El Flamengo reina de nuevo y traslada a la realidad al Burgos

Hereda San Pablo Burgos se va de vacío de una de las aventuras que podía aplicar algo más de brillo a una temporada que se mantiene en tonos mucho más oscuros que las anteriores. El popular equipo castellano no pudo conquistar su segunda Copa Intercontinental consecutiva al caer en el Hassan Moustafa Sports Hall de El Cairo con claridad en una final que le enfrentó a un Flamengo absolutamente superior en todas las franjas del partido y que venció por 62-75. Los brasileños suman su segundo campeonato mundial de clubes si lo unimos al logrado en 2014 contra el Maccabi de Tel Aviv y con Nico Laprovittola como MVP de aquel compromiso.

Se acaba aquí la buena racha española que han azuzado Tenerife y Burgos, poniendo en el mapa de las competiciones de la FIBA la calidad que exuda la ACB. En el cuadrangular de El Cairo el San Pablo se lleva la medalla de plata y Lakeland Magic, el equipo de la G-League que representa a la NBA, logró el bronce al ganar al local Zamalek.

Los brasileños estuvieron concentradísimos desde el principio y no rebajaron el nivel casi en ninguna franja del encuentro. Se notó que, como representante americano, venía con una dinámica positiva, todo lo contrario a un Burgos que está en el farolillo rojo de la Liga Endesa y deberá luchar, tras dos cambios de entrenador no exentos de polémica y diversos fichajes que no cuentan con la calidad de los que les hicieron campeones europeos la pasada campaña, por sobrevivir. El cuadro dirigido por el joven Gustavo de Conti endosó un parcial de salida de 9-25 a los españoles que dejó tiritando la emoción de la final.

El principal responsable fue Carlos Olivinha (17 puntos), el capitán del equipo y uno de los presentes en la anterior Intercontinental conquistada. Los de Río se veían apoyados por unos porcentajes de tiro que eran mejor en los lanzamientos de tres que de dos, siendo buenos los dos, y con una ventaja que no caía de los diez. Al descanso habían abierto más distancia: +16, 29-45.

El control, pese a alguna pérdida aislada, que tenía Yago Santos como base aplicaba al resto de jugadores a mover el balón con pericia para no dejarle mal. Así lo hacían, así llegaban los tiros liberados. Y, además, metían los difíciles también. Robinson (13) o Balbi (10) salían a acompañar al argentino Lucas Martínez, que martilleaba el aro burgalés desde fuera y fue proclamado MVP gracias a sus 15 tantos (5/10 en triples).

Las apariciones de Gamble como presencia interior y de Phillip y Renfroe en el exterior, además de las pinceladas de Rabaseda arriba y abajo, fueron escasas. Los de Paco Olmos no aprovecharon casi las dos sequías anotadoras del Flamengo en la segunda parte, una en el tercer cuarto y otra en el cuarto periodo, y no tuvieron opción de pelear el título en ningún momento. Vitor Benite, capitán del conjunto español, no pudo rendir un segundo homenaje a su abuelo Antonio, en cuyo recuerdo se cambió el apellido en la camiseta, ante el que en su día fue su club. Él fue el máximo encestador del San Pablo con 14 tantos.

El Burgos se encamina ahora hacia dos semanas sin partidos, una por las copas nacionales y otras por las ventanas de selecciones. Momento crucial para reagruparse, sacar conclusiones del ritmo al que van e intentar solucionar un grave problema que esta Intercontinental sólo ha tapado tres días: el equipo es colista de la ACB con un balance de 4-14 y está a tres victorias de la salvación. Ahora empieza su verdadero Mundial, pero el de Resistencia.