Carlos Alocén, siguiendo los pasos de Llull

La vuelta de Carlos Alocén (22 años y 1,94 metros) a las canchas después de 21 meses de lesión fue una de las notas positivas de la pasada jornada de Liga Endesa. En el encuentro que se llevó el Real Madrid el jugador aragonés disputó siete minutos frente a MoraBanc Andorra, donde hizo 5 puntos y 7 de valoración. Una lesión tan larga como la suya (ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda) nos hace recordar a otros jugadores que sufrieron la misma rotura, alguno de ellos en dos ocasiones. El caso de Alocén no es el único que ha sufrido un jugador del equipo blanco: Sergio Llull hace ya seis temporadas estuvo en la misma situación.

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España se enfrentaba a Bélgica en uno de los clásicos partidos de preparación para el Eurobasket de 2017. En una jugada fortuita, Llull se lesionaba. Los gritos de dolor desde el suelo hacían presagiar que era algo grave. Pocas horas después, la Federación anunciaba la peor de las noticias, rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Esto le llevaría a perderse ese torneo con la Selección y gran parte de la temporada. No sería hasta el 25 de abril cuando volvería a las pistas de baloncesto para ayudar a la victoria frente a Panathinaikos, siendo clave en la consecución del título de Euroliga del Madrid. Un lustro después de ese proceso volvería a ser clave para alcanzar una nueva Euroliga. Para Alocén debe ser el espejo donde mirarse y saber que es posible volver a recuperar su mejor versión tras tantos meses fuera.

Otro compañero suyo en la Selección podría servirle de ejemplo: Ricky Rubio. El jugador de los Cavaliers sufrió hace ya casi dos años la misma lesión, que le sacó fuera de las pistas más de un año. En su mejor momento con esta franquicia de la NBA y pocos meses después de anotar el máximo histórico de un español en los Juegos Olímpicos (38, frente a Estados Unidos). Volvería a disputar 33 partidos esa temporada, aunque perdiendo el protagonismo que había tenido al arranque de la anterior campaña. Actualmente, sigue apartado de la actividad deportiva mientras se recupera de los problemas de salud mental que le impidieron jugar el último Mundial. Pero esa no fue la primera ocasión que sufría esa lesión: el 8 de marzo 2012, los Wolves jugaban contra los Lakers y, a falta de 16,4 segundos, el base intentó frenar a Kobe Bryant, que chocó con la rodilla izquierda del español. Ricky sufrió una rotura del ligamento anterior cruzado de la rodilla izquierda. Pasó por quirófano unos días después y en la operación descubrieron que también tenía dañado el ligamento colateral. El base, por aquel entonces en los Wolves, se perdió los Juegos de Londres y no volvió a jugar hasta el 15 de diciembre de ese año.

En la otra cara de la moneda está el caso de Raül López. El base se lesionó con el Real Madrid en noviembre de 2001 y no reapareció hasta mayo de 2002. Seis meses de parón por una rotura del ligamento cruzado en la rodilla derecha. Ese verano Raül López había decidido marcharse a la NBA, donde los Jazz lo habían elegido un año antes en el puesto 24. Se pasó un año en blanco por la misma lesión en la rodilla derecha. Esta se produjo con la Selección, cuando España preparaba el Mundial de Indianápolis (2002). En 2005 tuvo que volver a pasar por quirófano, pero fue en la otra rodilla, la izquierda, y por una dolencia distinta: una lesión que afectaba al hueso y al cartílago, no a los ligamentos.

Durante los próximos partidos podremos ir comprobando como Alocén progresa en su vuelta al baloncesto y volver a recuperar el nivel que tenía para que el Madrid decidiera apostar por él. Una lesión bastante común en el mundo del deporte. Otros jugadores, como Klay Thompson en los Warriors o un Jabari Parker que ahora juega en el Barça (y que tuvo que pasar dos veces por el quirófano), han demostrado que es posible volver a jugar como si no se hubiera producido este parón.

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