NBA | LAKERS 103 - WARRIORS 100

LeBron hace de Curry para meter a los Lakers en los Playoffs NBA

Un triple espectacular de LeBron James en el último minuto decantó la balanza a favor de los Lakers, que vencieron a los Warriors y jugarán ante los Suns.

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Tremendo espectáculo. LeBron James dijo que no le gustaba el play-in, pero ha sido el que lo ha puesto patas arriba a última hora. Los Lakers se salvan de jugar más y miran ya hacia los Suns, su rival en las eliminatorias a partir del fin de semana. Los vigentes campeones se libraron de los Warriors, que opusieron resistencia hasta el final, para ganarse el séptimo puesto de la Conferencia Oeste. LeBron, como buen héroe, fue el que dijo la última palabra: un triple de bella factura en el último minuto fue lo que terminó con el rival, con Curry no sabiendo responder ante lo que su vecino de Akron había hecho: un triple a su estilo. 

Fue una noche de muchas alternativas, con los Lakers jugando flojito sólo hasta que James cambió el partido y Davis empezó a tener la confianza de hacer todo lo que sabe hacer. No sólo Curry sino Wiggins, Bazemore, Poole o Toscano-Anderson, todos dieron un nivelón para hacer sufrir a los angelinos, que deben hacer los deberes de cara a su primera serie. De hecho el control fue, casi de pleno, de los Warriors. Tiene valor su coraje, su actuación y deberán mostrar esa calidad ante los Grizzlies, su rival para cazar el último billete. 

Antes de que los Lakers se encaminen para jugar contra los Suns en playoffs deben hacer examen de conciencia. Dejaron vivos a unos Warriors sin Thompson, Wiseman y Oubre, un plantel de circunstancias, no usaron a Marc Gasol, papel testimonial de Harrell y Drummond, infravaloración de Wiggins o Poole, no fue el tercero en discordia Kuzma un día más, etc. Le queda en el debe a Vogel y sus jugadores, aunque una victoria con tanta adrenalina usada en el final es digna de ser celebrada por todo lo alto. 

Un parcial de 4-12 con los Warriors desatados abrió la noche en el Staples Center. No había rastro de LeBron y Davis, era Kentavious Caldwell-Pope el que aguantaba de primeras. A los Wiggins y Bazemore, los primeros en dar zapatazos para hacer ventaja, se unieron varios jugadores más. Fue fulgurante el ritmo que, todavía con Curry cogiendo temperatura, adquirieron los visitantes en la primera mitad. No sólo en ataque, estaban abrasando a los Lakers de Vogel, los de la obra maestra defensiva en las Finales de 2020, en la zona trasera. Caruso se metía en medio y quería arreglar el desaguisado, pero un pequeño arreón de los de la Bahía les hizo verse bien por delante al entrar a un segundo cuarto que sería su manera de presionar ya a lo grande. 

Curry empezó a hacer cosas de Curry y los Lakers se veían imposibilitados ante un Jordan Poole que apunta maneras, como señaló Kerr en el pasado. Un pique suyo con Davis sería lo que activaría a este último, pero el partido del chaval tiene poco para la queja. Con él y más hombres de rotación los Warriors estaban haciendo frente a unos Lakers que no notaban a LeBron ni cuando estaba dentro ni cuando estaba fuera, y tres cuartos de lo mismo con A.D. El espaldarazo llegó, después de dos intentos inútiles por mejorar el marcador, al borde del descanso: Curry se fue de tres, paso atrás y triple de los de ganar millones. Era un +13, su máxima ventaja. 

Algo debió cambiar en el vestuario. Davis se activó y empezó a coger confianza en los tiros lejanos, para los que no estaba teniendo tacto. Por dentro ya no había Drummond que valiera, era Davis. Aunque el que cambió la tendencia fue LeBron James y no sólo por el tiro final. El que les llevó a equilibrar el marcador fue el rey de Akron con dos arreones seguidos entre el tercer y cuarto periodo. Ya en el definitivo se llegaron a poner cinco arriba con un triple celebradísimo de Davis. Lo que tocaba era ver los recursos de los Warriors y, claro, ahí estaban. Con nervios, sí, pero Poole colocó con un tiro de tres arriba a los suyos de nuevo. Y llegó el golpazo de Green a LeBron en la cara, dedo al ojo, y eso despertó a la bestia como el pique de Poole hizo con Davis. Aseguró después que no veía nada, pero menos mal. A falta de justo un minuto para el final a James le pasaron la patata caliente, acabándose la posesión y a más de ocho metros en el lado derecho. Curry, que levantó la mano para puntear, le puso una cara de extraterrestre que lo dijo todo. Marcianada la que acababa de hacer. Y a ella no hubo respuesta. Los Warriors intentaron encontrar a su estrella poco después, en dos jugadas finales, pero no fue posible e imperó el 103-100 del rey coronado.