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Leslie Knight deja el Movistar Estudiantes para ser madre

La ala-pívot (1,83 metros y 35 años) está embarazada de tres meses y jugará su último partido el sábado. El club apoya completamente a su jugadora.

Leslie Knight se abraza al Delfín Ramiro tras ganar un partido en el Movistar Academy Magariños.
CB Estudiantes/Juan Pelegrin

El flechazo entre el Movistar Estudiantes y Leslie Knight fue inmediato. La ala-­pívot estadounidense (1,83 metros y 35 años) aterrizó en el verano de 2019, tras seis temporadas en la élite entre el Campus Promete y el Mann Filter, en un alicaído equipo que había fallado abruptamente en sus aspiraciones de ascenso. Su calidad y su personalidad la convirtieron en unas de las favoritas de la afición, un icono de la grada que atrapó en apenas un año el brazalete de capitana y reemplazó a Mariana González, la gran referencia en la historia del club, en el corazón colegial.

Ascendió a la élite y fue pieza clave de la mejor temporada de siempre del Estu: segunda Copa, quinto puesto en la clasificación con un balance de 18-12 para los terceros playoffs de su historia. Y, de postre, billete para disputar la Eurocup por primera vez. Enormes hitos que quedarán en suspenso este sábado ante el IDK. Tras el bocinazo final, dejará de lado el baloncesto. Una baja forzosa... pero feliz: colgará las botas para ser madre. "Hablando con los médicos y el club hemos decidido que ya es hora de relajarse un poco. Hasta aquí hemos llegado", asegura Knight, embarazada de tres meses.

Difícil decisión

Una decisión complicada para una jugadora que lleva desde pequeña sobre la cancha. Desde su Minnesota natal hasta España. Su pasión, pero también su trabajo. "Es difícil. Llevo 30 años jugando y es algo que me apasiona. ¿Dejo un deporte que me ha dado tantas alegrías? ¿Dejo de cobrar un sueldo? No hablamos de un hobbie, jugando me gano la vida", continúa.

A pesar de no tener que hacerlo, comunicó su intención de ser madre al club. "Hablé con unas amigas de EE UU. Y me decían que no tenía por qué contárselo a nadie, que era mi vida privada. Y por un lado, sí, tienen razón. Pero por otro, a mí me cuesta, porque sé lo difícil que es formar un equipo. Si me quedo embarazada en agosto justo antes de empezar la pretemporada, y tengo que comunicarlo en octubre... eso para mí hubiera sido difícil. Tengo conexión personal y emocional con mis entrenadores y mi club, por eso quise ser sincera desde el principio. Estoy tranquila por haberlo hecho así", reflexiona para dejar clara la evidencia: un hombre no tiene estas dificultades. No comenta a sus superiores su intención de ser padre. "No conozco ningún caso, nunca tienen esta conversación. Pero quise hacerlo así. No me arrepiento", señala.

"El club me ha arropado"

Desde el club estuvieron en todo momento con ella. A las puertas de tener que firmar un nuevo contrato con el Estudiantes, Alberto Ortega, entrenador y director deportivo de la sección femenina, no puso ninguna pega a sus planes. Es más, apoyó su deseo, llegara cuando llegara. No importaba. Y Knight fue renovada por un año más en julio. "Hablando con Alberto llegamos a un acuerdo. Me dijo: 'Leslie, yo quiero que seas madre, me haría mucha ilusión. Podemos arriesgarnos contigo y que estés con el equipo en la pista mientras puedas, y luego continúas vinculada, no vas a desaparecer. Sigues formando parte del Estu, como si fuera una baja médica de cualquier otro tipo", revela. "El club me ha arropado y me ha ofrecido ayuda de todo tipo".

Su adiós solo será sobre la pista. Seguirá con sus compañeras ("están muy contentas") en el día a día, en los entrenamientos, en el gimnasio. También en la banda en los partidos y, si puede, en los viajes. Y, en el futuro, no desecha volver, pero paso a paso: "Hay casos de jugadoras en la Liga que han seguido después de dar a luz: Paula Palomares, Arantxa Novo, Torch Sarr... No lo descarto, pero ya veremos cómo me recupero". Un baja triste para el Estudiantes, que a cambio ganará un nuevo demente. Un resultado formidable.