Y la bomba explotó. De la peor manera posible y cuando parecía que la situación empezaba a enderezarse. Tras un sinfín de rumores, un cambio de opinión, situaciones forzadas e intentos de traspaso por ambas partes, Bem Simmons volvía a entrenar con los Sixers. Y a apenas unas horas de que se abra el telón del curso baloncestístico 2021-22 de la NBA, Adrian Wojnarowski ha revelado que Dic Rivers, entrenador del equipo, ha expulsado al base de un entrenamiento y lo ha mandado a su casa. En definitiva, una brutalidad y un desastre de dimensiones épicas que deja a la franquicia de Philadelphia patas arriba y con el futuro pendiendo de un hilo.

La situación ha tornado definitivamente en ignominiosa y está dañando gravemente la reputación del jugador. Según las revelaciones de distintos periodistas ligados a la NBA, el problema fue que Simmons se negó a formar parte de un ejercicio del entrenamiento, lo que provocó la decisión de Rivers. Según Shams Charania, la concatenación de hechos fue la siguiente: Rivers pidió a Simmons unirse a un ejercicio defensivo. El base se negó. Tras la insistencia del técnico, el base se volvió a negar. Rivers, ante esto, le dijo a Simmons que debería irse a su casa. El australiano dejó caer la pelota y se marchó.

La situación es casi desvergonzante para toda la entidad, absolutamente dinamitada por un jugador con un contrato excesivo (los famosos 177 millones en cinco temporadas que firmó en su día) al que no han podido traspasar después de la insistencia del jugador y los propios deseos de la franquicia. La incorporación a los entrenamientos del base no ha salido según lo previsto y en las imágenes filtradas se ha visto de todo: desgana por su parte, un corrillo en el que no entra, cierta desconexión... Y no deja de ser llamativo que incluso un entrenador de jugadores como Doc Rivers, siempre atento y afable con sus pupilos, pueda controlar los desmanes de esa estrella venida a menos que ha provocado un auténtico terremoto en la NBA durante los últimos meses.

De momento, Simmons tendrá una sanción interna y estará un partido fuera del equipo. Y se seguirá estudiando la manera de que cuadre en una cultura que ha sido la suya, pero de la que ha acabado totalmente despegado, denostado por las críticas exteriores y de la propia franquicia y señalado como el chivo expiatorio de un éxito que los Sixers, que no disputan las finales de Conferencia desde 2001, no han llegado ni a oler. "Era una distracción para el entrenamiento", ha asegurado un Doc Rivers que intentará, según ha dicho, recuperar a Simmons para la cause por todos los medios posibles. Joel Embiid, absolutamente harto de la situación desde hace varias semanas, ha sido más claro. Y también tajante: "No estamos para cuidar de nadie". Pues eso.