NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ANGT | CLASIFICATORIO DE ESTAMBUL

El Madrid defenderá su corona europea gracias a unos Ndiaye y Spagnolo enormes

El pívot (MVP del torneo) y el base comandan la remontada ante la Estellazurra de Roma y el Madrid está en la Final a 8 de la Euroliga junior.

El Madrid defenderá su corona europea gracias a unos Ndiaye y Spagnolo enormes

El Real Madrid estará donde ya es habitual verle: entre las ocho mejores canteras de Europa. Será del 27 al 30 de mayo en Colonia, coincidiendo con la Final Four de los mayores, cuando se proclame campeón el mejor equipo juvenil del continente. El Madrid, campeón vigente desde 2019 (la edición de 2020 se suspendió por la pandemia), defenderá título. Para ello ha tenido que sufrir más de lo esperado en la final de su torneo clasificatorio disputado en Estambul. En el partido decisivo la Estellazurra de Roma le hizo sudar en la primera mitad como nadie lo había hecho antes en la capital turca.

Por eso sabemos ahora que este equipo no sólo gana por talento. También sabe ganar con trabajo, esfuerzo, bajando el culo y pegándose en las zonas. Ese fue el partido que se encontró el filial blanco y le costó descifrarlo 20 minutos. En los dos primeros cuartos se jugó a lo que querían los romanos, bien cerrados atrás y con defensas muy presionantes que sacaron del partido al rival, mientras que en ataque explotaban las penetraciones que les daban un doble premio: anotaban mucho e impedían rebotes largos para que el Madrid corriese. En el primer cuarto los madridistas acabaron con 15 puntos, claro ejemplo de que algo no fluía. Del Big Three, a Ndiaye apenas se le veía por la zona, Núñez estaba más tímido de lo normal y Spagnolo, ex del Stellazurra, perdía demasiados balones. Se notaba que sus antiguos compañeros le conocían y sabían dónde atacarle para frenar su flujo de juego.

Enfrente, un ejército de bajitos comandado por Nicola Giordano, perro de presa atrás y ejecutor delante, se hacían gigantes por momentos. Giordano (21 punos al final del ecnuentro) y Visintin y el argentino invitado al torneo Fabricio Pugliatti (ambos con 17), percutían una y otra vez hacia el aro rival. Conscientes de que los triples no son lo suyo (lanzaron 15, por 28 del Madrid), su juego pasaba por atacar la zona, convertirla en campo de batalla y estar más despiertos que su rival, que quizá fruto de las palizas logradas los dos días anteriores, había salido a la cancha con cierta desconexión. En el segundo parcial el Madrid mejoró en ataque, especialmente a través del enorme Ndiaye y de Spagnolo, que entre pérdida y pérdida encontraba la forma de ser útil a su equipo a base de triples (acabaría con 4/8). Pero la Estellazurra se mantenía firme y se marchaba seis arriba al descanso (43-37).

El intermedio, sin embargo, puso patas arriba el partido. No sabemos lo que les dijo Mariano de Pablos, entrenador blanco, a sus pupilos, pero cuando volvieron a la pista era otro equipo. En todos los sentidos. Distinto al conjunto errático y apagado de la primera mitad pero también diferente al eléctrico y genial de los partidos anteriores. Decidieron que iban a ganar el partido con las mismas armas que había usado su rival. Comenzaron a defender, a atacar el rebote de ataque (impresionante trabajo ahí de Konstantin Kostadinov y Henri Veesaar) y, ahora sí, Eli John Ndiaye (también 6 rebotes ofensivos) empezó a castigar por dentro. El pívot, elegido MVP, completó una segunda parte para enmarcar demostrando la superioridad sobre los interiores rivales una y otra vez. Su línea estadística habla por sí sola: 28 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias, 3 robos y 36 de valoración.

Fue a través de ese esfuerzo colectivo como la calidad fue apareciendo, un poco porque pesa tanto que acaba cayendo por su propio peso y otro poco porque el equipo italiano se quedó desorientado durante unos cuantos minutos viendo que el rival le superaba en su propio juego. Aún así no tiraron la toalla y el madrid tuvo que apretar hasta casi el último minuto para mantener una ventaja tranquilizadora. En esos instantes previos de descargas romanas a la desesperada, Spagnolo sacó el tarro de las esencias varias veces y acabó como el segundo mejor jugador del equipo a pesar de haber empezado bastante mal: 22 tantos, 8 rechaces, 4 pases de canasta y 22 de valoración. E incluso Juan Núñez, que brilló en general mucho menos de lo que nos tiene acostumbrado, se animó con varias acciones de fundamento baloncestístico (6 asistencias) y arremangándose en defensa.

Gran victoria blanca pues, quizá más importante esta que las que consiguió antes arrasando rivales. Ahora viajará a Colonia, donde de momento espera sólo el Barça. En una semana se conocerá otro clasificado (el ganador del troneo de Belgrado) y los otros cinco equipos serán elegidos según sus resultados. Así se completará la nómina de una Final a 8 en la que el Real Madrid apunta a ser tan favorito como en 2015 o 2019, los años de sus dos títulos juveniles continentales.