Cómo ser Feliz a más de 20 metros de la canasta en el Olímpic
Un triplazo lejanísimo del base del Joventut en el último segundo ejecuta a un titubeante Bilbao Basket.
Hay mil maneras de ganar un partido, pero la más increíble y dichosa para un equipo y, a su vez, la que nadie podría envolver en una mayor crueldad es la que registraron en el libro de lo inimaginable el Joventut y el Bilbao Basket. Tenía que ser alguien que se apellida Feliz el que diera forma a algo inverosímil y llevara el éxtasis a la grada del Olímpic. El Bilbao Basket veía ganado el partido, ¿y quién no? Eso creía, como dos jornadas atrás en Zaragoza, donde empezó a convivir con las dudas tras desplomarse en un cuarto y medio lamentables. Dilapidó una renta gigante hasta caminar por un final apretado. Con empate a 78 y saque de banda, Kullamae cortó de fuera hasta cerca de la línea de fondo, aprovechando un doble bloqueo de Killeya-Jones y Reyes para liberarle a él y Smith. El estonio tuvo un tiro completamente solo a seis metros. Era el lanzamiento para romper un túnel de cuatro derrotas consecutivas en ACB, pero dio en el hierro. Se quedó corto y su decepción le paralizó, cuando tenía que haber reaccionado inmediatamente. El más vivo en el rebote largo fue Feliz. Los segundos se iban evaporando. Cogió la bola cerca de la zona por donde había sacado Renfroe un suspiro antes. Se la sacó de encima el dominicano como pudo, en tiempo por muy pocas décimas, con un recorrido de más de 20 metros. Y metió una de esas canastas que se disfrutarán durante muchos días por parte de los aficionados al baloncesto. Los árbitros lo chequearon, pero era evidente que el disparo estaba integrado dentro de los 40 minutos reglamentarios. El Bilbao Basket gestionó muy mal los 60 segundos definitivos y no supo salir del agujero emocionalmente cuando se vio que se igualaba un pulso que tenía en su mano (30:13 mandando en el luminoso, por 4:24 en el caso de los verdinegros). Carece de colmillo y se deja comer la tostada, se desmadra con una facilidad pasmosa cuando alcanza ventajas jugosas, cae víctima de sus errores y temblores. Este sonoro batacazo le va hacer un daño atroz.
El Joventut sigue sobreviviendo en casa, pese a las bajas. Sin Allen, Brodziansky y Tomic, y a la espera de la incorporación definitiva de Cook, el equipo verdinegro se subió a la espalda de Feliz y Thomas, para galopar con una amplia nómina de chavales. Las 16 pérdidas del conjunto de Ponsarnau fueron un lastre, y también las dos antideportivas. La secuencia del último minuto (69-76) es para deprimir a cualquiera, un delirio absoluto: dos tiros libres de Feliz (71-76), una canasta de Thomas tras dos rebotes ofensivos suyos (73-76), un tiro libre de Renfroe (73-77), triple de Thomas (76-77), tiro libre de Kullamae (76-78), canasta de dos de Ribas (78-78) y la magia de Feliz casi desde su casa. 12-2, para no creer.
RESUMEN
78 - Surne Bilbao (19+22+19+18): Renfroe (13), Smith (10), Rabaseda (3), Andersson (7), Hlinason (9) -cinco inicial-; Killeya-Jones (2), Reyes (10), Kullamae (12), De Ridder (6), Pantzar (6) y Tsalmpouris (0).
Árbitros: Miguel Ángel Pérez Pérez, Joaquín García González y David Sánchez Benito. Eliminaron por cinco faltas personales al visitante Hlinason (min. 38).
Incidencias: Partido de la décima jornada de la Liga Endesa disputado en el Palau Municipal d'Esports de Badalona ante 8.132 espectadores.
Todo lo anterior sirve de poco. Pero se puede resumir en una Penya que este año va muy justa, a la espera de la incorporación de los lesionados y del sustituto al célebre Onuaku, el lanzador de tiros libres a cuchara. Lo bueno que tiene es que no se desengancha en los partidos de su casa. Comenzaron ambos equipos con un intercambio de canastas y muchas transiciones ofensivas. Los cincos del Bilbao Basket empezaron a un nivel muy bajo, bajo el suelo, mientras que el Joventutr no acertaba desde la línea de triple. Los chavales de Duran iban creciendo en confianza y al Surne le faltaba concierto en ataque. Cuatro puntos consecutivos para arrancar el segundo período de Deshaun Thomas pusieron la primera ventaja para los locales (24-20, min. 13), pero en un abrir y cerrar de ojos llegaba el parcial vasco para darle la vuelta de nuevo a la tortilla. Kullamae cogió las riendas y la irrupción del joven Ruzic dio alas al cuadro badalonés, poniendo el empate a 38 en el marcador. Un triple sobre la bocina de Reyes, muy mejorado tras la versión apocada de Transilvania el miércoles, dejó al Surne Bilbao por delante al descanso (38-41).
En la reanudación, otro parcial comandado por Thomas situó por delante a los verdinegros, pero de nuevo fue un espejismo. A partir de la siguiente jugada, el Surne volvió a abrir brecha con unos buenos minutos de Renfroe, que se marcó un triplazo desde ocho metros. Fue el que se salvó del naufragio. En los últimos diez minutos, Reyes puso la máxima renta con uno de sus triples (56-64, min. 32). Sin embargo, la Penya creyó hasta el final y llegó a los últimos minutos con opciones de remontada. Y no vale con clamar al cielo por restar gravedad a una falta antideportiva que cometió Andrews sobre Kullamae con 76-77 a 12 segundos para acabar, revisada por los árbitros tras ‘challenge’ visitante. Una jugada igual poco antes sí había recibido ese castigo, pero parece que la cosa cambia si pertenece a los instantes finales. Esgrimir esto como justificación en un equipo que se diluyó de semejante manera sería muy triste.
Killeya-Jones ha perdido la frescura que tenía a comienzos de temporada. Iba al aro solo y se le escapó el balón mientras decidía si machacaba o dejaba una bandeja. El Bilbao Basket perdía la cabeza, entregando canastas y adicional absurdas o fallando en la ‘pintura’. Así que ante ese tembleque de piernas, tal vez mereció la crueldad que visitó su caseta en el segundo final. Un guion despiadado e inmisericorde. Feliz, de vuelta tras su lesión, repartió alegría en el Olímpic. Luego cogió a sus hijos con el cariño de un padre entregado, con naturalidad, como si esa barbaridad a más de 20 metros la manufacturara cada día.
Duran: “El Surne Bilbao ha jugado mejor, pero hemos creído hasta el final”
Carles Duran, puntualizó que “el Surne Bilbao jugó mejor”, pero que su equipo “creyó hasta el final” en una remontada que se culminó con el triple final de Andrés Feliz. En referencia al estado del equipo, el entrenador catalán se mostró aliviado. “Nos estaba costando mucho estas semanas por las bajas, y la verdad es que necesitábamos algo así con un muy buen ambiente”, dijo.
“Yannick Kraag ha venido al partido enfermo y con vómitos, por eso no ha podido ayudar al equipo”, añadió. Sobre el triple final de Andrés Feliz desde medio campo, Duran remarcó que no lo celebró mucho, “porque no tenía claro si estaba dentro de tiempo”. Sin embargo, destacó que sus ayudantes “se volvieron locos” al final del partido.
Se mostró contento por todo lo ocurrido, pero en ningún caso quiso lanzar las campas al vuelo. “Estoy contento pero no debemos estar eufóricos, porque hoy el rival ha sido mejor”, destacó. “Seré muy feliz cuando todos los que están lesionados vuelvan y podamos jugar con todo el equipo”, finalizó el técnico del conjunto verdinegro.
Jaume Ponsarnau: “Hemos sido inexpertos”
Jaume Ponsarnau remarcó que fueron “inexpertos” a la hora de defender la última jugada. Analizó la última jugada: “Estas cosas pasan, hemos sido inexpertos, pero lo peor ha sido nuestra primera mitad. Era un partido que teníamos casi ganado. Pero con el casi, porque en baloncesto no puedes dar nada por ganado hasta que suena la bocina final”. Para finalizar, puntualizó que “el partido no solo se decide por el último triple, también por los últimos tiros libres fallados y los rebotes no cogidos”, apuntó.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.