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Baloncesto

El anti Dream Team de 2002: Pierce, Wallace, Davis y la EE UU humillada en su casa

Estados Unidos organizó por primera vez un Mundial en 2002… y la costalada fue histórica. Por primera vez en una década, y después de 58 victorias seguidas con estrellas NBA, llegaron las derrotas contra Argentina, Yugoslavia y España.

Decía The Ringer, en un artículo en el que recordaba el naufragio de 2002, que la Selección de Estados Unidos que jugó aquel Campeonato del Mundo, cometió “una atrocidad nacional en uno de los bastiones de la pureza del baloncesto”. No es poca cosa. Fue una desgracia absoluta, un bochorno, un punto de inflexión. El inicio de una ruta hacia el desastre (que había asomado en Sidney 2000) y que enlazó ese Mundial 2002 con el desastre de Atenas 2004 (bronce) y el Mundial 2006 (otro bronce) y abrió la puerta a la llegada del Redeem Team: el equipo de la redención que recuperó los valores, el espíritu ganador y el polvo de estrellas para un Team USA magullado en plena crecida del baloncesto internacional.
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El ciclo de la vergüenza (2002-2006)

Decía The Ringer, en un artículo en el que recordaba el naufragio de 2002, que la Selección de Estados Unidos que jugó aquel Campeonato del Mundo, cometió “una atrocidad nacional en uno de los bastiones de la pureza del baloncesto”. No es poca cosa. Fue una desgracia absoluta, un bochorno, un punto de inflexión. El inicio de una ruta hacia el desastre (que había asomado en Sidney 2000) y que enlazó ese Mundial 2002 con el desastre de Atenas 2004 (bronce) y el Mundial 2006 (otro bronce) y abrió la puerta a la llegada del Redeem Team: el equipo de la redención que recuperó los valores, el espíritu ganador y el polvo de estrellas para un Team USA magullado en plena crecida del baloncesto internacional.

FOTO:Andreas RentzBongarts/Getty Images
El Campeonato del Mundo de 2002 fue el número 14 de la historia del torneo y el primero que se organizó en Estados Unidos. 52 años después, el Mundial llegaba al país en el que nació un deporte que es más que un deporte, además, en el estado de Indiana, donde se jugó (Indianápolis) el campeonato. Si el baloncesto nació en Massachusetts (Springfield, en 1891) fue en Indiana donde se organizó en los institutos. Su inventor, James Naismith, vio un partido con 15.000 aficionados en las gradas en 1925 y exclamó “el origen del baloncesto está en Indiana, es el epicentro del baloncesto”. Es la tierra de las historias que inspiraron la película Hoosiers, de los años de luchas de instituto y barreras raciales en los 50. De las universidad e Indiana e Indiana State, los Sycamores de Larry Bird… el estado donde se dice que el baloncesto es más que un deporte. Allí, precisamente allí, Estados Unidos se dio un golpe terrorífico, una costalada que hizo que todo el país mirara para otro lado.
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El estado del baloncesto, mancillado

El Campeonato del Mundo de 2002 fue el número 14 de la historia del torneo y el primero que se organizó en Estados Unidos. 52 años después, el Mundial llegaba al país en el que nació un deporte que es más que un deporte, además, en el estado de Indiana, donde se jugó (Indianápolis) el campeonato. Si el baloncesto nació en Massachusetts (Springfield, en 1891) fue en Indiana donde se organizó en los institutos. Su inventor, James Naismith, vio un partido con 15.000 aficionados en las gradas en 1925 y exclamó “el origen del baloncesto está en Indiana, es el epicentro del baloncesto”. Es la tierra de las historias que inspiraron la película Hoosiers, de los años de luchas de instituto y barreras raciales en los 50. De las universidad e Indiana e Indiana State, los Sycamores de Larry Bird… el estado donde se dice que el baloncesto es más que un deporte. Allí, precisamente allí, Estados Unidos se dio un golpe terrorífico, una costalada que hizo que todo el país mirara para otro lado.

FOTO:Focus On SportFocus on Sport via Getty Images
La NBA de 2002 era una Liga en pleno trauma post Michael Jordan. O más bien post Bulls de Jordan, ya que el legendario escolta estaba entonces en plena última etapa, en Washington (2001-03). En busca de identidad, con cierta crisis de imagen y el conflicto entre jugadores de los barrios marginales de mayoría afroamericano y un público de barrios residenciales predominantemente blancos. Con un juego que se metía de lleno en las trincheras, en un ritmo lento, unas defensas imperantes y un ritmo de anotación bajísimo: en los años de los anillos de Jordan, los equipos anotaban una media de 101,5 puntos. Entre 1998 (el sexto de los Bulls) y 2002 esa cifra cayó a 95. El equipo que jugaba más rápido (los Kings de Rick Adelman) habrían estado por debajo de la media de los 30 equipos en 2016. Tiempos duros, baloncesto de plomo.
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El peor momento para una pifia gigante

La NBA de 2002 era una Liga en pleno trauma post Michael Jordan. O más bien post Bulls de Jordan, ya que el legendario escolta estaba entonces en plena última etapa, en Washington (2001-03). En busca de identidad, con cierta crisis de imagen y el conflicto entre jugadores de los barrios marginales de mayoría afroamericano y un público de barrios residenciales predominantemente blancos. Con un juego que se metía de lleno en las trincheras, en un ritmo lento, unas defensas imperantes y un ritmo de anotación bajísimo: en los años de los anillos de Jordan, los equipos anotaban una media de 101,5 puntos. Entre 1998 (el sexto de los Bulls) y 2002 esa cifra cayó a 95. El equipo que jugaba más rápido (los Kings de Rick Adelman) habrían estado por debajo de la media de los 30 equipos en 2016. Tiempos duros, baloncesto de plomo.

FOTO:Doug PensingerNBAE/Getty Images
En paralelo, el crecimiento global del baloncesto que siguió a los Juegos de Barcelona 92 era ya una realidad, la NBA empezaba a poblarse de nacionalidades y no solo por cantidad: también por calidad. Eso quedó claro en el Mundial 2002, donde ningún estadounidense entró en el Mejor Quinteto y cuatro de los cinco integrantes eran grandes nombres de la NBA: Manu Ginóbili, Peja Stojakovic, Dirk Nowitzki y Yao Ming. El quinto era el neozelandés Pero Cameron.
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La explosión del baloncesto internacional, en USA

En paralelo, el crecimiento global del baloncesto que siguió a los Juegos de Barcelona 92 era ya una realidad, la NBA empezaba a poblarse de nacionalidades y no solo por cantidad: también por calidad. Eso quedó claro en el Mundial 2002, donde ningún estadounidense entró en el Mejor Quinteto y cuatro de los cinco integrantes eran grandes nombres de la NBA: Manu Ginóbili, Peja Stojakovic, Dirk Nowitzki y Yao Ming. El quinto era el neozelandés Pero Cameron.

FOTO:Andreas RentzBongarts/Getty Images
Fue un Mundial con 16 equipos, una primera fase con cuatro grupos de cuatro y una segunda con dos grupos de seis a la que siguieron los cruces: cuartos, semifinales y final. Estados Unidos acabó en sexta posición, con seis victorias y tres derrotas en nueve partidos. Ganó en sus cinco primeras citas, perdió tres de las cuatro últimas. Su primera derrota con estrellas NBA (una década desde Barcelona 92) y después de 58 victorias seguidas con los de la gran Liga, llegó el 4 de septiembre, contra Argentina. Después, EE UU perdió contra Yugoslavia en cuartos y se quedó fuera de la lucha por las medallas. Ni siquiera pudo ser quinta: ganó a Puerto Rico pero en el partido final se estrelló con la Selección española, que fue la que se quedó con la quinta posición cuatro años antes de tocar el cielo en Saitama.
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Sin oro, sin podio, sin récords...

Fue un Mundial con 16 equipos, una primera fase con cuatro grupos de cuatro y una segunda con dos grupos de seis a la que siguieron los cruces: cuartos, semifinales y final. Estados Unidos acabó en sexta posición, con seis victorias y tres derrotas en nueve partidos. Ganó en sus cinco primeras citas, perdió tres de las cuatro últimas. Su primera derrota con estrellas NBA (una década desde Barcelona 92) y después de 58 victorias seguidas con los de la gran Liga, llegó el 4 de septiembre, contra Argentina. Después, EE UU perdió contra Yugoslavia en cuartos y se quedó fuera de la lucha por las medallas. Ni siquiera pudo ser quinta: ganó a Puerto Rico pero en el partido final se estrelló con la Selección española, que fue la que se quedó con la quinta posición cuatro años antes de tocar el cielo en Saitama.

FOTO:MIKE BLAKEREUTERS
La España que fue quinta tenía a Pau Gasol, Jorge Garbajosa, José Calderón, Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro... Cuarta fue Nueva Zelanda, tercera la Alemania del imperial Nowitzki (con Femerling, Pesic, Okoulaja...). El oro se lo disputaron la Argentina de la Generación Dorada (Ginóbili, Scola, Nocioni, Oberto...) y la Yugoslavia de Stojakovic, Divac, Bodiroga, Tomasevic, Jaric... Ganó Yugoslavia en la prórroga después de una final tremenda en la que Argentina tuvo ventajas en dobles dígitos en el último cuarto y clamó contra el arbitraje, señalando al griego Pitsilkas. Argentina se desquitó a lo grande en los Juegos de Atenas, pero lloró una derrota durísima. El oro lo cerraron Stojakovic (26 puntos) y Bodiroga (27).
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Una final resuelta con mucha polémica

La España que fue quinta tenía a Pau Gasol, Jorge Garbajosa, José Calderón, Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro... Cuarta fue Nueva Zelanda, tercera la Alemania del imperial Nowitzki (con Femerling, Pesic, Okoulaja...). El oro se lo disputaron la Argentina de la Generación Dorada (Ginóbili, Scola, Nocioni, Oberto...) y la Yugoslavia de Stojakovic, Divac, Bodiroga, Tomasevic, Jaric... Ganó Yugoslavia en la prórroga después de una final tremenda en la que Argentina tuvo ventajas en dobles dígitos en el último cuarto y clamó contra el arbitraje, señalando al griego Pitsilkas. Argentina se desquitó a lo grande en los Juegos de Atenas, pero lloró una derrota durísima. El oro lo cerraron Stojakovic (26 puntos) y Bodiroga (27).

FOTO:ADREES LATIFREUTERS
Ni los que advertían de los malos hábitos en los últimos ciclos del Team USA y la mala mezlca de estos y el crecimiento del juego en todo el mundo se esperaban semejante desastre. De hecho, nada parecía presagiar algo así cuando EE UU ganó sus tres partidos de la primera fase por un +86 total y arrasó después de Rusia y Nueva Zelanda. Pero todo se vino abajo contra Argentina: 80-87. En cuartos, Yugoslavia dio el golpe de gracia: 78-81 a pesar de que el Team USA ganaba por diez a 6:42 del final. En la derrota contra España se repitió el final de horror, de un +16 en el tercer cuarto y un 65-56 en el inicio del último parcial al 75-81 final. Agotada físicamente y en descomposición emocional, la Selección de EE UU firmó un 3/16 en tiros en ese último parcial que España cerró con un 0-9 a su favor en los últimos 128 segundos. El Team USA evidenció sus problemas con un dato que todavía hoy resulta demoledor: se quedó en un 62,8% en tiros libres (120/191). 71 fallos totales para un equipo que perdió sus tres partidos por un total de 16 puntos. En los nueve que jugó, siempre tuvo peor porcentaje que el rival desde la línea de personal. Un drama.
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Los números de un desastre improvisto

Ni los que advertían de los malos hábitos en los últimos ciclos del Team USA y la mala mezlca de estos y el crecimiento del juego en todo el mundo se esperaban semejante desastre. De hecho, nada parecía presagiar algo así cuando EE UU ganó sus tres partidos de la primera fase por un +86 total y arrasó después de Rusia y Nueva Zelanda. Pero todo se vino abajo contra Argentina: 80-87. En cuartos, Yugoslavia dio el golpe de gracia: 78-81 a pesar de que el Team USA ganaba por diez a 6:42 del final. En la derrota contra España se repitió el final de horror, de un +16 en el tercer cuarto y un 65-56 en el inicio del último parcial al 75-81 final. Agotada físicamente y en descomposición emocional, la Selección de EE UU firmó un 3/16 en tiros en ese último parcial que España cerró con un 0-9 a su favor en los últimos 128 segundos. El Team USA evidenció sus problemas con un dato que todavía hoy resulta demoledor: se quedó en un 62,8% en tiros libres (120/191). 71 fallos totales para un equipo que perdió sus tres partidos por un total de 16 puntos. En los nueve que jugó, siempre tuvo peor porcentaje que el rival desde la línea de personal. Un drama.

FOTO:BRENT SMITHREUTERS
El equipo que llevó el Team USA sonaba bien en teoría… pero tenía que haber sido mucho mejor. Eran años en los que costaba arrancar el compromiso de las estrellas, en los que las preparaciones eran ligeras. EE UU se concentró en San Francisco trece días antes del primer partido oficial, ya en el campeonato. Está claro que el equipo tenía que haber sido mucho mejor. Muchísimo mejor: las lesiones apartaron a Shaquille O’Neal, Jason Kidd y Ray Allen. Mientras que Kobe Bryant, Kevin Garnett y Tim Duncan optaron por descansar y prepararse para la siguiente temporada NBA. Con esos seis nombres las cosas, seguramente, habrían sido muy distintas…
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Las ausencias, una lista demasiado ilustre

El equipo que llevó el Team USA sonaba bien en teoría… pero tenía que haber sido mucho mejor. Eran años en los que costaba arrancar el compromiso de las estrellas, en los que las preparaciones eran ligeras. EE UU se concentró en San Francisco trece días antes del primer partido oficial, ya en el campeonato. Está claro que el equipo tenía que haber sido mucho mejor. Muchísimo mejor: las lesiones apartaron a Shaquille O’Neal, Jason Kidd y Ray Allen. Mientras que Kobe Bryant, Kevin Garnett y Tim Duncan optaron por descansar y prepararse para la siguiente temporada NBA. Con esos seis nombres las cosas, seguramente, habrían sido muy distintas…

FOTO:MIKE BLAKEREUTERS
Estos fueron los jugadores que sí estuvieron en el torneo, los doce que acabaron sellando ese horrible sexto puesto. Entre paréntesis sus edades y el equipo en el que estaban cuando se jugó el Mundial, y a continuación sus principales datos estadísticos: Michael Finley (Mavericks, 29 años), 12 puntos y 2,7 asistencias. Baron Davis (Hornets, 23 años), 7,8 puntos y 4 asistencias. Andre Miller (Clippers, 26 años), 10,7 puntos y 4,1 asistencias. Jermaine O’Neal (Pacers, 23 años), 7,3 puntos y 4,5 rebotes. Antonio Davis (Raptors, 33 años). Paul Pierce (Celtics, 24 años), 19,8 puntos y 4,6 rebotes. Reggie Miller (Pacers, 36 años), 6 puntos. Shawn Marion (Suns, 24 años), 9,8 puntos y 4,7 rebotes. Jay Williams (Bulls, 20 años), 3,9 puntos. Ben Wallace (Pistons, 27 años), 5,7 puntos, 6,8 rebotes. Elton Brand (Clippers, 23 años), 6,9 puntos y 4,1 rebotes. Raef LaFrentz (Nuggets, 26 años), 5,2 puntos, 3 rebotes.
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Los doce elegidos y sus estadísticas

Estos fueron los jugadores que sí estuvieron en el torneo, los doce que acabaron sellando ese horrible sexto puesto. Entre paréntesis sus edades y el equipo en el que estaban cuando se jugó el Mundial, y a continuación sus principales datos estadísticos: Michael Finley (Mavericks, 29 años), 12 puntos y 2,7 asistencias. Baron Davis (Hornets, 23 años), 7,8 puntos y 4 asistencias. Andre Miller (Clippers, 26 años), 10,7 puntos y 4,1 asistencias. Jermaine O’Neal (Pacers, 23 años), 7,3 puntos y 4,5 rebotes. Antonio Davis (Raptors, 33 años). Paul Pierce (Celtics, 24 años), 19,8 puntos y 4,6 rebotes. Reggie Miller (Pacers, 36 años), 6 puntos. Shawn Marion (Suns, 24 años), 9,8 puntos y 4,7 rebotes. Jay Williams (Bulls, 20 años), 3,9 puntos. Ben Wallace (Pistons, 27 años), 5,7 puntos, 6,8 rebotes. Elton Brand (Clippers, 23 años), 6,9 puntos y 4,1 rebotes. Raef LaFrentz (Nuggets, 26 años), 5,2 puntos, 3 rebotes.

FOTO:MIKE BLAKEREUTERS
George Karl (70 años) es uno de los grandes entrenadores de la historia de la NBA. De hecho, es uno de los nueve únicos que ha ganado 1.000 partidos de regular season (1.175 por 824 derrotas, un 58,8% de triunfos). También fue una vez Entrenador del Año (2013, con los Nuggets). En su carrera se atrevió además a dar el salto a Europa para hacerse cargo del Real Madrid (temporada 1991-92). Pero su única experiencia como head coach del Team USA fue esta de 2002… y fue muy mal. Karl no consiguió que su equipo jugara con disciplina ni de forma colectiva. Y después del campeonato dejó claro su disgusto con el ambiente que había rodeado a ese equipo: “El dinero y la fama de la NBA están afectando al espíritu competitivo de los jugadores estadounidenses”. En el Mundial de 1998 (sin estrellas NBA) había dirigido al equipo Rudy Tomjanovich, que también era el entreandor en los Juegos de Sidney. En el Mundial de 2006 ya estaba Mike Krzyzewski, el arquiteto del Redeem Team. Se hizo cargo de la Selección después del fiasco de Larry Brown en Atenas 2004. Cuando dirigió a EE UU, karl era el entrenador de los Bucks.
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Un entrenador que no ocultó su disgusto

George Karl (70 años) es uno de los grandes entrenadores de la historia de la NBA. De hecho, es uno de los nueve únicos que ha ganado 1.000 partidos de regular season (1.175 por 824 derrotas, un 58,8% de triunfos). También fue una vez Entrenador del Año (2013, con los Nuggets). En su carrera se atrevió además a dar el salto a Europa para hacerse cargo del Real Madrid (temporada 1991-92). Pero su única experiencia como head coach del Team USA fue esta de 2002… y fue muy mal. Karl no consiguió que su equipo jugara con disciplina ni de forma colectiva. Y después del campeonato dejó claro su disgusto con el ambiente que había rodeado a ese equipo: “El dinero y la fama de la NBA están afectando al espíritu competitivo de los jugadores estadounidenses”. En el Mundial de 1998 (sin estrellas NBA) había dirigido al equipo Rudy Tomjanovich, que también era el entreandor en los Juegos de Sidney. En el Mundial de 2006 ya estaba Mike Krzyzewski, el arquiteto del Redeem Team. Se hizo cargo de la Selección después del fiasco de Larry Brown en Atenas 2004. Cuando dirigió a EE UU, karl era el entrenador de los Bucks.

FOTO:Andreas RentzBongarts/Getty Images
Todo lo que después se obsesionó con corregir el Redeem Team, y lo consiguió, estaba presente en el equipo de Indianápolis 2002. Mala actitud, tono petulante, falta de respeto a los rivales, ningún esfuerzo por adaptarse a un baloncesto distinto, nula química de grupo… Estados Unidos jugaba de forma individual, sin respuestas colectivas en ataque y sin sistemas defensivos más allá de la presión por puro físico. Con errores groseros en la protección de acciones básica, como las puertas atrás, se convirtió en un equipo poroso y en absoluto imbatible. Su quinteto sonaba bien si se mira ahora: Andre Miller, Reggie Miller, Paul Pierce, Antonio Davis y Ben Wallace. Pero Reggie Miller tenía 37 años (ídolo en Indiana, claro) y hacía una pareja exterior de muy poco físico con Andre Miller. Paul Pierce era el estandarte y lo fue como anotador… pero también como muestra de actitud destemplada y poco edificante. Las Así que en cuanto las cosas se empezaron a torcer, se torcieron del todo.
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Todos los vicios de un ambiente nefasto

Todo lo que después se obsesionó con corregir el Redeem Team, y lo consiguió, estaba presente en el equipo de Indianápolis 2002. Mala actitud, tono petulante, falta de respeto a los rivales, ningún esfuerzo por adaptarse a un baloncesto distinto, nula química de grupo… Estados Unidos jugaba de forma individual, sin respuestas colectivas en ataque y sin sistemas defensivos más allá de la presión por puro físico. Con errores groseros en la protección de acciones básica, como las puertas atrás, se convirtió en un equipo poroso y en absoluto imbatible. Su quinteto sonaba bien si se mira ahora: Andre Miller, Reggie Miller, Paul Pierce, Antonio Davis y Ben Wallace. Pero Reggie Miller tenía 37 años (ídolo en Indiana, claro) y hacía una pareja exterior de muy poco físico con Andre Miller. Paul Pierce era el estandarte y lo fue como anotador… pero también como muestra de actitud destemplada y poco edificante. Las Así que en cuanto las cosas se empezaron a torcer, se torcieron del todo.

FOTO:Andreas RentzBongarts/Getty Images
2002 se considera un punto muy bajo, uno de los más bajos, en la historia moderna del Team USA, desde la llegada de las estrellas NBA al entorno del equipo nacional. Fue más dramático, por el marco olímpico, el desastre de 2004, cuando se acentuó el problema cultural de la Selección camino a un bronce de sabor muy amargo. Otra vez con muchas bajas (Kobe, Garnett, Kidd, Carter, McGrady, Allen…) pero con Tim Duncan y Allen Iverson como referentes y Larry Brown en el banquillo. Solo repitió un jugador del descalabro de 2002: el alero Shawn Marion. Después de Atenas, comenzó el camino de la redención, todavía con otra piedra en la ruta: el tercer puesto de Japón 2006, el Mundial ganado por España. Todavía estaba en construcción un proyecto que eclosionó dos años después y, con una cultura reformada y saneada, un nuevo espíritu competitivo y todas las estrellas a bordo, devolvió la gloria al baloncesto estadounidense a partir de los Juegos de Pekín 2008. La redención.
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Todavía quedaban goles por encajar

2002 se considera un punto muy bajo, uno de los más bajos, en la historia moderna del Team USA, desde la llegada de las estrellas NBA al entorno del equipo nacional. Fue más dramático, por el marco olímpico, el desastre de 2004, cuando se acentuó el problema cultural de la Selección camino a un bronce de sabor muy amargo. Otra vez con muchas bajas (Kobe, Garnett, Kidd, Carter, McGrady, Allen…) pero con Tim Duncan y Allen Iverson como referentes y Larry Brown en el banquillo. Solo repitió un jugador del descalabro de 2002: el alero Shawn Marion. Después de Atenas, comenzó el camino de la redención, todavía con otra piedra en la ruta: el tercer puesto de Japón 2006, el Mundial ganado por España. Todavía estaba en construcción un proyecto que eclosionó dos años después y, con una cultura reformada y saneada, un nuevo espíritu competitivo y todas las estrellas a bordo, devolvió la gloria al baloncesto estadounidense a partir de los Juegos de Pekín 2008. La redención.

FOTO:ADREES LATIFREUTERS