Ha ocurrido más veces. Por ejemplo, en la final de la Copa Korac de 1999 (Barça-Estudiantes) y en la Eurocup de 2008 (Joventut-Girona) y 2017 (Unicaja-Valencia). Pero con lo que ha crecido el baloncesto por todo el mundo no es nada habitual ver una final de un gran torneo internacional con dos equipos de un mismo país. Miribilla escribirá otro capítulo de este tipo de monopolios mañana. La Champions de 2022, la del bendito regreso a la normalidad con pabellones repletos, se la jugarán el Tenerife y el Manresa. Un evento que habla en castellano desde su creación, porque tres de sus cinco ediciones se las ha llevado un representante de la ACB. Tercera ocasión seguida con triunfo nacional. Es la primera vez que hay una final monocolor: el 50 por ciento de los equipos que llegaron a este cruce definitivo son españoles (6/12).

Ambos se enfrentaron en la Liga la semana pasada y ganó con solvencia el CB Canarias. Es obligado comenzar hablando de éste, el favorito, un club que hace tiempo que dejó de ser humilde. Si Bilbao aguardaba una final española, los insulares cumplieron con su parte con una profesionalidad intachable. Lo suyo es pura rutina. Llevan desfilando por cinco de las seis últimas fases finales de la Champions y llegar a la tercera final era como cubrir un expediente sin mucho esfuerzo. Nadie ha pisado tantas veces la lucha definitiva por la copa. Ese es su oficio. Con Míster BCL al frente, un Vidorreta que ostenta el récord de partidos y victorias en el torneo, todo va encarrilado. Sería especial para él levantar la Champions en su tierra. Y para los cinco jugadores que militaron en el Bilbao Basket y que se han reunido en la isla. El Hapoel Holon peleó hasta donde pudo. Un triple de Menco, estrella hebrea junto con Ragland, viejo conocido en la ACB, puso a los israelís con un punto de ventaja a 3:47 para acabar (69-68). Cada vez que reaccionaban, el Tenerife les castigaba cargando el juego sobre Shermadini. Este y Guerra se unieron a los excelentes Marcelinho y Fitipaldo para la sentencia en el cruce.

Tienen una BCL tras imponerse 63-59 contra Banvit en 2017, pero perdieron la segunda, 61-73 contra la Virtus de Bolonia en 2019. Intentarán unirse a San Pablo Burgos (2, en 2020 y 2021) como múltiple ganador de la BCL. Los pupilos de Vidorreta han ganado sus últimos 10 compromisos en la competición, solo Mónaco (14 entre abril de 2017 y enero de 2018) atesora una racha más larga. Los insulares se han impuesto en los seis partidos disputados en suelo español en cuartos de final, semifinales y  final de la competición. Eso sí, ha caído en tres de sus últimos cinco partidos de BCL jugados contra otros equipos de ACB; de hecho, solo contra equipos de Italia ha perdido más partidos en la competición (4).

Doornekamp es el único entre los participantes que ya ha jugado una final de la BCL, fue la primera, ganada con Lenovo Tenerife; anotó tres puntos, capturó cinco rebotes y dio dos asistencias en 31 minutos de juego. Huertas, por su parte, se convertirá a sus 38 años y 11 meses en el segundo jugador de mayor edad en disputar una final de este torneo, tras Omar Cook en 2021 (39 años 3 meses). El base brasileño ha realizado más de cinco asistencias en cada uno de sus 12 partidos de la BCL jugados desde principios de 2022 y también ha anotado más de 10 puntos en cada una de sus últimas cinco apariciones en la BCL, su mejor racha en la competición.

Si el Tenerife se puso en el asiento del piloto y condujo el partido bajo su mando durante prácticamente los 40 minutos, quitando algún hipo sin importancia, en la segunda semifinal, la que debía confirmar que esta BCL está teñida de rojo y gualda, el Manresa tampoco sufrió grandes dramas ante el Ludwigsburg, al que muchos señalaban como la Cenicienta, y durante tres cuartos ejerció de revoltoso invitado a la fiesta de los del Bages. Miribilla fue israelí en la primera sesión, con los aficionados del Hapoel a todo trapo, y catalana en el segundo, con casi 4.000 hinchas que convirtieron el recinto en otro Nou Congost.

Sima, Moneke (coleccionista de rebotes) y Francisco fueron los ejecutores, aunque se notó a Dani Pérez que viene de un tiempo parado. Mañana es un día señalado para este entrañable club, que tiene en sus vitrinas la Copa de la leyenda Creus y la Liga de Casimiro y sus heroicos muchachos. Se ve en su primera final europea y puede alcanzar el cielo que tanto tiempo lleva persiguiendo. Pedro Martínez, un técnico cuyos números abruman, ganó la Korac 18 días después de tomar las riendas en el Joventut. Tenía 28 primaveras. Ahora su carrera vuelve a relanzarse hacia la estratosfera. Miribilla será su casa, porque la hinchada puede engordar hasta las 6.000 almas manresanas.

El BAXI Manresa llegá a su gran momento tras dos temporadas en la competición; son el octavo equipo diferente en llegar a este cruce definitivo y el tercero de España (Lenovo Tenerife y San Pablo Burgos). Ha ganado sus últimos cuatro partidos de BCL y una victoria contra Lenovo Tenerife equivaldría a su mejor racha de victorias en la competición (5 entre las jornadas 1 a 5 de esta temporada). Moneke ha hecho un doble-doble en dos de sus últimos tres partidos de la BCL, incluidos 13 puntos y 13 rebotes en semifinales, después de no haber hecho nunca un doble-doble en sus 11 partidos anteriores en la competición. Y Sima es uno de los tres jugadores que han participado en cada uno de los 15 partidos del BAXI Manresa esta temporada en la competición (también Dani Pérez y Sylvain Francisco.