Nacho Arroyo toma el mando del Movistar Estudiantes
El base chileno (21 años y 1,87 metros) anotó ante el Prat la canasta de la victoria para los colegiales, que juegan este miércoles contra el TAU Castelló (20:45 horas).
El Movistar Estudiantes vuelve este miércoles a la acción. Jugará en Castelló frente al Tau (20:45 horas, LaLigaSportsTV) en la séptima jornada de la LEB Oro. Y lo hará tras una trabajada victoria contra el Prat el pasado domingo: después ponerse 14 arriba (59-45) a finales del tercer cuarto, los colegiales colapsaron y permitieron a su rival ponerse por delante cuando solo restaban 35 segundos.
El drama regresaba al WiZink Center. Nunca se va del todo, de hecho. Perder significaba enlazar dos derrotas seguidas y lanzar un peligroso mensaje de debilidad a los rivales directos por el ascenso. Pero apareció un canterano para salvar el día: Nacho Arroyo. Al base no le tembló el pulso, puro hielo en la sangre, para anotar una canasta de la victoria que él vivió:
“Cuando nos meten la canasta para pasarnos por arriba, estaba en el banquillo. En el tiempo muerto, Jota me vuelve a poner y la jugada era para que Lucas (Faggiano) jugará en el uno contra uno contra su pívot en el cambio del pick and roll. Luego por la situación de la jugada me llegó el balón. Con dos segundos… Fue un instante, solo pensé en el aro. Aunque luego viendo el vídeo vi que tenía a Johnny (Dee) a mi izquierda solo, pero con un segundo pensé en tirar y es un lanzamiento con el que me siento cómodo. No sé si estaba seguro, pero sí estaba seguro de que era un buen tiro. Me sentí cómodo desde que salió la pelota”, narra para AS Ignacio Andrés Arroyo Varela, de 1,87 metros, nacido hace 21 años (24/01/2000) en Osorno, ciudad situada a casi 1.000 kilómetros al sur de Santiago de Chile.
La canasta de Nacho Arroyo
Miembro de la esperanzadora Generación del 2000, el sudamericano aterrizó en Madrid a los 17 años y fue clave para conquistar el campeonato junior de Madrid en 2017-2018 y el ascenso deportivo a LEB Plata en la temporada 2018-19. Hasta este curso, había disputado solo 10 partidos con los mayores, el primero el 25 de mayo de 2019 en Badalona y tres la pasada campaña: en el último, contra el Hereda San Pablo Burgos, demostró su habilidad con la pelota y su gran visión en ataque (para el recuerdo, su conexión en alley oop con Rubén Domínguez).
Esta temporada su importancia en la plantilla ha subido muchos grados. Es el segundo base del equipo, el reemplazo de un Faggiano al que le robaría “su capacidad de tiro tras bote y su intensidad en defensa”. “En los entrenamiento y en los partidos lo da todo”, asegura sobre su compañero un jugador en proceso de obtener la doble nacionalidad (ya hizo el pasado año el examen pertinente) y que cuenta con la confianza total de Cuspinera: “Me dice que esté tranquilo y haga jugar el equipo. Que juegue con confianza en ataque y esté activo en defensa, muy intenso y presionando siempre”.
Arroyo es una persona tranquila en su tiempo libre. El FIFA en la Play le ocupa parte de su ocio al igual que estar con su pareja y disfrutar de series como ‘G.E.O. Más Allá del Límite’. Y también los estudios, ya que cursa el segundo curso de un grado superior de marketing en publicidad. “El primer año fue bien: aprobé todo con buenas notas. Echándole ganas, se saca, que se lo importante”, subraya Varela, fijo en la selección absoluta de su país tras rendir a un alto nivel en categorías inferiores con tres bronces y un oro en el Sudamericano Sub-17 de Perú.
Tau Castelló
Una vez pasada la resaca de su canastón, llega el siguiente duelo. El Tau Castelló espera con las bajas importantes de Edu Durán (rodilla derecha), Jorge Bilbao (pulgar de la mano derecha) y Kai Edwards (rodilla), pero con la motivación que dan ya cuatro victorias, la última con autoridad en Melilla (58-75). “Será duro, de visita, que siempre son más complicados los partidos. Tenemos la motivación de seguir mejorando paso a paso para poder lograr el objetivo. Tienen un equipo, con jugadores de calidad y será duro. Nosotros tenemos que salir a hacer nuestro partido y poner nuestro nivel intensidad”, comenta el base, que promedia 7,5 puntos y 9,3 de valoración en 17:48 minutos en cancha en un temporada en la que los ramireños van a rachas.
Al margen de la primera victoria contra el Lleida, los restantes triunfos del Movistar han sido bipolares: momentos de dominio arrollador y parciales atronadores que se mezclaban en apenas minutos con descensos trágicos en las prestaciones y en la intensidad debido a un mal conducido exceso de confianza. Y, claro, los sustos se amontonan… y llegará un momento en que los susto dejarán de ser sustos y sea transformarán en muerte. Ante el Juaristi ya se vio.
“Hay momentos en los que dejamos de jugar, que dejamos de defender y es ahí cuando el otro equipo aprovecha y se nos mete en el partido. Es verdad que estamos teniendo bajones que nos complican los encuentros, pero hemos tenido la cabeza bastante fría para poder cerrar los partidos”, analiza Arroyo, que ya no es futuro. Es presente.