El Gran Canaria más coral desgaja al líder
Tobey, Homesley, Albicy, Pelos y los tiros libres de Kljajic alicatan su novena victoria. Montero tuvo un triple para la prórroga. Sestina, ocho triples.
Resulta que el Gran Canaria se siente imparable al calor de su gente. De hecho, fue el primer agradecimiento que tuvo Lakovic tras el partido. Que se lo pregunten al Valencia Basket, un equipo de lo más poderoso, tanto como para remontarle hace unos días al Madrid y asumir la primera plaza de la ACB, que ahora peligra (97-94). Los muchachos del entrenador esloveno, en un evocador esfuerzo colectivo, ausentes dos pilares fundamentales como Shurna y Thomasson, se atrincheraron en el timón del partido tras el descanso y ya el rumbo fue suyo.
RESUMEN
94. Valencia Basket (24+14+28+28): Jovic (2), Montero (15), Puerto (8), Pradilla (2), Sestina (27) —cinco inicial—, Badio (10), De Larrea (3), López-Arostegui (4), Jones (7), Costello (7), Brimah (0) y Ojeleye (9).
Cancha: Gran Canaria Arena; 7.102 espectadores.
Nada, en cualquier caso, que no se decidiera hasta los últimos instantes del duelo, en el que el Valencia tuvo, al menos, la opción de mandar el partido a una prórroga finalmente imposible. Se la jugó Montero, uno de los mejores bases de la ACB, silbado cada vez que le llegaba el balón por una afición que no perdona su ingrata actitud y declaración en rebeldía contra la entidad que le dio la oportunidad de hacerse mayor en el baloncesto europeo.
La estupenda coralidad del Dreamland Gran Canaria se vio nada más comenzar el partido con ese 8-4 del que todo el quinteto inicial, salvo Kljajic, había sido partícipe cuando tocaba horadar la canasta rival. Nada en cualquier caso que afectara al Valencia Basket, que cuando el partido simplemente amanecía sacó el mazo que le ha llevado a ser el líder de la ACB. Resulta que, entre unas cosas y otras, un triple de Ojeleye puso el 10-22 en el marcador para ponerle además la guinda a un estruendoso parcial de 4-20 a favor del equipo de Pedro Martínez, una vez más, y como no podía ser de otra forma, recibido en la Isla con todos los honores que sin duda le corresponden.
La hueste local hacía por completo aguas bajo su propio aro, cada ataque del Valencia prácticamente con un pasillo hacia la canasta del Granca. Tuvo que salir Homesley para comandar un conato de arrebato amarillo, y con un triple consiguió cerrar el primer acto con un honroso 17-24 para los suyos, generoso marcador hasta hacía un momento.
Parecía que el Valencia Basket rompía de nuevo el duelo cuando Sestina cantó bingo dos veces consecutivas desde la periferia para el 25-34, 4/5 triples en una primera parte que anunciaba tormenta en el Gran Canaria Arena antes de que Albicy, desde el extrarradio, cortara un parcial de 0-8 a favor de la hueste levantina. Aquel triple del menudo pero genuino base francés fue la chispa que prendió la mecha de su equipo, que se encomendaba también a Tobey, más gigante aún ante uno de sus ex equipos, 21 puntos finales, para marcharse al descanso equilibrando la balanza: 36-38.
Picapedrero de profesión, le tocaba hoy a Pelos dar un paso al frente como 4 abierto ante la baja de Shurna. Vaya si lo hizo con dos enchufes casi del tirón desde la frontera, a la vuelta del descanso, para darle de nuevo al Granca el mando del partido, algo que no se concebía desde el primer cuarto. Otro triple de Sestina, el quinto hasta el momento, apretó el marcador al máximo: 53-52. El partido se convirtió entonces en un magnífico intercambio de golpes en ambas canastas. Montero, envalentonado, se puso los guantes y, con tres directos al mentón amarillo casi consecutivos, y una asistencia a López Aróstegui, apretujaba el duelo, 69-66, cuando los locales amenazaban con marcharse.
Si no lo hicieron fue, en parte, primero por Sestina y después por Montero, tan imparable en el 1x1. El primero se cascó su séptima canasta desde el limbo, 78-74, y después, con un 2+1, primeros encestes de campo y tiro libre respectivamente, empató el duelo a 82. Cuando el Valencia Basket había levantado cabeza más arriba llegaron Pelos y Homesley para pintar la victoria de amarillo con ese 93-85 que parecía imposible de remontar.
Nada que no fuera condicional por obra y gracia de, cómo no, Montero y Sestina. Otra vez. El primero, con dos canastas, y el segundo, con su octavo triple, pusieron el 95-94 con apenas un puñado de segundos por delante, acaso suficientes para que el propio Montero tuviera tiempo de jugarse el triple del empate que, finalmente, no entró pese a las facilidades concedidas por Albicy, único lunar de su grandísimo partido (13 puntos, 5 asistencias y 19 créditos de valoración), y que de paso enalteció, todavía más, los dos tiros libres previos anotados por Jovan Kljajic.
Así abrochó el Gran Canaria su novena victoria liguera del curso, en 13 partidos disputados, esta última ante el todopoderoso líder de la ACB, el hoy desgajado Valencia Basket, al que nada se le puede reprochar. Los insulares, además, multiplican sus opciones de entrar en la Copa como cabezas de serie.
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