Dulce victoria antes de la Supercopa
El Madrid gana al Baskonia en el tercer puesto del torneo EncestaRías y cierra la pretemporada con cuatro victorias y una sola derrota. Bien Procida. Clave Campazzo.


Último partido de la pretemporada y cuarta victoria en la preparación. El Real Madrid venció al Baskonia (87-80) en Pontevedra para cerrar en tercera posición el torneo EncestaRías y para quitarse algo del mal sabor de boca que dejó la derrota (la única del verano) de la semifinal del viernes ante el Río Breogán: los blancos cayeron en la prórroga tras estar +19 (33-52) avanzado el tercer cuarto.
Fue un triunfo dulce y trabajado. Solvente ante un rival que llegaba con las importantes bajas de Sedekerskis, Howard y Kurucs. El Real tampoco se quedaba cortó sin Maledon, Hezonja, Abalde y Deck. La diferencia entre ambos equipos, el fondo de armario. Entre ellos, los nuevos.
Kramer estuvo fallón, pero con energía, mientras que Lyles dejó buenos movimientos cerca del aro para cerrar con 13 puntos. El alemán (0 de 4) y el canadiense estuvieron negados desde fuera (1 de 6). Tampoco se quedó atrás ahí Okeke con otro 0 de 4. Un mal día que solucionó con 12 tantos y 10 rebotes. El estadounidense mostró una gran movilidad en toda la pista y una capacidad envidiable para encontrar espacio para sus lanzamientos y rebañar rebotes ofensivos.
Aunque el mejor fue Procida. El impacto del italiano en pista fue notorio con 14 puntos y mucha voluntad. Bien en defensa. Mejor en ataque. Rápido con el balón y sin él. También en el lanzamiento. El internacional azzurro sabe aprovechar sus minutos. Y Scariolo, compatriota al mando desde el banquillo, se lo recompensa con oportunidades.
La victoria, de todas formas, llegó de la mano de uno de los clásicos: Facundo Campazzo, que remató al Baskonia a la entrada del último cuarto con un triple para el 65-52. Hay un Madrid con él y otro muy distinto sin él. Desde ahí la renta creció hasta la máxima, 74-59. El argentino hizo 10 puntos y repartió 5 asistencias. Con él y Tavares en cancha los blancos funcionaron a las mil maravillas. Ya son años juntos.
Los blancos empezaron bien. Con dominio. 7-1 de salida ante un rival que se mostraba dudoso. Con cierto respeto. Pero entre que los vitorianos se fueron soltando y los madrileños decidieron fallarlo todo, hubo remontada tras unos buenos minutos de Spagnolo: 7-13.
El Baskonia tomó el mando del enfrentamiento. El Madrid entraba en dudas y las rotaciones no daban aire ni un impulso. Llull salió en el segundo cuarto, expulsado tras una antideportiva y una técnica casi seguidas. Llegó el +10 (19-29) de los vascos… y ahí acabó su luz.
Con el quinteto Campazzo-Feliz-Okeke-Lyles-Tavares, Scariolo dio con la tecla. Pasito a pasito, le dio la vuelta al marcador antes del descanso. Parcial de 21-9 y 40-38. Todos a vestuarios con el viento soplando a favor del Real, que sentenció a su rival al alba del tercer periodo. Solo el acierto de Frisch mantenía al Baskonia. Magnífica mano del francés, que alcanzó los 20 puntos con un 4 de 6 desde el triple. La mayoría desde la esquina. Las penetraciones de Forrest y la fuerza de Diallo permitieron soñar a los vitorianos que se marchan de Galicia con dos derrotas.
El Madrid, por su parte, deja tierras gallegas con la mente puesta en Málaga y en el primer título de la temporada, la Supercopa Endesa, que se disputará el próximo fin de semana en el Martín Carpena. Ahí espera, en semifinales, La Laguna Tenerife. Arranca lo bueno.
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