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NBA | PELICANS 135 - CLIPPERS 115

Zion destroza a los Clippers: "Esto es muy preocupante", dice Kawhi

Los Pelicans pasaron por encima del equipo angelino y provocaron el enfado de Kawhi, que dejó un recado al final del duelo. Zion, Ingram y Lonzo anotan 70 puntos.

Steven Adams y Paul George, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a New Orleans Pelicans y Los Angeles Clippers.
Steven Adams y Paul George, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a New Orleans Pelicans y Los Angeles Clippers.Stephen LewUSA TODAY Sports

La regularidad y la consistencia son necesarias siempre para acceder a los playoffs, al menos en ciertas dosis. Y, con obvias diferencias, dos cualidades que faltan por desarrollar en el seno de Pelicans y Clippers, los dos protagonistas de una noche marcada por un enfrentamiento entre rivales que están muy lejos en la clasificación, pero comparten más cosas de las que les gustaría. Y es esa capacidad innata para desarrollar un juego espectacular un día, y uno muy pobre al siguiente, de ganar con sus estrellas y sin ellas o que eso da igual a la hora de sumar derrotas de forma desvergonzante. Evidentemente, los Clippers tienen más de lo primero que de lo segundo, al contrario que el equipo de Stan Van Gundy. Por eso, claro, unos van cuartos del Oeste y los otros en la undécima posición. Pero, de fondo, hay algo que ambas franquicias comparten y que les impide, o ser favoritos para el anillo (los angelinos se quedan en candidatos) o acceder a playoffs (si hablamos de los Pelicans, que siguen en una pelea que tienen muy difícil ganar) con una plantilla con un talento lo suficientemente grande como para ello.

Los Clippers empezaron empanados, mejoraron ligeramente y se hundieron definitivamente tras el descanso. Fue el resumen de un partido en el que anotaron 24 y 26 puntos en el primer y el tercer periodo respectivamente, dos cuartos en los que recibieron la ignominiosa cifra de 36 y 43 puntos. En el inaugural, perdieron nueve balones y anotaron solo 2 triples de 8 intentos, mientras que permitieron a sus rivales lanzar por encima del 60% en tiros de campo y con un 50% en triples, además de repartir 12 asistencias y hacer gala de un juego colectivo espectacular. El tercero fue todavía peor para los angelinos: 31,8% en tiros de campo, 30,8% en triples, tres pérdidas y un -17 combinado de todos sus jugadores. En esos 12 minutos, los locales anotaron 17 de sus 22 intentos de lanzamiento, una cifra que dio buena muestra de la defensa estéril angelina y la apatía con la que saltaron a pista.

En total, los Pelicans repartieron 38 asistencias, tuvieron a cinco jugadores con cinco o más y lanzaron por encima del 65% en tiros de campo y del 46% en triples. Y sí, perdieron 18 balones por 12 de los angelinos, pero lo compensaron con un contraataque bien coordinado y una actuación formidable de lo que debería ser un big three pero es, todavía y de momento, un proyecto de futuro. Brandon Ingram (23), Lonzo Ball (20) y Zion Williamson (27) se combinaron para anotar 70 puntos y dejar tiritanto a sus rivales. Zion en particular convirtió 13 de 16 en tiros de campo, siendo la representación del buen hacer de su equipo desde el lanzamiento durante todo el choque. Mientras que Kira Lewis Jr. y Jaxson Hayes también pasaron de la decena. Los Pelicans practicaron un baloncesto que gusta mucho a su entrenador, Stan Van Gundy, un hombre con mucha clase pero que todavía no ha podido desarrollar al máximo el juego de su equipo: rebotes, contraataque, minimización de errores en el tiro, triples liberados y excelentes momentos defensivos, sobre todo en los cuartos impares, donde se sentenció el encuentro.

Y mientras tanto, los Clippers tienen que mejorar. Kawhi Leonard, muy poco dado a los grandes alardes ni a ejercer el liderato de una manera que no sea en silencio, ha dicho en la conclusión que está "muy preocupado". "Si queremos tener alguna oportunidad debemos ser consistentes. Los grandes equipos son consistentes". El alero finalizó con una muy buena serie de tiro (9 de 13) y 23 puntos, pero nada pudo hacer ante un rival que fue todo el partido por delante y rozaba la treintenta de ventaja al inicio del último cuarto (110-83). Kawhi tuvo un -26 en pista por el -24 de Paul George, de nuevo desaparecido y con apenas 15 puntos, merced a un 5 de 14 en tiros de campo y un peor 1 de 8 en triples. Y Serge Ibaka, en apenas ocho minutos, ni anotó. Solo Reggie Jackson (18) y Luke Kennard (15) aportaron algo de luz a un equipo que suma cuatro derrotas en los últimos cinco partidos y que venía de ganar a los Warriors en el debut post All Star. Pero el que, al igual que el año pasado, no termina de convencer a estas alturas, cuando nos aproximamos a la recta final de la fase regular y no han avanzado de la vitola de candidatos a favoritos, con un juego que ha convencido solo a ratos y derrotas inexplicables, como esta. Los Clippers siguen ahí, sí. Pero si quieren ganar, necesitan más. Mucho más.