Mike James
Es un clásico de Europa, sí, pero sigue teniendo la opción de la NBA a un suspiro. Y allí se le valora más que aquí, sobre todo de un tiempo a esta parte. Este ex de equipos como Panathinaikos o Baskonia tuvo en el CSKA la etapa más peliaguda de su carrera: llegaba rebotado del Milán por problemas de disciplina y en Moscú el entrenador, Dimitris Itoudis, le apartó indefinidamente del equipo al mismo tiempo que era el máximo anotador de la Euroliga, un reconocimiento que se acabó llevando por promedio. Los Nets le reclamaron hace unos meses, con los problemas físicos que estaba pasando Harden y que también afectarían a Irving al final, para mejorar las prestaciones del puesto de base, jugando en momentos importantes, pero la temporada acabó y no le renovaron. En verano ha probado con, entre otros, los Lakers, pero tampoco le salió la apuesta. El contrato con el CSKA estaba suspendido pero no acabado tras su marcha a la NBA, por lo que se volvió a activar a su vuelta. Llegó a entrenar y jugar con el equipo júnior, no se le permitía volver a la plantilla principal. Ha encontrado una salida, irse al Mónaco, pero estamos, y no por las dimensiones del país, ante un caso en el que su talento se queda pequeño en el lugar. Está en su madurez física y puede salir a la NBA en cualquier momento.