El equipo de Bad Bunny y el sueño imposible de la NBA
El artista urbano se adentró hace meses en el mundo de la propiedad de entidades deportivas, y tiene motivos suficientes para plantear un proyecto impensable
Bad Bunny está haciendo cosas impensables. El puertorriqueño es la estrella latina más influyente del panorama musical actual, de hecho esto lo avala un logro: ser el primer Nº1 de la historia de Billboard con un disco íntegramente en español. Este volumen de ventas y de crecimiento se ha visto recompensado de una forma económica que hace que el cantante empiece a plantearse su carrera ya no solo como la de un músico, sino como un empresario e inversor también, proyecto que para nada se ha hecho esperar.
Benito Antonio Martínez, como es su nombre real, era anunciado hace meses como copropietario de uno de los equipos punteros del baloncesto de Puerto Rico, su país natal: Los Cangrejeros de Santurce. Esta noticia haría saltar a la entidad a los medios y portadas de todo el mundo por dicho movimiento, un proceso que poco tiempo después los volvería a poner en el punto de mira tras la llegada de un jugador nacional con dilatada carrera en NBA como es J.J. Barea. En este proceso, hemos visto como la influencia de una figura tal como la del artista urbano Bad Bunny es una marca en sí, que utilizando los argumentos correctos, puede desembocar en una locura como la incursión de un nuevo equipo, o bien de una nueva propiedad en la liga más importante del mundo como es la NBA.
¿Por qué Bad Bunny podría pensar en llegar a la NBA?
Antes de nada, hay que explicar que no existe información alguna sobre el proceso que llevaría a los Cangrejeros o a Bad Bunny a la participación de la NBA, pero estas son algunas de las razones que pueden hacer pensar en un proyecto con estos nombres vínculados al baloncesto norteamericano en un futuro:
Si resultase demasiado utópico para el cantante la idea de llevar un equipo de su país para la mejor liga del mundo, también podemos creer que esta copropiedad puede ser una toma de contacto con el mundo del baloncesto, orientada a que en un futuro el artista urbano forme parte de alguna forma de alguna de las 30 franquicias actuales, una idea respaldada con los precedentes de Justin Timberlake, que es accionista de Memphis Grizzlies, o sir Elton John, que fue propietario del Watford, un club de fútbol inglés, durante 26 años.