Pau Gasol y la Selección: España se convirtió en el gigante
El ala-pívot se despidió del equipo nacional tras los Juegos de Tokio. Es el 6º jugador con más internacionalidades (216). Se colgó 11 medallas.
La generación de los Júniors de Oro, con Pau Gasol a la cabeza, lo cambió todo para el baloncesto español... en una época en la que estaba cambiando todo para el deporte español. Sin complejos y con campeones en casi cualquier modalidad, la Selección de baloncesto fue uno de los puntales de una edad dorada que acumuló éxitos y récords. Pau ha ganado once medallas con España: siete en Europeos, tres en Juegos Olímpicos (dos platas y un bronce) y un oro Mundial, en Saitama. Y su sello es obvio como referente de un equipo que dejó de mirar a otros como a gigantes y se convirtió en el gigante. España fue el rival a batir, la Yugoslavia o la Unión Soviética de décadas anteriores en Europa. Un equipo temible, que parecía a los rivales más alto, más fuerte, más duro: mejor. Estas son las ciudades en las que Pau Gasol ha jugado partidos inolvidables con España, algunos de ellos ya en la historia de nuestro deporte.
Lisboa (Portugal) - Julio de 1999
Lisboa fue el escenario del nacimiento de la generación que cambió para siempre la historia del baloncesto español. Los Júnior de Oro entrenados por Carlos Sáinz de Aja obtuvieron la medalla de oro en el Mundial de la categoría tras doblegar en la final a la todopoderosa Estados Unidos (94-87). Fue la primera victoria de un grupo de jugadores que se colgaría doce medallas con la Absoluta entre 2001 y 2017 (el Mundial de 2019 fue el primer campeonato sin ninguno de sus integrantes) y que derribaría muros infranqueables hasta entonces: el oro de Japón, las dos platas Olímpicas tras luchar de tú a tú contra la NBA, el triunfo frente a Francia en el territorio comanche de Lille...
Es el escenario del primer Pau Gasol... aunque el mayor de la saga no era titular. Cosas de la vida. Cosas de la juventud. Germán Gabriel y Felipe Reyes eran los pívots que Sáinz de Aja empleaba de inicio. Pero el de Saint Boi estaba y jugó y desplegó detalles del grandísimo jugador que ha llegado a ser. Su liderazgo y su compromiso con la Selección se comenzaron a fraguar en tierras lusas. Nuestros vecinos disfrutaron por primera vez de la mayor estrella del baloncesto nacional, que 21 años después recorre los últimos metros de su exitosa carrera.
Estambul (Turquía) - Septiembre de 2001
Estambul vio la primera gran exhibición con la Selección de Pau Gasol. El catalán, con solo 21 años y a unos meses de debutar en la NBA con Memphis Grizzlies, se estrenó en Turquía en un gran campeonato con la Absoluta. Y su papel fue más que sobresaliente: 17,3 puntos y 9,7 rebotes para 16,4 de valoración. Su relevancia fue constante durante tramos importantes del torneo continental hasta que se hizo gigante en los dos últimos partidos. En semifinales tuvo el valor de hacerle 22 tantos a la gran Serbia de Dejan Bodiroga, Predrag Stojakovic, Marko Jaric... y que finalmente se colgaría la medalla de oro del Eurobasket.
La lucha por la tercera plaza fue aún más legendaria. No solo por sus 31 puntos, sino por su duelo contra otra de los nombres que se convertirían en parte fundamental en la historia del baloncesto: Dirk Nowitzki. Fue el primer cara a cara (de muchos) entre estas estrellas de la NBA. El alemán, considerado el mejor europeo de siempre en la Liga norteamericana, martilleó con 43 tantos, pero se quedó sin el premio: la Selección, ya de Pau y Navarro (27), se colgaría el bronce, la primera medalla de la generación de oro del baloncesto nacional y la segunda consecutiva en un campeonato continental. El cambio en el equipo se hizo real en este torneo, con los primeros Júniors de Oro (Gasol, Felipe Reyes, Navarro y Raúl Lopez) con galones en la Selección. La historia cambiaría totalmente.
Estocolmo (Suecia) - Septiembre de 2003
Cerca. Muy cerca se quedó Pau Gasol de su primer oro en un Eurobasket. Se tuvo que conformar con su primera plata después de caer en la final frente a la tremenda Lituania de Arvydas Macijauskas, Sarunas Jasikevicius y Saulius Stombergas, entre otros. Sin embargo, su actuación en ese choque fue de oro (36 puntos, con un 12 de 18 en tiros de campo, y 12 rebotes) al igual que el torneo, en el que se estrenó como máximo artillero con 25,8 tantos por encuentro. Nada mal.
Pau ofreció exhibición tras exhibición. Era su segundo año en la NBA y su crecimiento era más que palpable. Incluso, se atrevió a descabalgar de la final a la Rusia de Andrei Kirilenko con 31 puntos (12 de 14 en el lanzamiento)... solo en la primera parte. Colosal. El ala-pívot ya no era un proyecto: estaba consagrado como un gigante a nivel internacional.
Saitama (Japón) - Septiembre de 2006
Oriente es territorio fértil para la Selección. En el país del Sol Naciente, España se abrió hueco entre los más grandes. Alzó su primer oro mundial en 2006 (en 2019 llegó el segundo, en China) con un equipo de ensueño, que lideró a la perfección Pau Gasol hasta la final. Promedió 21,1 puntos (tercer máximo anotador) y capturó 9,4 rebotes (segundo), y fue nombrado MVP... sin jugar ni un minuto la final ante Grecia.
Cayó lesionado en la semifinal. A 1:36 del final se torció el tobillo al pisar a Oberto en un duelo épico ante la Generación Dorada de Argentina (Ginóbili, Nocioni, Scola, Prigioni, Delifino...) que se resolvió en el último suspiro y después de 19 tantos y 11 rebotes para 22 de valoración de Pau. Otra actuación sobresaliente que no pudo redondearse en el partido por el oro. Sin embargo, su trabajo estaba hecho: el Planeta FIBA era suyo. Su imagen con lágrimas en los ojos y apoyado en una sola pierna para recoger la medalla recorrió medio mundo.
Londres (Gran Bretaña) - Agosto de 2012
Hay partidos que marcan a toda una generación de jugadores y de aficionados. Que elevan al baloncesto más allá del propio deporte. Y la final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, disputada en el majestuoso O2 de la capital inglesa, entre Estados Unidos y España, es uno de ellos. Cuatro años después de la increíble final de Pekín, ambas selecciones se miraban de nuevo a los ojos, con el cuchillo entre los dientes. Con ganas de venganza los españoles, con la urgente necesidad de reafirmarse como única superpotencia los norteamericanos.
Fue un duelo brutal. Desde el nacimiento del Dream Team en Barcelona 92, nadie había tratado de torcer el brazo a una NBA con todo su elenco de estrellas. El resultado fue un apretado 107-100 que hizo soñar con la gesta imposible ante LeBron James, Kobe Bryant y Kevin Durant. Pau Gasol fue el martillo de las grandes ocasiones: 24 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias. Solo Durant anotó más que él (30). Su tercer cuarto, con 15 tantos ante las defensas de Chandler y Love, fue la continuación del enorme ejercicio de Navarro.
La derrota dolió al internacional español, pero su actuación, su garra y su constancia ante el Leviatán norteamericano hicieron que su figura creciera hasta cotas inimaginable. Toda la expedición estadounidense consoló a Gasol. Kobe Bryant se fundió en un eterno abrazo con su hermano. Gestos para rendir honores al campeón caído. "Lo hemos tenido cerca, casi lo hemos tocado. Ellos se han tenido que esforzar a tope, pero eso no nos sirve de consuelo. Veníamos a por el oro", dijo tras el duelo. "Para Estados Unidos el oro, para España los aplausos", escribía La Gazzetta dello Sport.
Lille (Francia) - Septiembre de 2015
El Stande Pierre-Mauroy, el camaleónico pabellón de la ciudad francesa de Lille (a 225 kilómetros de París), fue testigo de la mayor gesta de Pau Gasol con la Selección. "Cruel", tituló L'Equipe la crónica tras su actuación sobrehumana y tiránica, al alcance de muy pocos por la ronda (semifinales), por el rival (el anfitrión, la Francia de Tony Parker) y la presión ambiental creada por los 27.000 aficionados blues que pedían sangre española. Como el año anterior en Madrid, en el Mundial de España: la gran desilusión del baloncesto patrio.
Gasol, con 35 años, evitó cualquier similitud con aquel desastre. La Selección llegó a este vital choque de semifinales con su guion de siempre: sufrimiento y sudor para superar la fase de grupos. Un corderito cerca del matadero, que luego se transforma en gigante. Francia no lo intuyó y Pau les martirizó. Firmó 40 puntos en un duelo que se decidió en la prórroga, quedándose a 8 de la máxima anotación en la historia del equipo nacional, en poder de Jordi Villacampa. Fueron un 12 de 19 de dos y 16 de 18 desde la personal. Ni un triple. Atrapó 11 rebotes y acabó con 52 de valoración.
Bailó desde el inicio a un joven Rudy Gobert, que acabó fuera del partido por faltas. Anotó la primera canasta del choque y la última en el tiempo extra. Su imagen, dándose golpes en el pecho tras machacar el aro rival, se convirtió en un símbolo de su grandeza. "Tenía una motivación especial por la derrota del año pasado en nuestra Copa del Mundo. Fue una derrota durísima. Nada que criticar a Francia, ellos hicieron su trabajo y esas cosas pasan. Pero sí quería venir aquí a ganar un partido como ha sido este, para pasar la factura de aquello", dijo Gasol después de clasificarse para la final, que la Selección ganaría a Lituania.