Drama y éxtasis: los tiros que cambiaron la historia de la NBA

REPORTAJE ESPECIAL

Drama y éxtasis: los tiros que cambiaron la historia de la NBA

Puntos de inflexión inolvidables, condicionantes cuando todo se juega a una carta, el legado de los mejores equipos de siempre ha dependido muchas veces del acierto en un solo tiro crucial. Todo o nada, de la agonía a la felicidad.

¿Pensaríamos lo mismo de Michael Jordan si, en vez de ganar seis anillos en seis Finales, no hubiera terminado su carrera invicto en series por el título? ¿Cuántas veces estuvo el 23 verdaderamente a punto de no ser campeón? ¿Qué habría pasado si Hakeem Olajuwon y los Rockets hubieran sido el rival de los de Illinois en alguna de esas Finales? ¿En cuántos momentos pudo cambiar la historia de los duelos entre los Celtics de Larry Bird y los Lakers de Magic Johnson? ¿Cuántos títulos habrían ganado los angelinos si hubieran acabado antes con su maldición contra los odiados verdes? Son muchos what if, muchos condicionantes en la historia de los mejores equipos que ha conocido la NBA. Leyendas que podrían haber cambiado, para bien o para mal, por un solo tiro que se hubiera salido, un fallo en la hora de la verdad. Desde el primer anillo de los Celtics en los cincuenta al alley oop de Giannis Antetokounmpo en las últimas Finales, en julio.

No están todos los que son, pero son todos los que están: este es un repaso por canastas legendarias, acciones que encuadernan la historia de la NBA, que cambiaron legados y crearon dinastías. O las evitaron. Estrellas en la hora de verdad, secundarios que dan un paso al frente, tiros imposibles que acaban entrando y victorias que valen porciones enormes de títulos, que tiñen de oro carreras enteras. Estas son algunas de esas acciones, inolvidables, que transformaron la historia de la NBA y la escribieron en la prosa que hoy todos conocemos. ¿Qué podría haber pasado si…? Nunca lo sabremos, pero aquí están Jordan, Magic, Bird, Paxson, Horry, Nowitzki, Stockton…

Bob Pettit perdonó la vida a los Celtics

Bob Pettit perdonó la vida a los Celtics

1957

Bob Pettit perdonó la vida a los Celtics

Primero fue la BAA, que arrancó en 1946 y que coronó como primer campeón, en 1947, a Philaadelphia Warriors. Después llegó, con la transformación en NBA, la primera dinastía, los Lakers (en Minneapolis) de George Mikan. Y, después, ya avanzada la década de los 50, el colosal equipo de los Celtics que reinó como ningún otro lo ha hecho: en trece años jugó doce Finales y ganó once. Perdió la de 1958 y se quedó sin disputar la de 1967. El resto, once títulos, siete ganados a los Lakers… y tres a St. Louis Hawks, incluido el primero, el de 1957.

Sin embargo, ese primer capítulo de una historia increíble pudo no haberse escrito. Esa Final del 57 fue una serie fascinante (4-3 para los Celtics) en la que cuatro de los siete partidos se resolvieron por dos puntos y el primero y el último necesitaron dos prórrogas. En el séptimo (125-123 final) Bob Pettit (30+18 de promedio en la serie, 39 puntos y 19 rebotes esa noche) tuvo el balón para empatar después de un fallo estrepitoso de Bob Cousy desde la línea de tiros libres. El entrenador-jugador Alex Hannum lanzó la bola desde su zona de saque contra el tablero de los Celtics, con la esperanza de que el rechace fuera a las manos de Pettit. El hail mary salió sorprendentemente bien... pero a Pettit también le tembló el pulso en un tiro que normalmente metía con los ojos cerrados. Los Celtics ganaron así su primer anillo.

Frank Selvy pudo acabar con la maldición

Frank Selvy pudo acabar con la maldición

1962

Frank Selvy pudo acabar con la maldición

La rivalidad Lakers-Celtics ha cosido la historia de la NBA desde su primer enfrentamiento en unas Finales, en 1959, hasta el último en 2010. En total, doce series por el título con un 9-3 para los verdes que, eso sí, llegaron a dominar por 8-0 y a someter psicológicamente por completo a su rival, que no se vengó hasta 1985, a la novena. Y que repitió en 1987 y 2010, con otro traspiés en 2008.

Esa maldición verde de los Lakers estuvo muy cerca de acabar en 1962, en el segundo duelo en unas Finales y el primero con el equipo en L.A. Los Celtics ganaron 4-3 con un 110-107 en el séptimo después de que Frank Selvy (que había anotado dos canastas en los ataques anteriores) fallara a cuatro metros del aro un tiro franco que habría cambiado la historia en el Garden. En vez de eso, los Lakers no fueron campeones hasta 1972, una década después.

Larry legend se resiste a perder

Larry legend se resiste a perder

1981

Larry legend se resiste a perder

Cinco años después de ganar a los Suns (1976), los Celtics volvían a las Finales de la NBA, las primeras para un Larry Bird que ganaría ese título (1981) y dos más (1984 y 1986). La acción más recordada en 1981 no llegó en los últimos partidos de la serie, ni en las jugadas finales del encuentro ni supuso el golpe definitivo en el marcador. De hecho fue en el primer partido y con tiempo todavía por delante. Pero, en perspectiva, fue una jugada crucial y una de las más famosas en la legendaria carrera de Bird: Larry legend. Red Auerbach, de hecho (y nada menos) dijo después que había sido una de las mejores acciones que había visto jamás en una cancha de baloncesto.

Los Celtics eran favoritísimos: 62 victorias por las 40 (40-42) de Houston Rockets, el segundo equipo que llegaba en negativo a unas Finales y el que se coló entre los dos primeros anillos de los Lakers de Magic y Kareem (1980 y 1982). Pero ojo, los texanos ganaron el segundo partido en el Garden y tuvieron en la mano llevarse el primero. ¿Qué habría pasado entonces? Nunca lo sabremos, porque Larry Bird impulsó la remontada de los verdes, reafirmada con una jugada increíble en la que tras su propio fallo, desde seis metros, corrió hacia el rebote y lo anotó en escorzo sin tocar el suelo. Antes de esa canasta, el marcador era 84-87. Los Rockets habrían tenido posesión con +3. Los Celtics acabaron ganando 98-95 y Bird sumó 18 puntos, 21 rebotes y 9 asistencias. Los Celtics se impusieron en seis partidos (4-2).

Ralph Sampson evita el gran clásico

Ralph Sampson evita el gran clásico

1986

Ralph Sampson evita el gran clásico

Los Lakers solo se quedaron sin jugar dos Finales en la década de los 80. En las dos, 1981 y 1986, su verdugo en el Oeste fue Houston Rockets. Los texanos, que perdieron las Finales con Boston Celtics en ambos casos, aprovecharon los problemas internos de los angelinos en la primera ronda de 1981, pero lograron una machada histórica (1-4) en la final de Conferencia de 1986.

Los Lakers fueron campeones en 1985, 1987 y 1988. En 1986, la NBA se quedó sin un duelo tremendo contra los mejores Celtics de esos años, el impenetrable equipo del 86. Habría sido la tercera Final seguida entre ambos, la del 84 para los verdes y la del 85 para los angelinos, que también ganaron el duelo clásico en el 87. Pero en 1986, los Rockets fulminaron a los Lakers con cuatro victorias seguidas y una canasta heroica: el quinto partido, en el Forum, los Lakers buscaban el 2-3 para seguir vivos y con todas las opciones. Hakeem Olajuwon estaba eliminado y el partido estaba 112-112 a falta de un segundo. La prorroga era una gran opción para los de Pat Riley pero Ralph Sampson, el gigante de 2,24 que formaba las torres gemelas con Olajuwon, recibió el balón desde la banda y lanzó tal cual, apenas adaptándolo a la mano y sin girarse. Una canasta increíble que evitó la remontada de los Lakers y propició una sorpresa colosal.

Magic Johnson se convirtió en Kareem

Magic Johnson se convirtió en Kareem

1987

Magic Johnson se convirtió en Kareem

Pocas escenas más gloriosas como las de las Finales de los años 80 entre Lakers y Celtics. En 1984, los Celtics alargaron la maldición de los angelinos tras una serie terrible para Magic, cuyos errores en acciones cruciales hicieron que algunos le llamaran Tragic Johnson. Pero los Lakers respondieron y se desquitaron en 1985 y 1987, esta última jugada en, tal vez, el mejor momento de dos equipos históricos. Los Lakers en la cima, los Celtics muy cerca ya que se puede considerar que tocaron techo en 1986, cuando ganaron su último anillo de los ochenta.

En esas Finales de 1987, los Lakers volaron en los dos primeros partidos, en el Forum, pero sufrieron lo indecible con el regreso de la serie a Boston. Perdieron el tercero y Larry Bird dijo que a partir de ahí lo tenían "fácil". Y, de hecho, el cuarto duelo pareció darle la razón. Los Celtics tuvieron hasta 16 puntos de ventaja, pero esta vez los Lakers pelearon a muerte. El desenlace de ese cuarto partido fue histórico: triple de Larry Bird después de que los Lakers hubieran tomado su primera ventaja desde el primer cuarto, después un tiro libre anotado por Kareem y, en el último ataque visitante, el inolvidable Baby Sky Hook de Magic. El base imitó al Jabbar, se elevó ante McHale en un gancho de una gracilidad colosal y silenció el Garden, que todavía vio como Bird fallaba un triple franco sobre la bocina. El 3-1 fue demasiado para los Celtics, que acabaron perdiendo 4-2.

Los secundarios de Michael Jordan

Los secundarios de Michael Jordan

1993

Los secundarios de Michael Jordan

Los seis anillos de Michael Jordan en Chicago tuvieron muchos protagonistas más allá del eterno 23: Scottie Pippen, Phil Jackson, Dennis Rodman, Horace Grant... y los especialistas que metieron tiros cruciales, sin los que es difícil saber qué habría pasado. Hubo dos canastas de estos secundarios que resultaron determinantes, una en cada threepeat. Primero, en 1993, los Bulls derrotaron a los Suns en una Final tremenda (2-4) en la que hubo cinco victorias del visitante. Después de perder los dos primeros partidos en Arizona (0-2), los Suns de Barkley se rehicieron, ganaron dos de tres en Chicago (se jugaba en formato 2-3-2) y regresaron vivos a su pista. En el sexto, ganaban 98-96 en el último minuto y tenían a los Bulls en nueve puntos en el último cuarto, todos de Jordan. Buenas perspectivas si conseguían forzar el séptimo, también en casa. Pero los Bulls atacaron con buenos pases, Ainge se equivocó alargando una ayuda a Horace Grant que dejó solo a John Paxson y el ala-pívot asistió al escolta, que anotó un triple crucial (98-99). Después el propio Grant taponó a Kevin Johnson y los Bulls mantuvieron su corona.

En 1997, esta vez en Chicago, fue Steve Kerr el que anotó, asistido por Michael Jordan y con 86-86 en el marcador. También era el séptimo partido, y también se evitó así el drama del séptimo. Kerr rompió hacia la zona y anotó desde media distancia una suspensión que está en la memoria de todos los aficionados. Como lo que pasó después: Utah Jazz no pudo ni atacar porque Scottie Pippen robó la bola, lanzándose al suelo, y asistió a Toni Kukoc, que cerró las Finales con un mate a la carrera.

Stockton y Malone se citan con Jordan

Stockton y Malone se citan con Jordan

1997

Stockton y Malone se citan con Jordan

Nunca vimos un Hakeem Olajuwon-Michael Jordan (números 1 y 3 del draft de 1984) cara a cara en unas Finales. El pívot suele decir que cree que habrían ganado a los Bulls, que tenían un perfil de equipo óptimo para ello (y solían hacerlo en regular season). Jordan ganó tres anillos (1991-93) y otros después (1996-98) y entre medias, Olajuwon se llevó los dos suyos (1994 y 95). Ocho años seguidos con los dos al mando. Ese duelo, soñado entonces, estuvo cerca en 1997, pero lo impidió John Stockton.

Al hacerlo, abrió la puerta al doble y tremendo enfrentamiento entre Jazz y Bulls, dos Finales (1997 y 1998) con audiencias disparadas, una competitividad brutal y, finalmente, los dos últimos títulos de Jordan, rematados con el último baile. En 1997, los Jazz se metieron las primeras Finales de su historia gracias a un triple legendario de John Stockton, sobre la bocina del sexto partido de la final del Oeste, en el que su equipo remontó 10 puntos en tres minutos para evitar ir al séptimo. Charles Barkley intentó taponar, sin suerte, un tiro lanzado desde un metro más atrás de la línea de tres.

El colofón épico del último baile de Jordan

El colofón épico del último baile de Jordan

1998

El colofón épico del último baile de Jordan

Un año después de ese 1997, los Jazz no solo repitieron como rival de los Bulls sino que llegaba como favoritos, y con factor cancha a la lucha por el anillo. El campeón sufría, un último baile (The Last Dance, copyright de Phil Jackson) lleno de problemas, tensiones internas y agotamiento competitivo. Y los Jazz realmente, de verdad, pudieron ser campeones. Tenían controlado el partido en el sexto, con todo a favor para forzar el séptimo, en su casa y contra unos Bulls que acumulaban problemas físicos.

Lo que sucedió, sin embargo, fue Michael Jordan. El mejor de siempre anotó, le robó la cartera a Karl Malone y consumió el último ataque para meter una canasta legendaria tras fintar a Bryon Russell. Su último tiro como jugador de los Bulls, su último anillo. Después falló Stockton y la historia quedó sellada. Eran tiempos de bonanza: siguen siendo las Finales más vistas de siempre, un 18,7 de rating que llevó a la Final de la NBA a superar por primera vez las audiencias de las Series Mundiales de la MLB. Las cosas de Jordan.

Robert Horry, el señor de los anillos

Robert Horry, el señor de los anillos

2002

Robert Horry, el señor de los anillos

Pocas series tan legendarias como la final del Oeste de 2002, cuando los Lakers avanzaron hacia el threepeat a lomos de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. Y gracias a Robert Horry. El ala-pívot, uno de los mejores tiradores de la historia en situaciones de máxima tensión, logró una canasta sin la que cuesta imaginar que los Lakers habrían podido superar a los temibles Kings de Rick Adelman. En el Staples, y con 2-1 para los visitantes, el 3-1 y casi la sentencia rondó toda la noche (51-65 al descanso). La remontada de los Lakers pareció quedarse corta cuando, con 97-99, Kobe falló una penetración y Shaq no embocó el rebote. De forma casi milagrosa, sin embargo, la bola acabó en la línea de tres, donde Horry anotó uno de los triples más famosos de siempre. Los Lakers pusieron el 2-2 y salvaron el pellejo.

La eliminatoria tuvo emoción, polémica, un baloncesto colosal y una tensión irrespirable. Fue una de las mejores series de siempre. Y Horry fue clave, como otras veces en su carrera, en la que ganó siete anillos con tres equipos distintos (Rockets, Spurs, Lakers). Es imposible no recordar también su triple crucial, en la prórroga del quinto partido de las Finales de 2005, en Detroit: los Spurs pusieron el 2-3 contra los Pistons en el duelo bisagra por el título.

Nowitzki somete al big three atómico

Nowitzki somete al big three atómico

2011

Nowitzki somete al big three atómico

Los Mavs fueron campeones por primera vez en 2011, con un Dirk Nowitzki imperial, que hizo uno de los mejores playoffs de la historia entre actuaciones prodigiosas para liderar a un equipo que llegó a las Finales como teórica víctima de los Heat del big three atómico: LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.

Pero, con una dirección magistral de Rick Carlisle, un Nowitzki iluminado y unos secundarios comprometidos y con roles muy definidos, los Mavericks se vengaron de su derrota en 2006 contra los de Florida y provocaron un terremoto en la NBA. Al final fue un 2-4, pero el título habría sido imposible (o eso pareció) sin el épico triunfo en el segundo partido, en Miami, donde los Heat llevaban nueve victorias seguidas en playoffs y donde habían ganado con comodidad el primer partido y mandaron hasta por 15 en ese segundo. Pero los Mavs sobrevivieron, resistieron y remontaron. En el último minuto, para el recuerdo, Nowiztki anotó un triple (90-93), Mario Chalmers empató con otro (93-93) y finalmente el alemán anotó, a falta de menos de cuatro segundos, una penetración heroica con una mano lesionada. Después, falló Wade y la Final se abrió de par en par.

Ray Allen pone a salvo el legado de Lebron

Ray Allen pone a salvo el legado de Lebron

2013

Ray Allen pone a salvo el legado de Lebron

Las maravillosas Finales de 2013 se resolvieron en siete partidos. Dos equipos tremendos, con estilos muy distintos, que estaban en un momento especial: los Heat había ganado en 2012 tras perder las Finales de 2011 y los Spurs se vengaron en 2014, cuando vapulearon a los Heat con una exhibición colectiva de baloncesto.

Pero en 2013, una serie tremenda se resolvió en siete partidos porque los Spurs fallaron con medio título en la mano. Convirtieron un 89-89 en un 89-94 (con fallo de Ginóbili desde la línea de personal incluido). Después de un triple de LeBron, Kawhi Leonard solo metió un tiro libre (92-95) y en el último ataque, LeBron falló de tres, los Spurs (con Tim Duncan en el banquillo) no cerraron el rebote y Chris Bosh encontró en la esquina izquierda a Ray Allen. Uno de los mejores triplistas de la historia no falló, Tony Parker tuvo un último tiro que se fue al limbo y los Heat ganaron en la prórroga y forzaron el séptimo partido, en el que se coronaron tras sufrir mucho y salvar una situación verdaderamente crítica.

Kyrie Irving se eleva sobre Stephen Curry

Kyrie Irving se eleva sobre Stephen Curry

2016

Kyrie Irving se eleva sobre Stephen Curry

En una de las Finales más espectaculares de la historia, sucedió lo nunca visto: un equipo levantó un 1-3 en contra en la lucha por el título por primera vez. Y no lo hizo contra un rival cualquiera, fue a los Warriors que eran campeones en defensa de su corona y que acababan de firmar el primer 73-9 de la historia en regular season. Un equipo casi invencible que, de hecho, había remontado también un 1-3 para estar allí, en su caso a los Thunder y en la final del Oeste.

Casi invencible: LeBron James y Kyrie Irving se aliaron para lograr una de la mayores gestas de la historia del deporte estadounidense: tres victorias seguidas, dos de ellas en pista contraria, incluido el decisivo séptimo partido. Un trance de nervios y angustia que llevó 89-89 a su desenlace. Allí, después del histórico tapón de LeBron James a Andre Iguodala, la resolución se alargó hasta los últimos segundos. Kyrie Irving, desde el lateral derecho, anotó un triple con la mano de Stephen Curry literalmente encima. El propio Curry no pudo después empatar y LeBron sentenció con un tiro libre. Pero la imagen de Kyrie elevándose para silenciar el mágico Oracle de Oakland es historia de la NBA.

Kawhi se alía con la diosa fortuna

Kawhi se alía con la diosa fortuna

2019

Kawhi se alía con la diosa fortuna

En la temporada 2018-19 todo parecía listo para que los Warriors, en lo que ya se rumiaba como la despedida de Kevin Durant, sumaran el preciadísimo threepeat. Pero las lesiones castigaron a los de la Bahía, que perdieron en la Final contra Toronto Raptors. Después de cuatros con los Cavs en representación del Este en la lucha por el título, la franquicia canadiense no solo ganó su Conferencia sino que se llevó el primer título de su historia. El premio a la ambición, el órdago por Kawhi Leonard antes de la temporada y la llegada de Marc Gasol después, en el mercado invernal.

Después de cinco años frustrantes en playoffs, los Raptors se deshicieron de Dwane Casey (Entrenador del Año), auparon a Nick Nurse y se hicieron con Kawhi Leonard, que quería irse de los Spurs. Y todo funcionó: en playoffs cayeron los Magic en primera y los Bucks en la final del Este. Después, los Warriors. Pero entre Orlando y Milwaukee, en semifinales de Conferencia, los Raptors ganaron una serie increíble, durísima, a unos magníficos Sixers (Jimmy Butler, Joel Embiid, Ben Simmons, Tobias Harris…). Todo se resolvió en Canadá, en el séptimo y sobre la bocina. Butler empató a cuatro segundos del final y en el último ataque, un Kawhi supremo (41 puntos) recibió, se fue hacia la derecha tras driblar ante Simmons y lanzó ya en la esquina, punteado por Embiid. El tiro rebotó cuatro veces en el aro… y entró: 92-90 y 4-3. Los Raptors en las Finales, rumbo al anillo tras uno de los tiros más increíbles de la historia de los playoffs.

Giannis Antetokounmpo impone su voluntad

Giannis Antetokounmpo impone su voluntad

2021

Giannis Antetokounmpo impone su voluntad

Los Suns nunca han sido campeones de la NBA. Nunca han estado, de hecho, a un partido del anillo. Las tres Finales que han jugado, las han perdido 4-2 (1976, 1993 y 2021). La última parecía su año, su gran ocasión. Con Giannis Antetokounmpo tocado por un problema de rodilla, los de Arizona abrieron la serie con dos victorias en su pista, un 2-0 que les dejaba cuesta abajo, siempre con un hipotético séptimo en su pista. Sin embargo, no ganaron más y los Bucks se llevaron su segundo título, el primero en medio siglo, desde 1971.

La remontada tuvo un momento clave en el quinto partido, cuando la serie volvió a Phoenix empatada (2-2) y los Bucks robaron el factor cancha y el derecho a sentenciar en el sexto, en su pista. En los últimos segundos, llegó la secuencia que cambió las Finales: Jrue Holiday falló, con 119-120, y la bola quedó en manos de Devin Booker. El escolta de los Suns penetró, con la opción de poner a su equipo en ventaja para el match point, pero Jrue, por detrás, le arrancó la bola de las manos y en la transición rápida asistió a Giannis, que se elevó para completar un alley oop que ya es leyenda de las Finales: 119-122 que los Suns ya no cerraron en los últimos segundos y que dejó todo listo para el golpe de gracia, en Milwaukee.

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