La era Spahija en el Baskonia empieza en modo arrollador

“La relación entre un base y un entrenador es esencial”. La frase la subió a Twitter Monica Baldwin, la madre de Baldwin IV, jugador que no acabó de cuajar con Ivanovic. Pues con Spahija jugó todos los minutos del primer cuarto. También tuvieron protagonismo Enoch y Nnoko. Este último estuvo hace unos días incluso con pie y medio fuera de un Bitci Baskonia que rompió la racha de cuatro derrotas seguidas en la Euroliga tras doblegar al Estrella Roja (93-74).

El Estrella Roja llegó a Vitoria sin Wolters ni Mitrovic pero sacó a cancha al “otro Ivanovic”, Nikola. Tiene un talento innato y destapó el tarro de las esencias en el primer cuarto. El quinteto inicial del Bitci fue el formado por Granger, Baldwin, Sedekerskis, Giedratis y Enoch. Luego fueron entrando en la rotación Marinkovic, Fontecchio y Nnoko, entre otros.

Neven Spahija compareció en la cancha con traje oscuro, corbata azul y zapatos marrones. Siempre muy activo en las jugadas del equipo y del rival, se giraba continuamente al banquillo para comentar detalles a sus jugadores y asistentes. Conoce a David Gil de su etapa en Vitoria (2007-08) y, de hecho, ejerció como asistente durante el partido.

Los serbios eran el equipo que menos puntos recibía en la competición, con una media de 66. Pero al final del primer cuarto, habían encajado ya 25. Se notó la hipermotivación de los jugadores vitorianos, ansiosos de demostrar su valía al nuevo entrenador. El mejor en esos primeros diez minutos fue Tadas Sedekerskis, muy serio en defensa y efectivo en ataque.

El equipo de Belgrado tardó más de cuatro minutos en anotar en el segundo cuarto. De hecho, los de Spahija ganaron esa segunda entrega con un parcial de 30-10. Hollins, que había conseguido algunos triples imposibles en el primer periodo, desapareció en el segundo. En el conjunto alavés todo fluía: la defensa, la dirección, las rotaciones, los rebotes y la efectividad coral.

Al descanso los únicos jugadores que no habían comparecido en el Bitci Baskonia eran Kurucs, Barrera y Costello. El resto habían tenido minutos, incluso la última incorporación del equipo, el base Lamar Peters. Baldwin jugó de uno y de dos y demostró su motivación. En algunos momentos, y como contrapunto, se escucharon gritos de “Dusko, Dusko…” desde las gradas.

El equipo local arrancó el tercer cuarto con 23 puntos de diferencia, la máxima que había conseguido durante el choque. Ganaba el rebote por 17 a 10 y apenas había cometido 3 pérdidas mientras su rival sumaba 7. Además, tenía 13 asistencias que demostraban el buen hacer en ataque por parte de los bases. Y también de gente como Fontecchio, con 4. La valoración era favorable a los vascos por 77 a 15. Había cinco jugadores serbios con ranking negativo.

Segundo tiempo

La dinámica del tercer cuarto fue más favorable para los visitantes. En los primeros 6 minutos, el parcial era de 8-12 para los balcánicos. Pero un gran Enoch, anotando y reboteando, además de un Giedraitis muy inspirado, mantuvieron las diferencias cómodas para el Baskonia. Kalinic, estrella de los serbios, estaba desaparecido en combate. Más banquillo que otra cosa. Más castigo que nada también.

Pero no conviene confiarse ya que, a falta de 9:30 minutos para el final, el Estrella Roja se acercó a 14 puntos (68-54) y tuvo posesión para ponerse a 12 o incluso a 11. Pero el que sacó la recortada fue Simone Fontecchio con dos triples consecutivos. De esa manera, enfrió la moral de los de Belgrado y, con un último cuarto aseado, el Baskonia se aseguró la victoria.

Partido especial para un Landry Nnoko que estaba en el disparadero (como Baldwin en su día, cuando la paternidad le creó desavenencias) y que se reivindicó ante su ex – equipo. Costello, que alternó el banquillo con la bicicleta no jugó por molestias en la rodilla. Fue algo que trascendió durante el mismo partido. El viernes, reto de primera, ante el CSKA de Shengelia.