El Granada gana al Bayern en la vuelta de Laso a España
El equipo andaluz no da opción al alemán con 11 puntos de Cheatham. Era el primer partido de Pablo Laso como entrenador del Bayern.
El Covirán Granada se impuso este miércoles por un claro 91-79 al Bayern Munich alemán en un partido amistoso de pretemporada que supuso el regreso, al frente del equipo alemán, del técnico Pablo Laso a los banquillos en una cancha española. Los locales fueron superiores de principio a fin al conjunto alemán de la Euroliga en su tercer amistoso de pretemporada, en el que lograron su primer triunfo tras dos derrotas.
RESUMEN
79 - Bayern Munich (16+21+20+22): Weiler-Babb (2), Kharchenkov (6), Harris (5), Brankovic (16), Gillespie II (3) —cinco inicial—, Edwards
(18), Weidemann (-), Bolmaro (15), Wimberg (-), Darden (8), Kalu (-), Booker (6).
Árbitros: Benjamín Jiménez, Joaquín García y Cristóbal Sánchez.
Incidencias: Partido amistoso de pretemporada correspondiente al 'Memorial José Enrique de la Cruz' disputado en el Palacio de los Deportes de Granada ante 5.186 espectadores.
El Covirán Granada, con un excelso Lluis Costa al mando, apabulló en el primer cuarto (30-16) a un equipo teutón errático y con muchas pérdidas de balón en ataque y blando en defensa. La renta local se alargó hasta los 17 puntos de máxima (35-18, m.12), reaccionando a partir de ahí un Bayern Munich en el que Carsen Edwards (12 puntos al descanso) fue su jugador más destacado. Un parcial de 1-8 metió en el partido a los de Pablo Laso, que lograron dejar la diferencia al descanso por debajo de los diez puntos (46-37).
El segundo tiempo también lo empezó mucho mejor el Covirán Granada, que se disparó en el marcador con buenos minutos de Germán Martínez y del lituano Evaldas Kairys (57-39, m.25) ante un Bayern muy irregular en su rendimiento. En el último cuarto, al que se entró con 72-57, la renta local llegó a ser de 25 puntos tras un parcial de 10-0 (82-57, m.33). Los dos técnicos, como durante todo el choque, siguieron probando a jugadores y combinaciones hasta el final, con un arreón postrero de los alemanes que sólo sirvió para maquillar el marcador.