En la cuenta atrás final para los Juegos Olímpicos, el presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), saca tiempo y atiende a AS para hablar del apasionante verano de baloncesto que espera y La Familia, el documental de la Selección de Amazon Prime Video.

La videollamada llega antes del viaje de preparación a Las Vegas. Sobre la mesa, muchos temas: Tokio 2020, el rol de Pau Gasol, Luka Doncic, la selección femenina tras la decepción de no ir al Mundial, el baloncesto español en año de pandemia... Habla Jorge Garbajosa.

¿Qué objetivo se marca la Selección para estos Juegos Olímpicos tan diferentes al resto?

No sé si ganaremos o perderemos, no tengo la menor idea. Sí tengo claro que es uno de los grupos más bonitos que he visto juntarse. Ver ese compromiso con la Selección, ese respeto a la Selección… Y no solo Pau, es el gran estandarte porque es Pau… Por todo lo que ha conseguido, por su edad, por todo lo que ha hecho para estar recuperado... Pero también veo el mismo compromiso de Marc Gasol, Rudy, Ricky, El Chacho… Los más veteranos, que lo han ganado todo a todos los niveles y ahí siguen junto con unos jóvenes que están tirando la puerta abajo a empujones, patadas y cabezazos. Carlitos Alocén, Garuba, el propio Alberto Abalde, los hermanos Hernangómez que son muy jóvenes, Sergio Martínez, Sebas… Jugadores que tienen un atrevimiento insultante. Esa mezcla con los intermedios, con los Lull y los más veteranos... El grupo es precioso y súper competitivo. Serán unos Juegos extrañísimos. Desde el punto de vista de la pandemia, de un sistema de competición nuevo, de unos preolímpicos que algunas favoritas como puede ser Serbia se han quedado fuera… Son unos Juegos absolutamente imprevisibles. No tengo la más mínima duda de que volveremos con la cabeza alta. No sé si con una medalla colgada del cuello, pero con la cabeza alta seguro.

El gran sueño sería el oro con Pau Gasol.

Pedir el oro es una barbaridad, pero también decía Pau que lo único que firma es el oro. Y a mí esa conjunción me gusta mucho. Ser conscientes de la realidad, la dificultad de la competición, pero a la vez no renunciar a nada. Es lo que te da la gasolina para luego aspirar a todo. Luego lo consigues o no. Porque el rival también juega... En tiempos de pandemia cada día es una moneda al aire. Es un horror… Es muy difícil convivir con esto… Por eso los jugadores y las jugadoras tienen triple mérito. Pero yo veo al equipo muy competitivo y muy maduro. Incluso los más jóvenes. Ves a Usman, que es un niño, pero ya ha competido en unos cuartos de final de Euroliga al máximo nivel y en un playoff de final de Liga jugando treinta y tantos minutos, con un gemelo tocado, compitiendo con una madurez extraordinaria… El equipo da muy buenas sensaciones. ¿Luego la competición? ¡Dios dirá!

¿Cómo valora el regreso de Pau y qué rol tendrá?

El camino de Pau desde que se lesiona hasta hoy ha sido la sucesión de agradables noticias. Y alguna incluso, no digo inesperada, pero sí considerábamos difícil o incluso improbable. Pero hablar de Pau es hablar de que lo improbable no existe. Estamos hablando de un jugador que hace poquito tiempo estaba con muletas en una cama con 39 años y una carrera que cualquier otro habría dicho mira, yo entrego la cuchara, me dedico a mi familia y a mi vida... Pero él se fija una meta y la consigue. Las comparaciones no son buenas y además tampoco justas ni reales, pero yo pasé por una lesión parecida con 28 años y recuperarme fue muy muy duro… Con 40 años no me lo puedo ni imaginar… No concibo dimensionar lo que ha tenido que trabajar ese hombre para poder conseguir sus objetivos... Una vez se recupera, ficha por el Barça. Rinde al nivel, que llega a ser muy importante en un equipo campeón de Liga contra un Real Madrid favorito y dominador de los últimos años. Y cuando acaba con el Barça se prepara en una semana prácticamente para estar con la Selección. Con una minuciosidad en las cargas de trabajo, entrenamientos, partidos, todo medido hasta el milímetro por el equipo de su club, personal y ahora el de la federación. Yo le veo muy bien. Muy inteligente como siempre para saber medir hasta dónde puede llegar, qué es lo que puede aportar y qué es lo que no. Muchas veces querer aportar lo que no puedes aportar es contraproducente para ti y para el grupo. Y eso lo tiene muy medido.

¿Cómo está Pau Gasol físicamente?

Le veo a tope. Concienciadísimo. El entrenamiento de Pau empieza a las ocho de la mañana cuando se levanta, con su tratamiento, su alimentación, sus máquinas y no acaba… Dormir es parte de su recuperación. Y lo está haciendo al milímetro.

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¡Habrá cruce con Luka Doncic!

Y con la actual subcampeona mundial y el equipo anfitrión. Parece que todo el mundo da por ganado el partido contra Japón, pero en el Mundial de hace dos años cómo compitió con una superestrella, con un grandísimo entrenador, como es Julio Lamas… Es un grupo muy muy difícil. Y los Juegos Olímpicos son complicadísimos porque los doce mejores equipos del mundo están ahí. Y si te has clasificado para unos Juegos es porque tu nivel es muy alto. Encima el sorteo no ha sido el más fácil del mundo... No lloramos, no nos quejamos, pero es una realidad. Te toca la subcampeona del mundo, uno de los mejores jugadores y más en forma del mundo que es Luka Doncic con una muy buena selección detrás, Dragic, Prepelic… No es solo Doncic, aunque está claro que es la gran estrella. Este equipo no ha llorado nunca. Ni cuando tocaba un sorteo más sencillo, más difícil, ni cuando ha ganado ni cuando ha perdido. A competir.

¿Es Doncic tan absolutamente bueno?

Le he visto hacer cosas que no le he visto hacer a nadie a su edad. A nadie. Tengo un gran ídolo en el baloncesto que es Sabonis. Y Sabonis a su edad yo creo que no era capaz de dominar cualquier partido de baloncesto como lo domina Luka. Drazen Petrovic tampoco. Y parecía que es que NBA es más fácil anotar o asistir y llega a un Preolímpico fuera de casa a cara de perro contra una enorme Lituania y hace un triple doble con más de 30 puntos. Domina el partido. Para mí es probablemente el jugador más en forma de todo el mundo.

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¿Cómo llega la selección femenina a los Juegos tras la decepción de no ir al Mundial?

La veo igual de bien que siempre y además con un cierto punto de rabia por ese resultado en el Eurobasket. Las primeras que han salido tocadas y dolidas han sido ellas. El grupo lo ha dado todo. Aquí el equipo nunca llora. Ni la selección masculina ni la selección femenina. Aquí no llora nadie, pero es un hecho objetivo. La preparación ha sido complicadísima desde el punto de vista de dos positivos en el equipo y lo que eso conlleva de tests, confinamiento, no saber si van a estar las jugadoras... Eso te trastoca todos los roles dentro de un equipo. Si Alba o Tamara no están otras que tenían un rol supuestamente no tan protagonista tienen que tomarlo... Unas que no iban a estar de repente entraban en el grupo... Es muy complicado de gestionar. ¡Y casi sin entrenar! Entrenando por grupos y con mascarilla... Y al final te das cuenta de que te quedas fuera pues porque en el primer partido contra Bielorrusia tuvimos una canasta en el último segundo, contra Serbia, campeona de Europa, tenemos el tiro libre para ganar en cuartos... Es ese pequeño detalle. Dicen que la pelota no entra por casualidad y aquí hemos estado muy muy cerquita, aún con todos los condicionantes. Si la preparación va ya normal, que estoy convencido que sí, con la incorporación de Alba y Tamara, estoy convencido de que el equipo va a ser el que es. Un equipo ganador y que engancha a la gente, como lo ha sido siempre.

¿Qué documenta La Familia?

Nos hemos abierto en canal a nivel de sensaciones. Todo el mundo sabe cómo acabó el partido, las tonterías entre comillas que hicimos en la cancha con la explosión de felicidad... Pero no todo el mundo sabe lo que pasa, cómo lo gestiona cada uno y el equipo, las sensaciones para superar la situación dramática a nivel personal y profesional… Los que lo hemos vivido desde dentro vemos que se refleja de una manera absolutamente fiel. Las intrahistorias de cada uno de los campeonatos, casi todos con éxito... Cuando todo empezó en 1999, en Lisboa, éramos chavales... Quería hacer algo que los padres estemos orgullosos de enseñárselo a nuestros hijos. Que vean cómo se gestionan situaciones que públicamente son muy grandilocuentes, cómo se gestionan sensaciones pequeñitas, de valores... Cómo se gestiona el nosotros antes que el yo. Cómo se van formando las relaciones interpersonales o las profesionales que acaban siendo amigos del alma... Dejar un legado pensando casi en nuestras familias. Pregunté si esto podía interesar a la gente. Y me dijeron que probablemente lo que más. Estoy convencido de que a todos a los que les gusta el baloncesto van a ver La Familia. Para mí este es un documental de vida de un grupo con una filosofía de vida común. De cómo un grupo de jóvenes consiguen tocar el cielo sin ser los más dotados probablemente del mundo para conseguir hacer algo sin precedentes en la historia del deporte mundial.

Habla en el documental de sus compañeros como niños...

Es que éramos niños. En aquellos años te crees el rey del mambo y que lo sabes todo. (Risas). Y cuando tienes 24 años eres un niño. Por nuestras carreras, vidas, nuestro proceso de aprendizaje puede que sea más rápido, pero ahora lo ves con la perspectiva del tiempo y bendita inconsciencia... El otro día leía una frase que me gustó mucho. Los jóvenes tienen buenas ideas porque no saben nada. Cuando empiezas a saber muchas cosas ya no tienes buenas ideas. Y probablemente esa inconsciencia nos permitió afrontar retos de una extrema dificultad y de una extrema repercusión desde el divertimento y afrontar los éxitos y conseguirlos.

¿Ve alguna similitud con Garuba liderando al grupo de los más jóvenes?

Lo que veo es una similitud tremenda o igualdad tremenda en la convivencia. Con una convivencia como tienen estos equipos luego puedes ganar o perder. Pero sin ella no puedes ganar. La convivencia quiere decir que vale todo desde el punto de vista del respeto al grupo. Puedes tener un rato de broma, pero a la hora de entrenar, y esto entre comillas enormes, no va a ser necesario ni que el entrenador te eche la bronca. Te la van a echar tus propios compañeros. Si tú no estás entrenando bien no estás repercutiendo al grupo. Y el grupo es sagrado. Y esa sensación de grupo sagrado, de si un compañero lo está pasando mal, va el veterano y el grupo a ayudarle. Si uno comete un pequeño error, el grupo es el que va a aconsejarle. El respeto al grupo, a la familia, es sagrado. Y eso se mantiene.

¿Qué puede decir de Pepu Hernández, figura clave presente en el documental?

A pesar de lo que alguna vez se ha dicho en medios hace ya algunos años mi relación con Pepu es extraordinariamente buena. Le considero un amigo, una persona a la que le tengo mucho aprecio personal y profesional. Pepu tuvo muchos méritos porque para ser campeón del mundo hay que hacer muchas cosas bien. Tuvo un gran mérito que fue entender la psicología del grupo. Supo entender lo que necesitaba cada uno de los miembros del grupo y el grupo en cada momento. En aquel momento nosotros veníamos de estar cinco años a las puertas de algo grande. En 2001 fuimos bronce, en 2002 perdimos en cuartos de un Mundial, en 2003 fuimos plata, en 2004 perdimos en los cuartos de final de unos Juegos Olímpicos muy duros… El grupo estaba a punto de romper, pero no acababa de hacerlo. Él, a nivel psicológico, supo tocar la tecla de la confianza para que rompiéramos esa barrera mental y consiguiéramos ser campeones del mundo. A partir de ahí ha sido una cascada de réditos.

¿Cómo se siente en el rol de presidente ya en su segundo mandato? ¿Preferiría estar en la pista?

Siempre volvería a jugar. Lo comentaba con compañeros que se van retirando como Felipe Reyes o Fernando San Emeterio. Por bien que nos vaya después, nunca nos va a ir tan bien como de jugadores. Es una época preciosa. Es dura, muy complicada y hay días que cuesta levantarse de la cama, te duele todo el cuerpo… Pero cuando miras hacia atrás es la época más bonita que puedas vivir. Sin ninguna duda. Ahora me siento muy bien. Porque además, y lo digo con toda la humildad del mundo, cuando llegué hace cinco años, por diferentes motivos, me encontré un baloncesto dividido. Tejiendo, uniendo, proponiendo, dialogando, ahora me encuentro un baloncesto tremendamente respetado en Europa y en todo el mundo. Y lo digo de corazón. Me encuentro un baloncesto español, con su diversidad de opiniones, unido en torno a un proyecto común que es el del crecimiento. Con la propia liga ACB, en torno al Consejo Superior de Deportes, al Comité Olímpico, a la Federación Internacional. Después del año más duro posible, el año de la pandemia, el cien por cien de los clubes ha sobrevivido a la pandemia. No ha habido que ampliar ni un solo plazo. Todas las plazas se han llenado, incluso ha habido equipos que dejar fuera... Un baloncesto español fuerte y eso me hace sentir cómodo y orgulloso.

Compartió mucho tiempo con los jugadores en la pista. ¿Siguen las bromas con el cambio de papeles?

Ahora cada vez menos porque cada vez lo vemos más normal. Antes era, en el mejor sentido, un continuo cachondeo. Yo creo saber lo que el equipo necesita. Por supuesto no puedes atender todas las peticiones o todas las necesidades porque es imposible, pero sí considero que sabemos lo que es importante para ellos. Y lo cuidamos mucho. A la vez que ellos saben que todo lo que se puede conseguir lo van a tener. Somos conscientes de las necesidades de un grupo para prepararse en las mejores condiciones posibles. Saben que la relación siempre va a ser sincera. Que lo que se les dice es la verdad. No hay medias verdades, mentiras, nada parecido. Y esa relación de confianza que hemos tenido toda la vida. Y cuando hay esa confianza tu sabes que puedes comentar, decir, pedir, incluso exigir en algún momento, y que la respuesta va a ser sincera. Ayuda mucho en las relaciones a la hora de trabajar.

El camino al éxito de la Selección

La Familia (Amazon Prime Video) ofrece un viaje desde dentro con el grupo de jugadores que pasó de quedarse esiempre a un palmo del éxito al ciclo glorioso de la Selección. Un camino de equipo recorrido por jugadores, técnicos, directivos y afición.

El documental, disponible en todo el mundo en la plataforma, está producido por Mediaset España y SuperSport y distribuido por Mediterráneo.

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