"Lo único que se acerca a Kobe Bryant en Los Ángeles es la Virgen María"
"Lo único que se acerca a Kobe Bryant en Los Ángeles es la Virgen María"

REPORTAJE ESPECIAL

"Lo único que se acerca a Kobe Bryant en Los Ángeles es la Virgen María"

Patrick Green charla con AS sobre Sincelery Los Angeles, un documental en el que repasa el legado de Kobe a través de los murales que llenaron las calles tras su fallecimiento.

"Si muere Superman, ¿quién nos queda que podamos admirar?". La pregunta la hace el cineasta Patrick Green en un momento de Sincerely Los Angeles, su particular carta para Kobe Bryant; una suerte de homenaje, guía sobre cómo convertir en productivo el dolor del duelo y, por qué no, cápsula del tiempo que acabará conteniendo inevitablemente la amargura y el espanto con los que vivimos el año 2020 y las formas que fuimos encontrando para, sencillamente, seguir adelante. 2020, el año de la gran pandemia de nuestro tiempo y el año de la muerte de Kobe Bryant, su hija Gianna (con 13 años) y otras siete personas. Fue un 26 de enero en accidente de helicóptero en Calabasas (California).

Sincerely Los Angeles es Kobe sin Kobe, la vida después del referente en una ciudad, Los Ángeles, que en su verdadero núcleo es muy distinta a lo que los sueños de neón de Hollywood han convertido en una interminable industria del entretenimiento. Los Ángeles es una tierra dura y auténtica, la ciudad de los Lakers y finalmente la de Kobe, que nació en Philadelphia y creció en Italia pero se hizo inmortal en California. Este no es un documental sobre Kobe Bryant sino sobre qué y quién era Kobe para nosotros. En este caso, para la gente de Los Ángeles, finalmente su gente. Y, es el hilo conductor, sobre la aparición espontánea de murales por toda L.A., un clamor silencioso de homenaje, una manera de recordar y avanzar a medio camino entre el luto y el tributo. Por qué el formato mural, por qué en esos barrios tan alejados de Hollywood, por qué en calles en las que la gente quiere ver a Kobe en cuanto se levanta o justo antes de acostarse.

Esas son las respuestas que busca Patrick Green, primero periodista deportivo y ahora documentalista que ya ha trabajado con el arte callejero (For Your Consideration, que gira en torno a la subversiva estatua de Harvey Weinstein que acabó viralizando su amarga crítica social) y el deporte (Bundini, un repaso a la compleja vida del entrenador de Ali, Drew Brown). En Sincerely Los Angeles ambas realidades, deporte y arte callejero, se reúnen en un espacio que ocupan Katen Jensen, Rev Carl, Slot One, Gabe Gault, Vela, Downtown Daniel, Melary Meza-Dierks… todos los que convirtieron L.A. en un gran lienzo sobre el que pintar a Kobe y a Gianna. Primero llamándolo a gritos, después como un desgarro de puro dolor y finalmente en un lento proceso de cicatrización colectiva. Catarsis.

Patrick Green.
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Patrick Green, con su cámara junto a uno de los murales en homenaje a Kobe Bryant.

Dear Basketball (querido baloncesto) fue el poema de amor con el que Kobe se retiró del baloncesto profesional, una epístola que cobró vida para ganar el Oscar 2018 al mejor corto de animación. Sincerely LA (sinceramente, Los Ángeles) es la respuesta que el baloncesto envía a través de Patrick Green y de la voz de quienes se han reagrupado en torno a ese juego y a la figura de Kobe. Un puñado de buenos recuerdos en un momento extremadamente difícil. La cálida certeza de que, finalmente, hay otros como tú ahí fuera. También en 2020 y en, seguramente, el peor momento para toda una generación.

Desde su festejo en el séptimo partido frente a los Celtics, en 2010, en el que fuera su quinto y último anillo, hasta sus adentros más íntimos. Alas de ángel, las mismas que, inalcanzables para los sentidos terrenales, tantas veces le hicieron volar; o contornos difuminados, a modo de esa magnética energía con la que levitaba. Y que contagió. Cuando el tendón de Aquiles agonizaba y consiguió mantenerse en pie, tirar los tiros libres frente a los Warriors y transformarlos para acercar los playoffs. Cuando el balón, tras volar desde sus manos, perforó el aro en el legendario alley oop con Saquille O’Neal, frente a los Blazers. O cuando, en tantas y tantas ocasiones, su mirada se cruzó con la de Gianna (Gigi para Patrick, que la menciona con un amor casi paternal), con miles de focos apuntando pero con una intimidad que acogía a cualquiera que se quisiera cobijar. Todo eso recogen los murales en las 481 paredes que le hacen aún más eterno. En más de 30 países. También en España, desde Barcelona a Málaga, pasando por Madrid y Valencia, según Kobemural.com, una plataforma que localiza las obras y entrelaza a sus artistas con el resto del mundo.

Patrick Green recuerda cada instante con la parte vívida del que los ha presenciado en primera persona. Se crio con los Lakers del Showtime, vibrando con cada pase imposible de Magic Johnson; pero maduró junto a Kobe, con andares paralelos en su cronología. Y quedó impregnado de sus valores. Los mismos que, en algunos momentos, la cuarentena marchitó y necesitaba regar. Al igual que sus compañeros de equipo: James T Armstrong, Brian Nguyen y Eric DiMatteo. "Estar encerrado en Los Ángeles es casi como una sentencia de muerte. Necesitábamos trabajar juntos de nuevo", recuerda el director sobre el amargo carburante que puso en marcha este proyecto.

Patrick concibió este documental mientras recorría Los Ángeles cuando la pandemia arreciaba y buscaba papel higiénico y comida para llevar. Acababa de morir Kobe Bryant y él acababa de ser padre. La visión de los murales de Kobe y Gianna, desde su coche, le hicieron ver que una ciudad que, como casi todas, tuvo que cerrarse sobre sí misma, estaba deseando abrirse de nuevo, regresar. Como él y su equipo. Todo lo que siguió a la muerte de Kobe fue, en cierto modo, una hermosa metáfora. Su conexión con Los Ángeles y su gente, la gente de los Lakers, una buena forma de entender que el baloncesto es mucho más que un simple juego. De todo eso, de un recorrido de la oscuridad a la luz a través de la pérdida de un gigantesco referente colectivo, habla Sincerely Los Angeles. Y de todo eso habló Patrick Green con AS.

"Los murales ayudaron a la gente a superar el dolor"

El verdadero punto de partido de esta historia es su admiración por Kobe Bryant, sus recuerdos como aficionado de él y de sus Lakers…

Sí, hay tantos… Y creo que es así para muchos de nosotros, para los que le vimos crecer. Soy un poco mayor que él, pero cuando Kobe llegó a Los Ángeles yo todavía estaba en la universidad, así que crecimos, prácticamente, en paralelo. Mucha gente viene a Los Ángeles con grandes sueños: triunfar, convertirse en estrellas… Y creo que él vino aquí siendo arrogante, como todos: cuando somos jóvenes pensamos que lo sabemos todo. Después, vimos cómo creía hasta ser campeón siendo el hermano pequeño de Shaquille O’Neal. Y luego, cuando Shaq se marchó, luchó, volvió a la cima, se convirtió en la Mamba Negra...

Hasta los 60 puntos de su último partido.

Vimos cómo envejecía, cómo llegaron las lesiones y sus movimientos se volvieron más lentos… pero acabó entendiendo mucho mejor el juego. Muchos de nuestros recuerdos transitan en paralelo a su vida, instantes de la vida de muchas personas están vinculados a los logros de Kobe. Su último partido, el de los 60 puntos, lo vi con mi primo, con el que crecí como si fuéramos hermanos, y era casi como si estuviéramos reviviendo nuestra infancia viéndole hacer sus movimientos clásicos. Fue una experiencia maravillosa. No es lo normal que un deportista llegue a una ciudad y se quede durante tanto tiempo, por eso hay muy pocas personas como Kobe en cualquier ciudad del mundo y en cualquier deporte.

Un mural en la Playa de Venice
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Un mural en homenaje a Kobe en la la Playa de Venice y obra del artista Cheink 84.

Ya ha citado esa mentalidad de la Mamba Negra (Mamba Mentality) que Kobe abrazó en los momentos más oscuros de su carrera. ¿Qué significa para usted y, por extensión, qué cree que ha llegado a significar para la ciudad de Los Ángeles?

Es una gran pregunta. Todos, también nosotros mientras hacemos un documental, debemos preguntarnos qué es la Mamba Mentality. En todo. Creo que es algo que perdurará incluso más que sus logros en el baloncesto. Para mí, como cineasta, como artista… cada día tienes una página, una pared en blanco en la que trabajar, con la que superarte. Inviertes esfuerzo, trabajas… no podemos perder tiempo, tienes que tener una visión de lo que quieres hacer, incluso si eres el único que cree en ella. La llevas a cabo y te conviertes en una mejor versión de lo que sea que hagas: la mejor versión de ti mismo.

También es muy interesante el otro punto. La ciudad de Los Ángeles es muy conocida por Hollywood, el star system y todo lo demás, pero en realidad es una ciudad de currantes, una blue collar town. Hay mucha población obrera, población latina, negra… hay un montón de blue collar people que ama a Kobe y lo que adoraba de él era su ética de trabajo. Hablé con una familia que ahorró dinero para tener un mural de Kobe en su patio trasero porque tenían muchos recuerdos ligados a él. ¿Y sabéis que me dijeron? Que el mural es lo primero que ven cuando se levantan para ir a trabajar, a las 5 de la mañana, y lo último que ven antes de acostarse. Es duro cargar el camión a esas horas, estás cansado, te faltan fuerzas… Pero ahí está Kobe, y ahí está su grandeza, lo que representa para la gente. Se ha convertido en un símbolo del trabajo duro, de la dedicación y la pasión por lo que haces.

De hecho, mucha gente que no ha visitado Los Ángeles no conoce esa otra cara, la esencia de una ciudad más dura y auténtica de lo que sugiere su nombre. Y puede que en la primera fila del Staples Center estén las estrellas de Hollywood, pero la afición de los Lakers está hecha en realidad de toda esa otra gente, digamos esa verdadera L.A. con la que conectó tan bien Kobe…

"Kobe se ha convertido en un símbolo del trabajo duro, de la dedicación"

Sí, así es. Parte de la belleza de estos murales reside en que están en las partes de la ciudad donde viven los aficionados que no van a los partidos de los Lakers. Zonas industriales, de clase trabajadora... Barrios de gente que ve a sus Lakers por televisión porque no puede permitirse ir a los partidos. Kobe, después de veinte temporadas en el equipo, era parte de esa familia. La grandeza de esos murales es que se ubican en partes de la ciudad que, habitualmente, no tienen museos; pero son arte callejero, por lo que cualquiera pueda disfrutarlos. Cualquier ciudadano que pase por delante de ellos durante el trabajo, durante el almuerzo… Todo el mundo puede ver estos murales en diferentes partes de Los Ángeles, lugares que la mayoría de ese otro público de primera fila no pisaría nunca, a no ser que vayan a ver los murales específicamente. Esa es la belleza de los murales de nuestro documental y del arte de la calle, y creo que Kobe encaja perfectamente en este movimiento.

Antes de este Sincerely Los Ángeles, usted había hecho documentales sobre deporte y sobre arte callejero, pero ahora ha combinado ambas realidades.

Sí. Uno de mis documentales anteriores fue sobre una obra callejera de Plastic Jesus, que generó un terremoto en la opinión pública con su estatua criticando a Harvey Weinstein en plena semana de los Oscar. En Los Ángeles los ves en todas partes cuando creces, es la capital mundial de los murales. El arte callejero es parte de nuestra cultura, algo que ya había empezado con el graffiti, y siempre ha habido espacio para los murales, como en los años sesenta y setenta durante en el Movimiento Chicano. Después, cuando los Juegos Olímpicos de 1984, florecieron murales por toda la ciudad, más recientemente con el movimiento Black Lives Matter y todo lo que generó el asesinato de George Floyd…

Patrick Green.
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Patrick Green junto a uno de los murales decidados a Kobe y Gianna.

Así que vengo de ahí pero también empecé en el deporte. Fui periodista para Eleven Sports y mi anterior documental fue Bundini, sobre el entrenador de Muhammad Ali. Tiene una vida que mucha gente no conoce y me encantan las historias como esa, que hablan de personas que están en un segundo plano pero que son parte esencial de lo que sucede. En ese sentido los murales son una combinación de dos cosas: cariño y deporte. Realmente, Sincerely Los Angeles no es un documental sobre Kobe Bryant, trata sobre su legado y sobre cómo inspiró a una ciudad que es dura, que todavía está muy triste por su pérdida… Luego llegó la pandemia, que hizo más duro un año horrible que había empezado con su muerte. En cierto modo, soy la persona perfecta para combinar arte callejero y deporte, tengo experiencia en ambos mundos.

Tuvo la idea para hacer el documental en plena pandemia, cuando veía los murales mientras recorría Los Ángeles buscando papel higiénico, comida para llevar… Esa atmósfera de un año tan marcado para todos como fue 2020, tan imposible de olvidar, le va a dar a Sincerely Los Angeles, seguramente de forma inevitable, una sensación de cápsula del tiempo: todo el que lo vea evocará 2020, como un deja vu.

"2020 fue el año del ¿cómo convertimos la tragedia en triunfo?, ¿cómo superamos cosas que parecen insuperables?"

Sí. El documental, como decía, es sobre el legado de Kobe, sobre los artistas y los propietarios de pequeñas empresas que encargaron y financiaron los murales. Es sobre los fans de los Lakers y de Kobe ayudándose los unos a los otros a superar el dolor. Todos se reúnen en estos murales y reconstruyen la ciudad, de manera que el legado de Kobe y de Gigi se mantendrá vivo para siempre en sus paredes.

Cuando grabas durante la pandemia, ves a la gente con mascarillas, todo lo que ha conllevado esta situación… todo esto quedará en la memoria y no podemos escondernos de ello. 2020, realmente, fue el año del ¿cómo convertimos la tragedia en triunfo?, ¿cómo superamos cosas que parecen insuperables? Muchas veces, se trata de mirarnos los unos a los otros y creo que los murales son una excelente manera de hacerlo.

Un mural en Filipinas.
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Murales en homenaje a Kobe por todo el mundo, también en Filipinas.

Y una forma única de vivir el duelo…

Muchos de sus creadores trabajaron gratis, solo querían hacer algo como artistas por Kobe y Gigi; y todo ello hace que se cree comunidad, que la gente se ayude. Tenemos tantas y tantas imágenes de personas dejando velas y flores en los murales… Ese es el principio del proceso, cuando comienzas a canalizar el dolor. Recientemente, hemos vuelto a la calle a grabar, y nos hemos encontrado un ambiente todavía sombrío pero también un mejor estado de ánimo. La gente ha ido aprendiendo a lidiar con el dolor, y los murales han ayudado en el proceso. La pérdida de Kobe y Gianna quedará para siempre en nuestros corazones, pero los murales ayudan. Como en cualquier muerte, las personas no regresan, pero hay formas de sentirlas más cerca: los murales ayudan a que sea así.

¿Por qué los murales tienen tanta capacidad para mostrar el dolor y para, a la vez, transmitir respeto y admiración? Cuando elaborábamos nuestros periódicos los días posteriores a la muerte de Kobe, recuerdo que seleccionábamos muchas fotografías de murales, casi de forma inconsciente, así que puede que no sea tanto un fenómeno de Los Ángeles como global.

Un mural en Los Ángeles.
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Mural de Jonas Never en las calles de Los Ángeles.

Los murales tienen un gran poder. Muchas de las personas que aparecen en ellos, para nosotros son, literalmente, héroes, incluso superhéroes. Tienen una textura increíble. Cuando miras algunos de los dedicados a Kobe, tienes que mirarle a los ojos, eso es siempre lo primero que yo hago. Compruebo si siento esa conexión, como si estuviera volviendo a la vida. Sabes que ya no está aquí, pero cuando miro estas imágenes, veo que aún queda parte de él dentro de ellas.

Hablé para el documental con Arash Markazi, periodista que siguió a Kobe para ESPN durante diez años y que le hizo la última entrevista para Los Angeles Times. Lo llevamos a Boyle Heights y vio el mural que hay allí, uno muy realista de Kobe y Gigi mirándose. Y volvió al pasado. Volvió a la Final de 2009 contra Orlando Magic, cuando Kobe ganó su primer título sin Shaquille. Él estaba en esos partidos y empezó a recordarlo mientras hablábamos. Volvió a sentir todo lo que sintió en ese momento, era como un espejo en el que se miraba y lo veía todo igual: Kobe, vestido de campeón y con una camiseta sobre el hombro, mirando y sonriendo a Gianna…

Eso es precioso.

Cuando hablé con Daniel, el artista que lo hizo, me dijo que los ojos fueron lo último que dibujó; ya que si sentía que los ojos transmitían, el mural iba a ser bueno. Era lo más importante, lo que haría emerger sentimientos en la gente. Después de ganar el campeonato, Arash y Kobe se encontraron en el hotel, a las dos de la madrugada, y todavía llevaba la camiseta de campeones con la otra colgando del hombro. Él, como periodista, no pudo resistirse a sacar una foto, y en ella sale Kobe, con las camisetas, con Vanessa y las dos niñas cuando eran pequeñas. Arash regresó allí. Son momentos que llevan a otros momentos. Al hablar con él, yo también me trasladé a aquella Final. Volví a cuando estaba viéndolas con mi padre, o a los partidos de la eliminatoria contra Phoenix Suns, por ejemplo, con ese momento ya mítico de Kobe agarrándose la camiseta celebrando un triunfo. Una imagen que han captado muchos murales. Son grandes recuerdos que vuelves a vivir, el momento en sí y todo lo que lo rodeó, y esa es una de las grandes bellezas del arte. Y sí, Los Ángeles es la capital de los murales, pero también hay murales maravillosos en España, Italia, China… Hay murales preciosos de Kobe Bryant en todas partes, su figura trasciende todas las culturas.

Mural en Burbank.
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Una obra de Isaac Pelayo en las calles de Burbank, California.

Por mucho que L.A. sea la capital de los murales… ¿recuerda algo de tanta magnitud como esto?

No. Es curioso (ríe). Seguramente, la única persona que se le puede acercar es la Virgen María. Hay vírgenes por toda la ciudad. A la gente le gusta acercar a sus fallecidos a la Virgen, porque saben que nadie va a tocarla. Lo irónico es que, ahora, entre los artistas, han aparecido las reglas Kobe Bryant: nadie puede tocar tampoco estos murales. Todo el mundo lo respeta, y eso demuestra el poder que tiene Kobe sobre la ciudad; es intocable para todo el mundo, trascendente.

¿Qué quiere que sienta la gente cuando vea el documental? ¿Qué le gustaría escuchar para sentir que ha logrado exactamente lo que quería conseguir?

Cuando haces un trabajo audiovisual, esperas que la gente lo sienta de cierta manera. Y es emocionante cuando es así. Creo que el mensaje es que gente muy distinta, de diferentes culturas, clases y países, grandes o pequeñas ciudades, amaba a Kobe. Incluso los que son de los Clippers. Sus dos grandes estrellas, Kawhi Leonard y Paul George, también crecieron siendo grandes admiradores de Kobe.

Es un mensaje de unidad.

Espero que la gente, después de ver el documental, se inspire. Quería hacer una película inspiradora, a pesar de la COVID y de tanta tragedia. Encontrar una manera de triunfar por encima de esa tragedia. Creo que es algo realmente difícil si se afronta en solitario. Pocas personas son capaces de iniciar un cambio de tal magnitud. Una situación así se supera con un sentimiento compartido, siendo parte de un vecindario, de una gran familia… Creo que lo más bonito es que Kobe sigue uniendo a la gente, incluso después de su muerte. Así que realmente me gustaría que la gente se inspirara, que mantuviera su Mamba Mentality y que siguiera intentando convertirse en la mejor versión de sí misma en lo que sea que quiera hacer. Todo el mundo lo puede aplicar en su vida.

¿Cómo se sintió durante todo el proceso de realización de Sincelery Los Angeles?

Mural de Vela en Los Ángeles.
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Mural del artista Vela, con el símbolo de la Mamba Negra, en las calles de Los Ángeles.

Este año ha sido muy duro. También para mí, claro. He sido padre, tengo un hijo de un año que ha tenido que pasar sus primeros meses de vida en cuarentena. Mi esposa y yo trabajamos desde casa, como lo ha hecho gran parte de la población, y estar encerrado en Los Ángeles es casi como una sentencia de muerte. Estamos tan acostumbrados a pasar tanto tiempo al aire libre… Fue muy duro, y creo que, con todo ello, me puse más sensible. Es peligroso ponerse a pensar en cosas negativas, porque, entonces, sólo enlazas una tras otra. De ahí surgió la necesidad de hacer una película que fuera inspiradora: el hecho de volver a salir con mi equipo y conocer a estas personas que se sentían como nosotros, que estaban atrapados por la tristeza. Me hicieron sentir que seguían intentando ser mejores, me enamoré de la ciudad nuevamente y volví a apreciar lo maravilloso que es estar conectado con la gente. Cuando volví a salir, vi que hay mucha gente genial, muchas personas resilientes, compasivas y de voluntad fuerte. Y que muchas estaban conectadas por el amor hacia Kobe. He vivido historias geniales, he descubierto cosas sobre Kobe que no sabía, hemos conocido a personas que trabajaron en los murales como si tuvieran a alguien guiándolos. Todo lo que ha sucedido ha sido tan genuino, con tanta pasión…

¿Por qué los deportes y el documental maridan tan bien? Es un subgénero que nos ha dado productos extraordinarios.

Totalmente. Los deportes son como tragedias griegas. Tienes el ascenso de personas que vienen desde abajo, que se convierten en campeonas, que pueden caer y volver a levantarse. Son una película en sí mismos. El poder del deporte está en que es universal. La gente no sólo supera a sus oponentes, también se supera a sí misma, y esas son las historias que gustan.

Homenaje a todos los fallecidos
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1204066967Un mural en Costa Mesa con todos los fallecidos en el trágico accidente de helicóptero.

Muchas veces, cuando estás obcecado en ser el mejor en algo descuidas lo demás. Es muy enriquecedor escuchar historias sobre cómo creció Kobe, cómo canalizó el hambre de juventud, su perfil engreído, y la mantuvo ya de manera más sana a través de la Mamba Mentality: aprendió que había cosas en la vida más allá de convertirse en el mejor en las pistas de baloncesto. Que también se trataba de compartir sus conocimientos con otros jugadores, de convertirte en el mejor padre… se trataba de muchas cosas más que trascendían las pistas, y se dedicó a ello. ¡Si incluso ganó un Oscar! Acabó siendo una de esas personas capaces de canalizar toda esa energía de diferentes maneras. Tenemos otros ejemplos de deportistas muy grandes que, fuera de las pistas, no llegaron a tanto. Kobe se podría haber quedado en genio deportivo, pero fue más allá. Él tenía muchas inquietudes, es una de esas personas que surgen, si acaso, una vez por generación. Esto también lleva a una de las partes más tristes, la de plantearse qué estaría haciendo ahora Kobe, qué proyectos estaría impulsando. Y no sólo él, ¿Qué estaría haciendo Gigi ahora? Te sientas y te pierdes en una inmensidad de posibilidades sobre todo lo que tenían para darnos a nosotros y al mundo. Es muy duro pensarlo.

Suponemos que habrá visto The Last Dance, el superdocumental sobre Michael Jordan que arrasó la pasada primavera.

Es maravilloso (se ríe). Quiero decir, ¡sí! Fue genial revivir todos esos momentos, y más con el propio Jordan como narrador. Ha habido tantas cosas a su alrededor… Creo que una de las claves, o al menos es mi parte favorita, está en ese iPad que le acompaña durante toda la serie. Así, no es sólo él recordando cosas, es él viéndolas y nosotros viendo las reacciones más viscerales que tiene sobre su propia vida. Puede que sí, que sólo se muestre la historia desde su perspectiva, pero me encantó. Me gustan las historias como esta, que ponen la mirada en el pasado. Si alguien decide hacer un documental de este tipo sobre Kobe Bryant será igual de maravilloso que The Last Dance, estoy seguro.

Pero Sincerely Los Angeles es otra cosa…

Sí, habla más sobre la gente de Los Ángeles, sobre el legado de Kobe. Claro que Kobe tendría cabida en un formato como el de The Last Dance, pero Sincerely se centra en la gente y todo lo que Kobe significa para ellos.

¿Ha conocido un impacto mayor en Los Ángeles que el que tuvo Kobe Bryant?

Creo que, para la actual generación, no. Yo me crie con los Lakers del Showtime y Magic Johnson, mientras que Kobe creció en paralelo a mí, como un hermano pequeño. Y Magic también tuvo y tiene un gran poder, también es todo un fenómeno social. Pero deportivamente representan cosas distintas. Magic era, claro, el talento, ese Showtime; Kobe, por su parte, representa el esfuerzo, el trabajo duro.

"Magic Johnson era el Showtime, Kobe Bryant el trabajo duro, el esfuerzo"

El propio Magic lo dijo: ‘Creo que Kobe es el mejor laker de siempre’. Y si Magic dice eso… No creo que lo diga por ser amable, realmente lo piensa. Los Lakers tienen una tradición maravillosa, han sido tan grandes durante tantos años… y no solamente eso, hay tanto drama a su alrededor, tantas historias… Sí, creo que Kobe es la persona con mayor impacto en Los Ángeles en los últimos años, es uno de los corazones de la ciudad.

¿Cuál es tu historia favorita de las que has descubierto detrás de los murales y sus artistas?

Hay tantas… No quiero destacar una. En general, me parecen increíbles las historias de la gente que ahorra dinero para conseguir un mural, para personalizarlo; ya sea para su negocio, para su casa… Eso significa mucho. Es tenerlo siempre cerca, es conmovedor. Querer que sea de las primeras cosas que ves cada día dice mucho. Hay muchas historias geniales detrás de los murales. Hemos elegido no sólo los mejores técnicamente, también las mejores historias. Porque, para mí, se trata de la gente. En todos los que hemos elegido subyace algo que conecta con quién era Kobe. Ha sido un desafío, pero nos hemos encontrado con todas sus facetas, con cómo ha influido su legado en las personas, cómo ha cambiado sus vidas…

 

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