Marc Gasol vuelve a casa
El jugador confesó que no llegó a plantearse jugar en el Barça y que hacerlo en Girona le apetece muchísimo: “Les quiero devolver todo lo que me han dado”.
Pese a que Marc Gasol nació en Sant Boi de Llobregat siempre ha sentido Girona como su casa. Y eso que es una ciudad a la que llegó en 2006, tras una “traumática” salida del Barça, y lo hizo sin saber qué le depararía el futuro: dos años de su mejor baloncesto, un idilio con el club y la ciudad y un pasaporte sellado para irse a la NBA. Este jueves, 13 años después, regresó a Girona.
Con el 33 a la espalda y la música de Pau Donés sonando de fondo, Marc volvió a pisar el parqué de Fontajau. Lo hizo visiblemente contento, rodeado de amigos y familiares (Pau, en Los Ángeles, se lo perdió) y con muchas ganas de devolverle a Girona todo lo que le ha dado: “Soy una persona afortunada de estar aquí, siempre he tenido un vínculo muy especial con Girona desde el primer momento que llegué aquí hace 15 años. Hay una relación especial y ahora tengo la oportunidad de demostrar que mi implicación en el proyecto es total. Y qué mejor que hacerlo desde la pista. Quiero devolverles todo lo que me ha dado a este club y esta ciudad”, comentó.
Como es lógico, Marc explicó cuál ha sido el camino que le ha llevado a Girona; un proceso, según sus palabras, que fue sencillo. Primero pensó si quería seguir jugando a baloncesto y, una vez resuelta esa primera pregunta, no tuvo dudas: “Más que una razón objetiva, la opción de poder jugar en Girona era lo que me apetecía. Fue la primera y prácticamente la única posibilidad que barajé. Sé que no es algo típico, pero me hace mucha ilusión”.
No es ningún secreto que el Barça trató de contar con sus servicios pero, en palabras de Marc, nunca fue una opción: “No llegué a plantearme jugar en el Barça. Cuando me planteé jugar y hacerlo aquí resolví todas las dudas. Girona significa mucho para mí, la relación que tenemos es emocional”. Explicó que, en al hablar con Navarro, siempre dejó clara su preferencia y que estas últimas ocho semanas de trabajo, con los que ya son sus compañeros, acabaron de decantar la balanza. Eso sí, reconoció que “si no hubiese sido el Girona hubiese sido el Barça”.
Ahora su reto es “disfrutar del día a día”. Ya desveló que espera poder debutar el próximo 3 de diciembre. Marc se siente “mejor” físicamente y ha hecho “limpia” de las molestias físicas que le lastraban en las últimas semanas. Jugará en LEB Oro, pero eso no implica que su nivel sea el de la liga: “Sí, podría jugar más arriba, pero lo que me apetece es esto”. Aún sin entrenador definitivo, Marc desveló que habrá noticias pronto (no en vano es también el presidente de la entidad) y que está seguro que el equipo irá hacia arriba: “Las derrotas serán victorias. Nos falta confianza, son jugadores nuevos en la categoría. Viendo la implicación estoy seguro de que encontraremos los triunfos que nos hacen falta”. Y sobre el futuro, pocas respuestas. Ni dijo que ascender sea un reto para el equipo ni desveló que hará la próxima temporada: “Mi plan es disfrutar del momento, demasiadas veces estás pensando en el futuro y te olvidas del día a día. El plantearme más allá de esta semana o este mes es gastar energía en algo que no es importante”, zanjó.
Tampoco le preocupa a Marc la relación con sus compañeros ni con su técnico, que al fin y al cabo será a su vez su jugador y su jefe; quiere implicarse como uno más en Girona. Uno más que no será un cualquiera, ni para la Liga ni para los rivales. Como es lógico, ha aumentado las expectativas no solo de su club, también de la competición. Una LEB Oro en la que no tendrá las comodidades de la NBA y en la que le esperan largas jornadas de autocar, pero que no le preocupa en absoluto. Es más, le apetece: “Jugar en Girona era lo que quería”.