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NBA | PELICANS 98 - LAKERS 110

Se confirma el bombazo: los Lakers jugarán ante los Warriors

El equipo de Frank Vogel se impuso a los Pelicans en la última jornada, pero la victoria de Portland les deja séptimos. LeBron y Curry, cara a cara en el play-in.

El equipo de Frank Vogel se impuso a los Pelicans en la última jornada, pero la victoria de Portland les deja séptimos. LeBron y Curry, cara a cara en el play-in.
El equipo de Frank Vogel se impuso a los Pelicans en la última jornada, pero la victoria de Portland les deja séptimos. LeBron y Curry, cara a cara en el play-in.Los Angeles Lakers

Se confirma un secreto a voces, la serie del morbo y un bombazo digno de la mejor historia de la NBA. Los Lakers se impusieron a los Pelicans y quedan séptimos de la Conferencia Oeste en una de las temporadas más raras de siempre. La victoria de Portland ante unos Nuggets a los que les interesaba perder (de ganar, se habrían cruzado con los angelinos en primera ronda) deja al equipo de Frank Vogel en el play-in. Una anomalía que nadie esperaba a inicios de curso en esa especie de previa que la NBA ha se inventó por culpa de la pandemia del coronavirus pero que ha duplicado de dos a cuatro equipos en esta campaña. El gusto que Adam Silver le está cogiendo a este aumento de la emoción está más que justificado, y después de tantas críticas al sistema, a la competición le ha salido todo redondo. Hasta tal punto que tendrán en primera ronda a Lakers y Warriors, dos de los mayores atractivos de la temporada. Y a LeBron y a Curry, dos jugadores enfrentados por la narrativa incluso en lo personal. Dos de los mejores jugadores de todos los tiempos que hace tres años se estaban jugando el título y ahora se disputarán los playoffs.

Los Lakers ganaron un partido sin historia, marcado por todo y por nada. Por un lado, tenían la obligación de ganar; por otro, iban a hacerlo ante unos Pelicans bochornosos que ya dijeron adiós a la temporada hace unos días y que inician, ya de manera oficial, un periodo de reflexión que vendrá acompañado de algunos cambios y muchas decisiones. No jugaron Zion Williamson, Brandon Ingram, Lonzo Ball... todos vieron un partido que no les interesaba vestidos de calle. La buena noticia entre tantas bajas la dio Willy Hernangómez, que fue el mejor de los suyos con 19 puntos, 13 rebotes y 4 asistencias, y cierra una campaña de bastante mérito en la que se ha acabado haciendo un hueco en la rotación de un Stan Van Gundy que se va cuestionado en su primer año de retorno a la mejor Liga del mundo.

Los angelinos tuvieron un poco de todo y no forzaron demasiado la máquina. LeBro acabó con 25 puntos en 27 minutos (y un pequeño susto en el tobillo en el último cuarto, veremos cómo afecta eso a los Lakers) y ha llegado a ese promedio de anotación por 17ª vez en su carrera (en todas las temporadas que ha disputado menos en la primera, vaya), récord histórico. Es más, los siguientes en esa lista son Kobe, Jordan, Durant y Malone con... 12 cada uno. Además de LeBron, todo el quinteto de los Lakers superó la decena de puntos con mención especial para Andre Drummond, que, entre muchas críticas desde su llegada (algunas merecidas, otras no tanto), se ha ido a 13 puntos y 13 rebotes. Marc Gasol disfrutó de más minutos que su homólogo (27 por 21) y finalizó con una estadística insulsa (3+7+4) pero aportó en esas intangibles que pueden ser clave en playoffs. Y coincidió muchos minutos con Willy, claro.

Se acaba la temporada regular con los Pelicans diciendo adiós y los Lakers en una situación en la que nadie se esperaba que estuvieran a inicios de curso, cuando eran favoritos. Luego llegaron las lesiones y la memoria selectiva, pero el hándicap no es pequeño para un equipo que, si tiene a LeBron y Davis físicamente bien, puede ganar. Tienen que superar primero a los Warriors de Curry (y todo lo que ello supone) y, si consiguen esto, se jugarán la primera ronda ante unos Suns que han tenido menos suerte de la que suele acompañar a un equipo que queda segundo de la Conferencia Oeste. Y claro, jamás un séptimo ha ganado el anillo. Los Knicks, que partieron octavos en 1999 (otra temporada con calendario reducido, 50 partidos por culpa del lockout), llegaron a las Finales, pero ha sido el tope de ese tipo de machadas. Eso sí, con LeBron James nunca se sabe. El Rey quiere defender con uñas y dientes su corona tras un curso lleno de dificultades (para todos) y el primer bache para ello estará en su enemigo más íntimo, una estrella sin la que es imposible entender su carrera. Y sí, LeBron va camino de los 37 años... pero es LeBron. Poco más que añadir.

PORTLAND TRAIL BLAZERS 132 - 116 DENVER NUGGETS

La victoria del equipo de Oregón dejó a los Lakers séptimos y evita que Damian Lillard y compañía disputen el play-in. Con Terry Stotts en la cuerda floja, los Blazers se jugarán el proyecto ante los Nuggets, que podían elegir rival, ya que de ganar se habrían cruzado con los Lakers, algo que nadie quiere. Denver jugó con los titulares, pero con poca convicción y pocos minutos: menos de 17 de Nikola Jokic (21 puntos), 15 de Michael Porter Jr. (9), menos de 14 para Facundo Campazzo (2+2+2)... Y en los Blazers, más necesidad: 22, con 10 asistencias para un Lillard que finaliza otro curso en el Olimpo (casi 29 puntos por noche), 24 de CJ McCollum y 20+13 de Jusuf Nurkic, que finaliza una temporada llena de dudas con una gran actuación. Además, 14+15 para el molón Enes Kanter desde el banquillo y 10 puntos para Carmelo. Y ahora, con el proyecto temblando, a verse las caras con Jokic para intentar una machada en unos playoffs en los que nadie cuenta con ellos. Es lo que tiene una idea basada solo en atacar, una falta de continuidad que te aleja inexorablemente del anillo. Cosas que pasan.