La era Miguel Méndez no podía comenzar mejor. La Selección cerró la primera Ventana de clasificación para el Eurobasket 2023 con dos victorias de dos posibles, la última ante la débil Rumanía por un contundente 107-52. Y lo hace, además, como líder en solitario del grupo C. Noticia tranquilizadora porque los dos próximos partidos son dentro de un año (Islandia, 24 de noviembre de 2022 y Hungría, el 27 del mismo mes) y tras un verano convulso por las decepciones de Valencia y Tokio, que dejaron a España fuera del Mundial del próximo verano, y el lío Lucas Mondelo. Méndez tendrá tiempo para que sus pupilas asimilen sus preceptos después de nueve años de estilo Mondelo.

También para sumar guerreras a la causa. Una de ellas, Irati Etxarri, que ha tenido un estreno de dulce con la Selección: de los dos puntos ante Hungría a los 21 frente a una Rumanía que dio guerra el primer cuarto para luego desvanecerse como el humo. Las centroeuropeos no mostraron miedo de comienzo. Aprovecharon las dudas en la circulación de España y sus pérdidas para correr a campo abierto a lomos de una inspirada Stanci. La base hizo 10 puntos en sus 10 primeros minutos con elegantes movimientos en el uno contra uno. Silvia Domínguez contestó impoluta desde la línea de personal (6/6) para acabar 24-19 el primer periodo.

María Conde

El despegue definitivo llegó en un suspiro. En un visto y no visto, la Selección ya estaba 21 tantos (42-21) arriba en el segundo cuarto. Desde ahí, el infinito. Sin mirar atrás. El motivo, encontró el camino al aro desde el perímetro con cuatro triples casi consecutivos. Leo Rodríguez hizo dos; Queralt Casas, uno; y María Conde, otro. La madrileña fue el motor de España. Su primera parte fue sensacional, con 11 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias y 1 robo para 17 de valoración. Y su actuación global, una bestialidad: 21+10+7 para 33 de valoración. Es estética y contundente. Y muy madura. Una jugadora completa que es la nueva líder del equipo junto a la eterna Alba Torrens y a la espera del regreso de Astou Ndour, que no acudió por un merecido descanso tras ganar su primer anillo de la WNBA con Chicago Sky.

Rumanía no solo se hundió por la fortaleza ofensiva española, sino también por la defensiva. Las chicas de Méndez crujieron a su rival con piernas y manos en estático. Evitaron tras el primer cuarto, que corrieran en libertad y las llevaron a cometer ¡29 pérdidas! y a lanzamientos incómodos, dentro y fuera de la zona. El resultado fue claro: no pasaron de la decena de puntos (8 y 7) en el segundo y tercer periodo. En el último, con el mar en calma, 18. Así se ganan partidos. Así se gana confianza, algo que España necesitaba tras uno de los peores veranos que se recuerdan.