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BARCELONA

El Barça medita el encaje de Ricky Rubio

El movimiento del Barça con la incorporación de Ricky Rubio supone un rompecabezas para Roger Grimau. El esquema cambiará para hacer sitio al base.

Actualizado a
Ricky Rubio y Roger Grimau -
JOAN M.BASCUDiarioAS

El Barcelona hizo el martes oficial el regreso de Ricky Rubio a sus filas después de casi trece años de vida en Estados Unidos. Ahora su vuelga es un hecho, con el matiz de que no hay plazos para ver a de El Masnou de nuevo en una cancha vestido de azulgrana. El acuerdo se cerró para asegurar que entraba en plazos de una Euroliga que cerró ayer su tramo de incorporaciones. Cubierta esa burocracia, en el Barça tienen claro, y quieren que sea así, que será Ricky el que decida y marque los tiempos para regresar a las canchas. Por ahora, sigue entrenando con el equipo y está en proceso de sentirse plenamente recuperado y con confianza.

Dicho eso, a nadie se le escapa que una buena versión del base, que además se ha metido de lleno en el proceso olímpico de la Selección de cara a París 2024 (con Preolímpico previo) sería un tremendo golpe de efecto en la temporada azulgrana, que pasaría a apuntar a cotas otra vez muy altas.

Un regreso sin hoja de ruta todavía clara

De entrada, parede obvio que Ricky no estará en la Copa del Rey que se juega la próxima semana en Málaga, y que el Barça abrirá con un duelo en cuarto contra el Manresa, un equipo que ya le derrotó en Liga Endesa, en el Palau. Su regreso se podría retrasar todavía unas semanas, tiempo que el cuerpo técnico tiene que aprovechar, por su parte, para ajustar bien el nuevo plan que tendrá que meter al base en la dinámica del equipo.

Ricky Rubio se apartó de la concentración de España para el pasado Mundial 2023 y no se unió en ningún momento a la temporada de Cleveland Cavaliers mientras cuidaba un problema de salud mental que le ha apartado del baloncesto durante más de medio año y que puso fin de forma definitiva a su etapa en la NBA. Primero pidio al Barça unirse a sus entrenamientos, después oficializó su acuerdo para integrarse en la plantilla del equipo azulgrana.

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La oficialización de su firma sólo respondía a cuestiones burocráticas con la Euroliga, que cerraba el plazo para inscribir nuevos jugadores este 7 de febrero. De ahí la celeridad. Rubio, de 33 años, continuará por ahora con el plan de reacondicionamiento en el Palau Blaugrana.

Una historia de caminos cruzados

El base criado en El Masnou no es ningún neófito en el barcelonismo. Precisamente coincide que el final de su carrera se ha alineado con el inicio de las de varios ex-compañeros en puestos de dirección. Ricky estuvo sólo dos años en el Barça, entre 2009 (cuando fue elegido para la NBA) y 2011 (cuando empezó a jugar en Estados Unidos), pero aquella etapa está pintada de oro en la memoria de la afición. La Euroliga que se levantó en 2010 tuvo como protagonistas a viejos conocidos cuyos caminos se vuelven a cruzar.

Rubio fue una de las herramientas que tuvo Xavi Pascual -que continúa entrenando, ahora en el Zenit de San Petersburgo- para hacer posible aquel éxito. Otra de las estrellas brillantes era Juan Carlos Navarro, recién regresado de unos Grizzlies donde probó el sueño americano, y ahora ‘La Bomba’ es el mánager general de la sección de baloncesto del Barça. Al frente del banquillo está Roger Grimau, otro, y en el equipo técnico le acompaña, entre otros, Víctor Sada. Dentro del equipo del que ahora formará parte Rubio mantiene el vínculo de España con jugadores como Willy Hernangómez, Darío Brizuela, Álex Abrines o Joel Parra.

Un ajuste para reorganizar el equipo

La entrada del ex de los Cavaliers en el plantel agita el árbol de manera inmediata. Roger Grimau y sus ayudantes trabajan ya en los esquemas hacia los que derivar cuando Ricky entre en cancha. Porque es un base director y es un puesto que tenían bien cubierto hasta el momento. Eso hará que las piezas del puzle deban encajar de otra manera.

Los minutos que tendrá Rubio se comerán, presumiblemente y de entrada, los de dos canteranos que han estado apareciendo en partidos resueltos, como es el casi de Kasparas Jakucionis y Dame Sarr. Menos exposición para ellos. Los pocos que está teniendo Oriol Paulí, más en días con bajas y menos cuando todos están disponibles, también se pueden ver afectados. Menos cambio para James Nnaji, tentado por la NBA y con una sorprendente falta de espacio respecto a sus compañeros. La falta de un fichaje interior mantendrá la idea: Willy Hernangómez y Jan Vesely mandan como pívots, con Nnaji a la espera; Jabari Parker convenció por físico, la gran dudda porque de calidad va sobrado, y Oscar da Silva es su pareja de ala-pívot, a la que pueden acceder o Joel Parra -alto- o Nikola Kalinic -bajo- dependiendo de los centímetros que se quieran meter si alguno necesita subir desde el tres.

Y ahí, yendo en escala hacia el uno, es donde será necesario un cambio estructural. Darío Brizuela es escolta, sin posibilidad de ajuste, y Nico Laprovittola ya fue desplazado a un rol de menor presión organizativa para explotar su faceta anotadora (Abrines puede -gracias a su mejora prolongada en defensa- alternar como alero). Por lo tanto, Rubio entrará en una rotación en la que se alternaban Rokas Jokubaitis y Tomas Satoransky. En decidir quién de los dos pase a ser escolta y que la estrategia salga bien estarán buena parte de las posibilidades de triunfo de este Barça. En principio, lo normal es que el lituano pasa a jugar más sin balon, como escolta (lo que ya ha hecho Laprovittola) y Ricky y Satoransky pasen a ser los bases con Brizuela como microondas para aprovechar sus rachas anotadoras en la posición de dos.

La recuperación de Michael Caicedo, lesionado durante buena parte de la campaña, será otro tema a tratar. En la anterior irrumpió en la escena de la Liga tras destacar cedido en Covirán Granada, con lo que fue repescado. Es cupo español y puede defender las tres posiciones exteriores. Su continuidad a corto plazo dependerá de si hay espacio.

Una gran oportunidad de mercado

El club catalán ha estado en busca de una incorporación que elevara la calidad de una plantilla que, juntando a los vinculados de la cantera, ya era larga. Las salidas de Nikola Mirotic y Cory Higgins mermaron la calidad en verano, en consonancia con la propuesta de la directiva de rebajar el presupuesto de las secciones en porcentajes cercanos al 30%. Con un fichaje exterior como objetivo prioritario, se intentaron golpes de efecto en los que no escatimaba el dinero: salió el de Willy Hernangómez pasando por encima del Madrid, se quedó en nada el de un Kevin Punter que fue renovado por el Partizán.

Antes de comenzar el presente curso sonaron nombres como Bryn Forbes o Terence Davis para aportar más pegada ofensiva; también quedaron en nada. Desde el club se informó de que estaban en el mercado. Simplemente tenía que llegar una opción válida por coste y que fuera un verdadero plus para mejorar lo que ya tenían. Antes de este cierre de plazo en la Euroliga el técnico, Grimau, advirtió de que estaban atentos por si surgía una oportunidad de primer nivel. Y esta llegó finalmente, con el sonado regreso de Ricky Rubio.

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