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BALONCESTO

Del hazmerreir a la revolución: así resucitaron los Clippers

Después de ser considerada durante casi toda su historia la peor franquicia de todo el deporte estadounidense, Los Angeles Clippers se han convertido en uno de los equipos más ambiciosos y mejor gestionados de la NBA. Así cambiaron una historia maldita.

La temporada de Los Angeles Clippers acabó sin el play in. La baja de última hora por COVID de Paul George, unida a la ausencia conocida de Kawhi Leonard, que no ha jugado en toda la temporada por una lesión de rodilla, lastró al equipo en el partido definitivo, en su pista contra los Pelicans. Antes, también habían perdido contra los Timberwolves. Dos derrotas que no ocultan un hecho esencial: los Clippers han firmado su undécima temporada seguida (esta 42-40) con balance positivo. Nadie lleva más ahora mismo en toda la NBA que la franquicia angelina. Y eso a pesar de que Kawhi no ha jugado y George se ha perdido 51 partidos. Competir se ha convertido en norma para un equipo que durante años fue el hazmerreir de la NBA… y de todo el deporte estadounidense.
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Competir, nueva seña de identidad

La temporada de Los Angeles Clippers acabó sin el play in. La baja de última hora por COVID de Paul George, unida a la ausencia conocida de Kawhi Leonard, que no ha jugado en toda la temporada por una lesión de rodilla, lastró al equipo en el partido definitivo, en su pista contra los Pelicans. Antes, también habían perdido contra los Timberwolves. Dos derrotas que no ocultan un hecho esencial: los Clippers han firmado su undécima temporada seguida (esta 42-40) con balance positivo. Nadie lleva más ahora mismo en toda la NBA que la franquicia angelina. Y eso a pesar de que Kawhi no ha jugado y George se ha perdido 51 partidos. Competir se ha convertido en norma para un equipo que durante años fue el hazmerreir de la NBA… y de todo el deporte estadounidense.

FOTO:David BerdingGetty Images
En los 18 años anteriores a esta racha (1993-2011) los Clippers solo habían estado una vez en balance positivo, un 45-37 en la temporada 1991-92. Desde la llegada a Los Ángeles en 1984, procedente de San Diego (antes fueron Buffalo Braves) los Clippers solo jugaron playoffs cuatro veces hasta 2011: tres derrotas en primera ronda y una en semifinales del Oeste, en 2006. Entre 2011 y 2021, solo faltaron una vez a las eliminatorias y tuvieron seis años seguidos por encima del 60% de triunfos. Faltó no solo un anillo, claro, también una final de Conferencia que no llegó hasta el año pasado: 4-2 de los Suns, que aprovecharon la baja de Kawhi, que cayó en segunda ronda y se perdió el resto de esos playoffs… y toda esta temporada. Pero, y antes habría sonado a chiste algo así, los Clippers han sido uno de los mejores equipos de la NBA en la última década.
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Un contexto que habla a gritos

En los 18 años anteriores a esta racha (1993-2011) los Clippers solo habían estado una vez en balance positivo, un 45-37 en la temporada 1991-92. Desde la llegada a Los Ángeles en 1984, procedente de San Diego (antes fueron Buffalo Braves) los Clippers solo jugaron playoffs cuatro veces hasta 2011: tres derrotas en primera ronda y una en semifinales del Oeste, en 2006. Entre 2011 y 2021, solo faltaron una vez a las eliminatorias y tuvieron seis años seguidos por encima del 60% de triunfos. Faltó no solo un anillo, claro, también una final de Conferencia que no llegó hasta el año pasado: 4-2 de los Suns, que aprovecharon la baja de Kawhi, que cayó en segunda ronda y se perdió el resto de esos playoffs… y toda esta temporada. Pero, y antes habría sonado a chiste algo así, los Clippers han sido uno de los mejores equipos de la NBA en la última década.

FOTO:BettmannBettmann Archive
El deporte estadounidense cambió para siempre en 1979, cuando el legendario Jerry Buss compró por 67,5 millones de dólares Los Angeles Lakers junto a Los Angeles Kings (NHL), el Forum de Inglewood y un enorme rancha propiedad del anterior dueño, Jack Kent Cooke. Buss convirtió a los Lakers en el epitome de la diversión, de Hollywood, de los años 80: el Showtime. Una marca global en la soledad L.A. Cooke se quedó también, en un cambio de cromos mastodóntico, el edificio Chrysler de Nueva York. Buss, criado en Wyoming, irrumpió en California con una ambición máxima que creció a través del negocio inmobiliario. Buss recomendó a otro empresario con el que hacía tratos, Donald Sterling, que comprara los Clippers, algo que hizo en 1981 por 12,5 millones. La ‘operación Lakers’ se hizo, en parte, gracias a 2,7 millones que le pagó Sterling por un bloque de apartamentos.
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Dos direcciones distintas en los Ángeles

El deporte estadounidense cambió para siempre en 1979, cuando el legendario Jerry Buss compró por 67,5 millones de dólares Los Angeles Lakers junto a Los Angeles Kings (NHL), el Forum de Inglewood y un enorme rancha propiedad del anterior dueño, Jack Kent Cooke. Buss convirtió a los Lakers en el epitome de la diversión, de Hollywood, de los años 80: el Showtime. Una marca global en la soledad L.A. Cooke se quedó también, en un cambio de cromos mastodóntico, el edificio Chrysler de Nueva York. Buss, criado en Wyoming, irrumpió en California con una ambición máxima que creció a través del negocio inmobiliario. Buss recomendó a otro empresario con el que hacía tratos, Donald Sterling, que comprara los Clippers, algo que hizo en 1981 por 12,5 millones. La ‘operación Lakers’ se hizo, en parte, gracias a 2,7 millones que le pagó Sterling por un bloque de apartamentos.

FOTO:BettmannBettmann Archive
Desde entonces, el destino de los Clippers estaba sellado. Los Lakers devoraron el gigantesco mercado de Los Ángeles y se abrieron al mundo como un fenómeno de masas. Sumaron títulos y mitos (Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Pat Riley…). Los Clippers optaron por vivir de las migajas, ser el hermano pobre sin rubor. Una franquicia de saldo, que no invertía, no cuidaba a sus jugadores, no forjaba proyectos y se limitaba a…. dejar pasar las temporadas. Sterling se ganó la consideración de peor propietario del deporte profesional estadounidense. Con él, los Clippers no tenían futuro. Pero entonces, cambió todo.
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El hermano pobre de L.A. encantado de la vida

Desde entonces, el destino de los Clippers estaba sellado. Los Lakers devoraron el gigantesco mercado de Los Ángeles y se abrieron al mundo como un fenómeno de masas. Sumaron títulos y mitos (Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Pat Riley…). Los Clippers optaron por vivir de las migajas, ser el hermano pobre sin rubor. Una franquicia de saldo, que no invertía, no cuidaba a sus jugadores, no forjaba proyectos y se limitaba a…. dejar pasar las temporadas. Sterling se ganó la consideración de peor propietario del deporte profesional estadounidense. Con él, los Clippers no tenían futuro. Pero entonces, cambió todo.

FOTO:Stephen DunnGetty Images
En 2014, un escándalo mayúsculo sacudió a los Clippers…. Y a la NBA. Unas grabaciones con comentarios racistas y despectivos hacia los jugadores de Sterling pusieron a la Liga en alerta roja. Adam Silver, además, acababa de ascender al cargo de comisionado tras la era David Stern. Silver no tembló, Sterling fue apartado, primero, y obligado a vender la franquicia, después. El asunto, que amenazó con sacudir los playoffs 2014, se gestionó de forma rápida e impecable, y de la puja emergió Steve Ballmer, cofundador de Microsoft. Por 2.000 millones de dólares (solo por detrás en el deporte USA de los 2.150 que costaron los Dodgers de Los Ángeles, de la MLB), Ballmer heredó lo que era un erial, terreno muerto. De ese solar ha emergido una de las franquicias mejor gestionadas, más ambiciosas y con más recursos de la NBA. Una que hoy está valorada en 3.300 millones.
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Escándalo racista acabó siendo un regalo

En 2014, un escándalo mayúsculo sacudió a los Clippers…. Y a la NBA. Unas grabaciones con comentarios racistas y despectivos hacia los jugadores de Sterling pusieron a la Liga en alerta roja. Adam Silver, además, acababa de ascender al cargo de comisionado tras la era David Stern. Silver no tembló, Sterling fue apartado, primero, y obligado a vender la franquicia, después. El asunto, que amenazó con sacudir los playoffs 2014, se gestionó de forma rápida e impecable, y de la puja emergió Steve Ballmer, cofundador de Microsoft. Por 2.000 millones de dólares (solo por detrás en el deporte USA de los 2.150 que costaron los Dodgers de Los Ángeles, de la MLB), Ballmer heredó lo que era un erial, terreno muerto. De ese solar ha emergido una de las franquicias mejor gestionadas, más ambiciosas y con más recursos de la NBA. Una que hoy está valorada en 3.300 millones.

FOTO:Allen J. SchabenLos Angeles Times via Getty Imag
Ballmer ha dinamizado los Clippers, ha gastado donde no hay techos salariales (ejecutivos, instalaciones…), ha creado un proyecto hecho para aspirar de forma constante al anillo y ha transformado el futuro del equipo separándolo del antiguo Staples Center (ahora Crypto.com Arena), y de la inacabable sombra de los Lakers, y preparando la mudanza a Inglewood, precisamente donde estaba aquel Forum en el que los de púrpura y oro levantaron su imperio. El nuevo Intuit Dome, un rutilante nuevo pabellón, estará completado en 2024. Ballmer incluso pagó 400 millones por el viejo Forum. El pabellón ha costado más de 1.200 millones de dólares, pero los Clippers se ingresaron más de 800 en los 10 primeros días desde el anuncio oficial en acuerdos publicitarios, 500 de ellos de Intuit por el naming del pabellón. Los Clippers tendrán su hogar, un área lejos del downtown de L.A. que tratarán de hacer suya. Un paso necesario y una muestra más de la visión de Ballmer, absolutamente expansiva.
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El sueño:un futuro eternamente brillante

Ballmer ha dinamizado los Clippers, ha gastado donde no hay techos salariales (ejecutivos, instalaciones…), ha creado un proyecto hecho para aspirar de forma constante al anillo y ha transformado el futuro del equipo separándolo del antiguo Staples Center (ahora Crypto.com Arena), y de la inacabable sombra de los Lakers, y preparando la mudanza a Inglewood, precisamente donde estaba aquel Forum en el que los de púrpura y oro levantaron su imperio. El nuevo Intuit Dome, un rutilante nuevo pabellón, estará completado en 2024. Ballmer incluso pagó 400 millones por el viejo Forum. El pabellón ha costado más de 1.200 millones de dólares, pero los Clippers se ingresaron más de 800 en los 10 primeros días desde el anuncio oficial en acuerdos publicitarios, 500 de ellos de Intuit por el naming del pabellón. Los Clippers tendrán su hogar, un área lejos del downtown de L.A. que tratarán de hacer suya. Un paso necesario y una muestra más de la visión de Ballmer, absolutamente expansiva.

FOTO:Jeff GrossGetty Images
En el cambio de dirección de los Clippers influyeron más factores que Ballmer, claro. En 2013, llegó un entrenador como Doc Rivers, uno de los personajes más respetados y carismáticos de la NBA. Y un técnico que venía de hacer campeones a los Celtics en 2008. Su presencia dio una nueva respetabilidad a una franquicia que había tenido seis entrenadores entre 2000 y 2013. En su primera temporada, Rivers llevó a los Clippers a su mejor temporada histórica (57 victorias) y, quizá más importante, ejerció (como entrenador afroamericano, además) un rol fundamental en el escándalo de Sterling. Su voz unió a su vestuario, resonó en toda la NBA y representó a una franquicia de pronto fuerte, lista para dar el salto a un futuro que parecía imposible. En pista, Blake Griffin fue número 1 del draft en 2009 y más de tres años después, el 8 de diciembre de 2011, llegó Chris Paul. Uno de los mejores bases de la historia y el jugador que lo cambió todo.
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Entrenador con carisma, general en pista

En el cambio de dirección de los Clippers influyeron más factores que Ballmer, claro. En 2013, llegó un entrenador como Doc Rivers, uno de los personajes más respetados y carismáticos de la NBA. Y un técnico que venía de hacer campeones a los Celtics en 2008. Su presencia dio una nueva respetabilidad a una franquicia que había tenido seis entrenadores entre 2000 y 2013. En su primera temporada, Rivers llevó a los Clippers a su mejor temporada histórica (57 victorias) y, quizá más importante, ejerció (como entrenador afroamericano, además) un rol fundamental en el escándalo de Sterling. Su voz unió a su vestuario, resonó en toda la NBA y representó a una franquicia de pronto fuerte, lista para dar el salto a un futuro que parecía imposible. En pista, Blake Griffin fue número 1 del draft en 2009 y más de tres años después, el 8 de diciembre de 2011, llegó Chris Paul. Uno de los mejores bases de la historia y el jugador que lo cambió todo.

FOTO:Scott HalleranGetty Images
Chris Paul es un jugador legendario, generacional. La definición suprema del playmaker, un base entre los mejores que jamás han jugado al baloncesto. Ha jugado en cinco franquicias. En cuatro (todas menos los Thunder, a los que llevó a playoffs en lo que parecía un año de reconstrucción y tanking) ha protagonizado (Hornets, Clippers, Rockets, Suns) la temporada de más victorias en la historia de esos equipos. Con Blake Griffin y DeAndre Jordan recibiendo sus pases por encima del aro (los Clippers fueron definidos como Lob City, ciudad de alley oops), los Clippers se convirtieron en perpetuos aspirantes al anillo. Se toparon con su mala suerte endémica, en forma de lesiones, y con unos Warriors que forjaron, en ese Oeste, el que seguramente es el equipo más potente de la historia. Pero los Clippers habían dejado de ser una broma, especialmente para los aficionados jóvenes.
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La era Chris Paul, todo... menos el anillo

Chris Paul es un jugador legendario, generacional. La definición suprema del playmaker, un base entre los mejores que jamás han jugado al baloncesto. Ha jugado en cinco franquicias. En cuatro (todas menos los Thunder, a los que llevó a playoffs en lo que parecía un año de reconstrucción y tanking) ha protagonizado (Hornets, Clippers, Rockets, Suns) la temporada de más victorias en la historia de esos equipos. Con Blake Griffin y DeAndre Jordan recibiendo sus pases por encima del aro (los Clippers fueron definidos como Lob City, ciudad de alley oops), los Clippers se convirtieron en perpetuos aspirantes al anillo. Se toparon con su mala suerte endémica, en forma de lesiones, y con unos Warriors que forjaron, en ese Oeste, el que seguramente es el equipo más potente de la historia. Pero los Clippers habían dejado de ser una broma, especialmente para los aficionados jóvenes.

FOTO:Harry HowGetty Images
Chris Paul llegó, en 2011, después de que los Clippers hubieran protagonizado uno de esos pufos que habían sido hasta entonces marca de la casa. En 2008 le dieron a Baron Davis 65 millones de dólares por cinco temporadas. El base nunca estuvo a la altura en su ciudad natal, y, desesperados por limpiar su contrato, los Clippers lo enviaron a los Cavaliers, que recibieron como premio por absorber ese dinero tóxico una primera ronda, sin protecciones, en ese draft de 2011. Acabó siendo el número 1… y, a la salud de los Clippers, los Cavs eligieron a Kyrie Irving. En noviembre, los Lakers fueron a por Chris Paul para unirlo a Kobe Bryant en otro proyecto mastodóntico. Pero David Stern, propietario de facto de unos Hornets en proceso de venta, aprobó un veto que, con la presión del resto de franquicias, bloqueó la llegada de Paul a los Lakers en una operación a tres bandas que, por ejemplo, habría llevado a Pau Gasol a Houston Rockets. Este fiasco se certificó el 14 de noviembre. El 8 de diciembre, los Clippers pescaron en río revuelto y se llevaron a Paul.
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Por una vez, los Lakers no tuvieron suerte

Chris Paul llegó, en 2011, después de que los Clippers hubieran protagonizado uno de esos pufos que habían sido hasta entonces marca de la casa. En 2008 le dieron a Baron Davis 65 millones de dólares por cinco temporadas. El base nunca estuvo a la altura en su ciudad natal, y, desesperados por limpiar su contrato, los Clippers lo enviaron a los Cavaliers, que recibieron como premio por absorber ese dinero tóxico una primera ronda, sin protecciones, en ese draft de 2011. Acabó siendo el número 1… y, a la salud de los Clippers, los Cavs eligieron a Kyrie Irving. En noviembre, los Lakers fueron a por Chris Paul para unirlo a Kobe Bryant en otro proyecto mastodóntico. Pero David Stern, propietario de facto de unos Hornets en proceso de venta, aprobó un veto que, con la presión del resto de franquicias, bloqueó la llegada de Paul a los Lakers en una operación a tres bandas que, por ejemplo, habría llevado a Pau Gasol a Houston Rockets. Este fiasco se certificó el 14 de noviembre. El 8 de diciembre, los Clippers pescaron en río revuelto y se llevaron a Paul.

FOTO:Harry HowGetty Images
Blake Griffin jugó ocho años en los Clippers. En cinco fue all star. Promedió con la franquicia más de 21 puntos y 9 rebotes por noche y se elevó como figura mediática en la Liga, sobre todo por sus tremendos mates. En julio de 2017, como agente libre, renovó por cinco años y 173 millones después de una tremenda campaña de la franquicia, que le engatusó con el lema “Clipper for life”. Pero esta era en los despachos demostró que también iba a operar sin miramientos ni romanticismo. El 29 de enero de 2018, medio año después, un Griffin que se acercaba a la treintena y dejó de entrar en unos planes de futuro que cambiaron el ritmo con la salida de Chris Paul con destino Houston Rockets (junio de 2017), fue traspasado a Detroit Pistons. Los Clippers no querían languidecer: en el verano de 2019 ganaron la gran batalla de su vida a los Lakers, a los que le arrebataron a Kawhi Leonard, que buscaba destino en California tras ser MVP de las Finales con los Raptors. Para hacerlo, le prometieron otra estrella, así que tiraron la casa por la ventana (con una bolsa de picks de draft histórica) para operar un traspaso por Paul George, entonces en OKC Thunder. Había nacido un megaproyecto, uno que en ese verano de 2019 todos consideraron favorito al título por aclamación.
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De un proyecto ganador a otro

Blake Griffin jugó ocho años en los Clippers. En cinco fue all star. Promedió con la franquicia más de 21 puntos y 9 rebotes por noche y se elevó como figura mediática en la Liga, sobre todo por sus tremendos mates. En julio de 2017, como agente libre, renovó por cinco años y 173 millones después de una tremenda campaña de la franquicia, que le engatusó con el lema “Clipper for life”. Pero esta era en los despachos demostró que también iba a operar sin miramientos ni romanticismo. El 29 de enero de 2018, medio año después, un Griffin que se acercaba a la treintena y dejó de entrar en unos planes de futuro que cambiaron el ritmo con la salida de Chris Paul con destino Houston Rockets (junio de 2017), fue traspasado a Detroit Pistons. Los Clippers no querían languidecer: en el verano de 2019 ganaron la gran batalla de su vida a los Lakers, a los que le arrebataron a Kawhi Leonard, que buscaba destino en California tras ser MVP de las Finales con los Raptors. Para hacerlo, le prometieron otra estrella, así que tiraron la casa por la ventana (con una bolsa de picks de draft histórica) para operar un traspaso por Paul George, entonces en OKC Thunder. Había nacido un megaproyecto, uno que en ese verano de 2019 todos consideraron favorito al título por aclamación.

FOTO:Icon SportswireIcon Sportswire via Getty Images
Quizá no hay mayor símbolo del cambio de tendencia (en lo deportivo) en L.A. que el domino en los cara a cara en la última década entre Clippers y Lakers. Los primeros han ganado ahora siete partidos seguidos, todos desde que los entrena un Tyronn Lue al que los Lakers no dieron el dinero que pedía en 2019, cuando acabaron fichando a Frank Vogel. Entre 2014 y 2016, los Clippers ganaron once partidos seguidos a los Lakers, algo inimaginable años antes pero que pasó a ser cuestión de lógica. Hasta la llegada de Chris Paul, los Clippers tenían el peor balance de la NBA tras su mudanza a L.A. (34,9%), un tramo en el que los Lakers tenían el mejor de la Liga (65,9%). Desde el inicio de la temporada 2012-13, la primera completa de Chris Paul, es un 32-7 para los Clippers. Pero con regusto amargo: no ha habido ningún duelo en playoffs, algo que todavía no ha sucedido jamás, para escenificar el cambio de ciclo. Y lo que es mucho peor para los planes de Ballmer: ese curso 2019-20, el del gran asalto a la gloria, acabó con un desastre de los Clippers en los playoffs de la burbuja (los Nuggets les remontaron un 3-1) y… con anillo de los Lakers de LeBron James y Anthony Davis. Los Lakers, siempre los malditos Lakers en el camino.
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Dominio fallido sobre el eterno rival

Quizá no hay mayor símbolo del cambio de tendencia (en lo deportivo) en L.A. que el domino en los cara a cara en la última década entre Clippers y Lakers. Los primeros han ganado ahora siete partidos seguidos, todos desde que los entrena un Tyronn Lue al que los Lakers no dieron el dinero que pedía en 2019, cuando acabaron fichando a Frank Vogel. Entre 2014 y 2016, los Clippers ganaron once partidos seguidos a los Lakers, algo inimaginable años antes pero que pasó a ser cuestión de lógica. Hasta la llegada de Chris Paul, los Clippers tenían el peor balance de la NBA tras su mudanza a L.A. (34,9%), un tramo en el que los Lakers tenían el mejor de la Liga (65,9%). Desde el inicio de la temporada 2012-13, la primera completa de Chris Paul, es un 32-7 para los Clippers. Pero con regusto amargo: no ha habido ningún duelo en playoffs, algo que todavía no ha sucedido jamás, para escenificar el cambio de ciclo. Y lo que es mucho peor para los planes de Ballmer: ese curso 2019-20, el del gran asalto a la gloria, acabó con un desastre de los Clippers en los playoffs de la burbuja (los Nuggets les remontaron un 3-1) y… con anillo de los Lakers de LeBron James y Anthony Davis. Los Lakers, siempre los malditos Lakers en el camino.

FOTO:Harry HowGetty Images
Los Clippers siguen siendo una de las once franquicias en activo sin un anillo de campeón de la NBA. Y son una de las seis que jamás ha jugado unas Finales. Es un balance amargo después de los años de Chris Paul y Blake Griffin y de tres, ahora ya completos, de Kawhi Leonard y Paul George, angelino de cuna que también fue tentado por los Lakers. La mezcla de mala suerte y errores groseros es dantesca: en 2013 los Grizzlies les remontaron un 2-0 en primera ronda. En 2015, los Rockets perdían 3-1 y los dejaron fuera. En 2016, se lesionaron Paul y Griffin en primera ronda, y en 2017 un problema en un pie también apartó al ala-pívot en playoffs. De ahí al 3-1 desperdiciado contra los Nuggets en la burbuja y la lesión de rodilla de Kawhi en la segunda ronda de 2021. Ese es el paso final, la última barrera: convertir todo el trabajo, la inversión y la ilusión en el primer billete a unas Finales… y el anillo de campeón. Kawhi renovó el pasado mes de agosto por cuatro años y 176 millones, pero iniciará la temporada próxima con 31 años y un peligroso historial de lesiones en el tren inferior. George, después del fiasco de la burbuja, firmó por cuatro y 190 millones, y tendrá 32 años cuando arranque el próximo curso. Una pareja de súper estrellas a las que les puede que no les quede mucho tiempo pero que es demoledora… si se mantiene sana, claro.
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Romper con la maldición

Los Clippers siguen siendo una de las once franquicias en activo sin un anillo de campeón de la NBA. Y son una de las seis que jamás ha jugado unas Finales. Es un balance amargo después de los años de Chris Paul y Blake Griffin y de tres, ahora ya completos, de Kawhi Leonard y Paul George, angelino de cuna que también fue tentado por los Lakers. La mezcla de mala suerte y errores groseros es dantesca: en 2013 los Grizzlies les remontaron un 2-0 en primera ronda. En 2015, los Rockets perdían 3-1 y los dejaron fuera. En 2016, se lesionaron Paul y Griffin en primera ronda, y en 2017 un problema en un pie también apartó al ala-pívot en playoffs. De ahí al 3-1 desperdiciado contra los Nuggets en la burbuja y la lesión de rodilla de Kawhi en la segunda ronda de 2021. Ese es el paso final, la última barrera: convertir todo el trabajo, la inversión y la ilusión en el primer billete a unas Finales… y el anillo de campeón. Kawhi renovó el pasado mes de agosto por cuatro años y 176 millones, pero iniciará la temporada próxima con 31 años y un peligroso historial de lesiones en el tren inferior. George, después del fiasco de la burbuja, firmó por cuatro y 190 millones, y tendrá 32 años cuando arranque el próximo curso. Una pareja de súper estrellas a las que les puede que no les quede mucho tiempo pero que es demoledora… si se mantiene sana, claro.

FOTO:Icon SportswireIcon Sportswire via Getty Images