"Mi padre fue el primer mena de España"
Sus dos hijos acudieron al Hall of Fame de baloncesto a representar la leyenda de su padre, el cual ha sido seleccionado para integrar el salón de la fama del baloncesto español. Charlaron con Astv en la alfombra roja.
En 1995, Canal+ (ahora Movistar+), tomó el relevo de TVE y se convirtió en la casa de la NBA. Fue a partir del 1 de diciembre, con un Houston Rockets-Utah Jazz en el que Santiago Segurola hizo de comentarista junto a la narración de Andrés Montes. Durante la siguiente década, y en pareja inolvidable con Ántoni Daimiel, Montes unió para siempre su nombre al de la NBA en España. Marcó un estilo, convirtió a muchos escépticos y dejó una forma única de contar el baloncesto, y el deporte, y un verdadero lenguaje propio que sigue formando parte de nuestro día a día: del jugón al ratatatata a un millón de apodos maravillosos y, por su puesto, ese la vida puede ser maravillosa con el que cerraba sus retransmisiones.
Particular, hipocondriaco y excéntrico, con una colección de más de 5.000 CDs y siempre con un maletín de piel, su apego a la cultura popular estadounidense le lanzó a su gran oportunidad, después de una larga trayectoria en la radio, cuando Canal+ compró los derechos de la NBA en 1995 y estrenó sus retransmisiones el 1 de diciembre con un duelo entre el campeón, Houston Rockets, y Utah Jazz, el poder emergente en el Oeste. Montes narró ese partido con Santiago Segurola y ya dejó un buen rastro de lo que iba a ser un estilo que cambiaría la forma de entender la narración deportiva en España. Alfredo Relaño, por entonces director de deportes del canal, le felicitó así (lo cuenta Ántoni Daimiel en su libro, “El sueño de mi desvelo”) después de esa primera experiencia: “Perfecto, magnífica retransmisión; ese es el camino. La única pega es que me ha llamado el director general y me ha dicho que no le ha gustado nada, pero no te preocupes por eso”.
Nelson y Orson, sus hijos, estuvieron en Sevilla para representar en la gala al recordado periodista, madrileño criado por los rincones de Chueca y que murió en el barrio de Chamberí en octubre de 2009, con solo 53 años: “Nuestro padre nació en España en el 55, Franco todavía gobernaba este país y era una época de la que decía que era el único negro que se veía por la calle. Es decir, que mis padres fue uno de los primeros menas que podemos recordar de este país. Poco a poco fue entrando en el baloncesto y llegó hasta donde llegó. En una época en la que se están excluyendo a personas diversas, es un gran honor recordar de manera tácita que en el periodismo y en el deporte hay mucha diversidad. Si recordamos esto, quizá podamos recordar que la vida puede ser maravillosa. Este reconocimiento es una forma de recordar que la diversidad forma parte de nuestro deporte y nuestra historia. Si todos recordamos eso, quizá podamos seguir diciendo aquello de que la vida puede ser maravillosa”.