menos en la primera ronda del playoff.
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