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¿Te acuerdas? Mitos de la NBA sin sus camisetas de leyenda

Michael Jordan construyó un legado en los Bulls, pero su camino no terminó allí. Tampoco el de Olajuwon en los Rockets o el de Shaquille en los Lakers. Hubo más…

Equipos: New York Knicks (1985-2000), Seattle SuperSonics (2000-2001) y Orlando Magic (2001-2002). Promedios en su carrera: 21 puntos, 9,8 rebotes y 2,4 tapones. En el Madison Square Garden, su 33 ondea con vientos muy distintos a los que tastó. En sus quince temporadas en la Gran Manzana, la franquicia disputó trece veces la fase final de la NBA. Desde entonces, lo ha hecho en cinco ocasiones. Los Rockets de Olajuwon, en 1994, y el primer anillo de la era Popovich, en 1999, en unas Finales sin minutos por lesión, negaron la culminación epopéyica a una trayectoria legendaria. Recuperó la grandeza de Willis Red o Walt Frazier, pero chocó, más allá de sus verdugos definitivos, con la tiranía Jordan. Una y otra vez. Jugó 1039 partidos vestido de blanco, o azul, y naranja; pero, aunque aparezcan difusos, no fueron los únicos colores que le acompañaron. 79 partidos con Seattle Supersonics y 65 con Orlando Magic dieron las últimas pinceladas a una obra que, desde 2008, se encuentra en el ‘museo’ Hall of Fame.
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Patrick Ewing con la camiseta de Orlando

Equipos: New York Knicks (1985-2000), Seattle SuperSonics (2000-2001) y Orlando Magic (2001-2002). Promedios en su carrera: 21 puntos, 9,8 rebotes y 2,4 tapones. En el Madison Square Garden, su 33 ondea con vientos muy distintos a los que tastó. En sus quince temporadas en la Gran Manzana, la franquicia disputó trece veces la fase final de la NBA. Desde entonces, lo ha hecho en cinco ocasiones. Los Rockets de Olajuwon, en 1994, y el primer anillo de la era Popovich, en 1999, en unas Finales sin minutos por lesión, negaron la culminación epopéyica a una trayectoria legendaria. Recuperó la grandeza de Willis Red o Walt Frazier, pero chocó, más allá de sus verdugos definitivos, con la tiranía Jordan. Una y otra vez. Jugó 1039 partidos vestido de blanco, o azul, y naranja; pero, aunque aparezcan difusos, no fueron los únicos colores que le acompañaron. 79 partidos con Seattle Supersonics y 65 con Orlando Magic dieron las últimas pinceladas a una obra que, desde 2008, se encuentra en el ‘museo’ Hall of Fame.

FOTO:Fernando MedinaGetty Images
Equipos: Utah Jazz (1985-2003) y Los Ángeles Lakers (2003-2004). Promedios en su carrera: 25 puntos, 10,1 rebotes y 3,6 asistencias. Dieciocho años estuvo El Cartero en la que fue su casa baloncestística: Salt Lake City. Tras cumplir la ‘mayoría de edad’, se mudó a Los Ángeles, en el último intento de conseguir un anillo que se le escapó dos veces seguidas: en el 98 y en el 99, con la instantánea de Michael Jordan ante Byron Russell como martirio. Junto a Kobe Bryant, Shaquille O’Neal y Gary Payton, formó parte de un big four que, con un 1 a 4 en la serie, implosionó en las Finales ante los Pistons. En total, disputó 42 partidos de púrpura y oro, siendo el único curso de su carrera, además del de rookie, en el que no rebasó la línea de los veinte puntos (13,2). En Utah, bajo las órdenes de Frank Layden y, sobre todo, Jerry Sloan, disputó los playoffs en todas sus temporadas, logró dos MVP (el único jugador de la franquicia con el reconocimiento), estuvo once temporadas consecutivas en el mejor quinteto de la competición e inscribió su nombre en la clasificación histórica de anotadores: con 36.928 puntos, sólo le supera Kareem Abdul-Jabbar.
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Karl Malone con la camiseta de los Lakers

Equipos: Utah Jazz (1985-2003) y Los Ángeles Lakers (2003-2004). Promedios en su carrera: 25 puntos, 10,1 rebotes y 3,6 asistencias. Dieciocho años estuvo El Cartero en la que fue su casa baloncestística: Salt Lake City. Tras cumplir la ‘mayoría de edad’, se mudó a Los Ángeles, en el último intento de conseguir un anillo que se le escapó dos veces seguidas: en el 98 y en el 99, con la instantánea de Michael Jordan ante Byron Russell como martirio. Junto a Kobe Bryant, Shaquille O’Neal y Gary Payton, formó parte de un big four que, con un 1 a 4 en la serie, implosionó en las Finales ante los Pistons. En total, disputó 42 partidos de púrpura y oro, siendo el único curso de su carrera, además del de rookie, en el que no rebasó la línea de los veinte puntos (13,2). En Utah, bajo las órdenes de Frank Layden y, sobre todo, Jerry Sloan, disputó los playoffs en todas sus temporadas, logró dos MVP (el único jugador de la franquicia con el reconocimiento), estuvo once temporadas consecutivas en el mejor quinteto de la competición e inscribió su nombre en la clasificación histórica de anotadores: con 36.928 puntos, sólo le supera Kareem Abdul-Jabbar.

FOTO:Lisa BlumenfeldGetty Images
Equipos: Chicago Bulls (1984-1998) y Washington (2001-2003). Promedios en su carrera: 30,1 puntos, 6,2 rebotes y 5,3 asistencias. El debate sobre quién es el mejor jugador de siempre, como su propia descripción indica, es eterno. Hay tantas posibilidades como aficionados y tantos motivos para dudar como jugadores legendarios. Pero Michael siempre está: The G.O.A.T., His Airness, Air Jordan. Ahí radica su grandeza. Construyó un legado que, además de brillante en el ámbito deportivo, tuvo una narrativa de película: reinó, se marchó y volvió reinando. Como tal, ha sido más que inmortalizada. Documentales y literatura a borbotones que, a día de hoy, hacen complicado olvidar alguna de sus deidades. Su parte más terrenal es la única que, a lo mejor, termina cogiendo polvo. Después de tres años de inactividad, dos últimas temporadas en Washington, sin playoffs pero siendo All Star a sus 39 años, pusieron el punto y final a su trayectoria. Que no a su historia. “No estoy haciéndolo ni por dinero ni por gloria, sino porque verdaderamente amo este deporte. Es lo mejor de mi vida", declaró en su segundo, y último, regreso al baloncesto.
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Michael Jordan con la camiseta de Washington

Equipos: Chicago Bulls (1984-1998) y Washington (2001-2003). Promedios en su carrera: 30,1 puntos, 6,2 rebotes y 5,3 asistencias. El debate sobre quién es el mejor jugador de siempre, como su propia descripción indica, es eterno. Hay tantas posibilidades como aficionados y tantos motivos para dudar como jugadores legendarios. Pero Michael siempre está: The G.O.A.T., His Airness, Air Jordan. Ahí radica su grandeza. Construyó un legado que, además de brillante en el ámbito deportivo, tuvo una narrativa de película: reinó, se marchó y volvió reinando. Como tal, ha sido más que inmortalizada. Documentales y literatura a borbotones que, a día de hoy, hacen complicado olvidar alguna de sus deidades. Su parte más terrenal es la única que, a lo mejor, termina cogiendo polvo. Después de tres años de inactividad, dos últimas temporadas en Washington, sin playoffs pero siendo All Star a sus 39 años, pusieron el punto y final a su trayectoria. Que no a su historia. “No estoy haciéndolo ni por dinero ni por gloria, sino porque verdaderamente amo este deporte. Es lo mejor de mi vida", declaró en su segundo, y último, regreso al baloncesto.

FOTO:Doug PensingerNBAE/Getty Images
Equipos: Houston Rockets (1984-2001) y Toronto Raptors (2001-2002). Promedios en su carrera: 21,8 puntos, 11,1 rebotes y 3,1 tapones. Derecha, izquierda y gancho. Tres sencillos pasos que, durante casi dos décadas, atormentaron a cualquiera que osara retar a Olajuwon en la pintura. Dream shake, lo llamaron en Estados Unidos: el bailarín de claqué, le bautizó Andrés Montes. Fue número uno en el lujoso draft de Michael Jordan y reinó en su ausencia. En los anhelos añejos quedará, además, la posibilidad de que, fruto de las enrevesadas negociaciones con picks, terminaran jugando juntos en Houston. Para fortuna de los Bulls, y del resto de la liga, no fue así; pero su trayectoria es, igualmente, una de las más emblemáticas de la NBA. Sus dos anillos, con sus correspondientes MVP de las Finales, son los únicos que figuran en el palmarés de los Rockets. Su dominio en Houston, complementado con el de Ralph Sampson, las torres gemelas, es escuela del baloncesto; pero lo intentó expandir a otros lares. 61 partidos en Toronto, con los peores promedios de su carrera, acogieron las últimas danzas de uno de los mejores pívots de la historia.
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Hakeem Olajuwon con la camiseta de los Raptors

Equipos: Houston Rockets (1984-2001) y Toronto Raptors (2001-2002). Promedios en su carrera: 21,8 puntos, 11,1 rebotes y 3,1 tapones. Derecha, izquierda y gancho. Tres sencillos pasos que, durante casi dos décadas, atormentaron a cualquiera que osara retar a Olajuwon en la pintura. Dream shake, lo llamaron en Estados Unidos: el bailarín de claqué, le bautizó Andrés Montes. Fue número uno en el lujoso draft de Michael Jordan y reinó en su ausencia. En los anhelos añejos quedará, además, la posibilidad de que, fruto de las enrevesadas negociaciones con picks, terminaran jugando juntos en Houston. Para fortuna de los Bulls, y del resto de la liga, no fue así; pero su trayectoria es, igualmente, una de las más emblemáticas de la NBA. Sus dos anillos, con sus correspondientes MVP de las Finales, son los únicos que figuran en el palmarés de los Rockets. Su dominio en Houston, complementado con el de Ralph Sampson, las torres gemelas, es escuela del baloncesto; pero lo intentó expandir a otros lares. 61 partidos en Toronto, con los peores promedios de su carrera, acogieron las últimas danzas de uno de los mejores pívots de la historia.

FOTO:Steve RussellToronto Star via Getty Images
Equipos: Chicago Bulls (1987-1998 y 2003-2004), Houston Rockets (1998-1999) y Portland Trail Blazers (1999-2003). Promedios en su carrera: 16,1 puntos, 6,4 rebotes y 5,2 asistencias. Fue mucho más que el escudero de Jordan; pero, seguramente, eso sea lo que marque los recuerdos del gran público (aún más, después de The Last Dance) y lo que haga muy complicado visualizarle con otras camisetas. Como el resto de Chicago Bulls, no se libró de la revolución que tenía preparada Jerry Krause tras el segundo three-peat. Llegó a los Rockets, un destino de lo más apetecible con Olajuwon y Charles Barkley esperando; pero no engrasó. “Es demasiado egoísta y le falta voluntad para ganar algo”, dijo sobre el segundo. Tras solamente 50 partidos, pidió el traspaso. “Pippen es un traidor y un inseguro”, respondería Barkley tras su marcha. Cuatro temporadas en Portland Trail Blazers, con playoffs en todas ellas, escribieron el penúltimo capítulo de su paso por la NBA (luego, llegarían Finlandia y Suecia). El epílogo, tomaría forma de regreso a Chicago. Un cierre circular, más si cabe con su último enfrentamiento contra los Blazers, que quedó tristemente lastrado por su rodilla: sólo pudo disputar 23 partidos con una media de 17,9 minutos.
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Scottie Pippen con la camiseta de los Rockets

Equipos: Chicago Bulls (1987-1998 y 2003-2004), Houston Rockets (1998-1999) y Portland Trail Blazers (1999-2003). Promedios en su carrera: 16,1 puntos, 6,4 rebotes y 5,2 asistencias. Fue mucho más que el escudero de Jordan; pero, seguramente, eso sea lo que marque los recuerdos del gran público (aún más, después de The Last Dance) y lo que haga muy complicado visualizarle con otras camisetas. Como el resto de Chicago Bulls, no se libró de la revolución que tenía preparada Jerry Krause tras el segundo three-peat. Llegó a los Rockets, un destino de lo más apetecible con Olajuwon y Charles Barkley esperando; pero no engrasó. “Es demasiado egoísta y le falta voluntad para ganar algo”, dijo sobre el segundo. Tras solamente 50 partidos, pidió el traspaso. “Pippen es un traidor y un inseguro”, respondería Barkley tras su marcha. Cuatro temporadas en Portland Trail Blazers, con playoffs en todas ellas, escribieron el penúltimo capítulo de su paso por la NBA (luego, llegarían Finlandia y Suecia). El epílogo, tomaría forma de regreso a Chicago. Un cierre circular, más si cabe con su último enfrentamiento contra los Blazers, que quedó tristemente lastrado por su rodilla: sólo pudo disputar 23 partidos con una media de 17,9 minutos.

FOTO:The Sporting NewsSporting News via Getty Images
Equipos: Detroit Pistons (1986-1993), San Antonio Spurs (1993-1995), Chicago Bulls (1995-1998), Los Ángeles Lakers (1998-1999) y Dallas Mavericks (1999-2000). Promedios en su carrera: 7,3 puntos, 14,3 rebotes y 1,2 asistencias. Como en el caso de Pippen, la gloriosa sombra de Jordan y su reciente documental le han vestido de rojo en el imaginario colectivo. Sus siete temporadas anteriores, sin embargo, son igualmente imborrables: dos anillos con los Bad Boys, sus dos All Star y seis formaciones seguidas en el mejor quinteto defensivo de la competición. La impredecible historia de Dennis Rodman se empieza escribiendo en Detroit, se agranda en la propia capital automotriz y se hace eterna en Chicago; pero no termina ahí. Entre un equipo y el otro, compartió trinchera con un David Robinson aún sin anillos, pero en su mejor temporada estadística. Tras ser parte clave del segundo three-peat de los Bulls, emprendió dos breves aventuras. La primera, en los Lakers, al lado de Saquille y Kobe Bryant; la segunda, en Dallas, con Steve Nash y un Nowitzki en plena explosión. En el primer caso, disputó 23 partidos; en el segundo, 12. "Pienso que fue justificado. Cuando un tipo se presenta constantemente tarde...", declaró Kobe cuando Rodman fue cortado. "Nunca quiso ser un Maverick", Nash, tras un dejà vú en Dallas.
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Dennis Rodman con la camiseta de Dallas

Equipos: Detroit Pistons (1986-1993), San Antonio Spurs (1993-1995), Chicago Bulls (1995-1998), Los Ángeles Lakers (1998-1999) y Dallas Mavericks (1999-2000). Promedios en su carrera: 7,3 puntos, 14,3 rebotes y 1,2 asistencias. Como en el caso de Pippen, la gloriosa sombra de Jordan y su reciente documental le han vestido de rojo en el imaginario colectivo. Sus siete temporadas anteriores, sin embargo, son igualmente imborrables: dos anillos con los Bad Boys, sus dos All Star y seis formaciones seguidas en el mejor quinteto defensivo de la competición. La impredecible historia de Dennis Rodman se empieza escribiendo en Detroit, se agranda en la propia capital automotriz y se hace eterna en Chicago; pero no termina ahí. Entre un equipo y el otro, compartió trinchera con un David Robinson aún sin anillos, pero en su mejor temporada estadística. Tras ser parte clave del segundo three-peat de los Bulls, emprendió dos breves aventuras. La primera, en los Lakers, al lado de Saquille y Kobe Bryant; la segunda, en Dallas, con Steve Nash y un Nowitzki en plena explosión. En el primer caso, disputó 23 partidos; en el segundo, 12. "Pienso que fue justificado. Cuando un tipo se presenta constantemente tarde...", declaró Kobe cuando Rodman fue cortado. "Nunca quiso ser un Maverick", Nash, tras un dejà vú en Dallas.

FOTO:Otto Greule JrGetty Images
Equipos: Philadelphia 76ers (1996-2006 y 2009-2010), Denver Nuggets (2006-2009), Memphis Grizzlies (2009-2010). Promedios en su carrera: 26,7 puntos, 6,6 rebotes y 2,2 asistencias. El MVP con menos centímetros de la historia. Pequeña muestra de lo especial que era The Answer. Revolucionario dentro y fuera de las pistas: su manejo del balón cambió, a muchos, la forma de entender el baloncesto y su forma de vestir llevó a la NBA a imponer un código de vestimenta. Las últimas Finales de los Sixers aún cuentan con sus 48 puntos ante los Lakers de Shaquille y Kobe, en 2001. En Philadelphia, donde cuelga su número 3, fue All Star en nueve ocasiones.  Dos de ellas, con un paso fugaz por Detroit y Memphis: 54 partidos en los Pistons… y tres en los Grizzlies. "No tengo ningún problema con mi lesión, pero sí con estar tanto tiempo sentado en el banquillo", había declarado tras el primero de los últimos encuentros. Antes de sus fugaces escapadas, y de terminar con 25 partidos extra en la franquicia de su vida, también disputó dos temporadas… y tres partidos en Denver Nuggets, donde sumó sus otras dos participaciones en el partido de las estrellas.
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Allen Iverson con la camiseta de Memphis

Equipos: Philadelphia 76ers (1996-2006 y 2009-2010), Denver Nuggets (2006-2009), Memphis Grizzlies (2009-2010). Promedios en su carrera: 26,7 puntos, 6,6 rebotes y 2,2 asistencias. El MVP con menos centímetros de la historia. Pequeña muestra de lo especial que era The Answer. Revolucionario dentro y fuera de las pistas: su manejo del balón cambió, a muchos, la forma de entender el baloncesto y su forma de vestir llevó a la NBA a imponer un código de vestimenta. Las últimas Finales de los Sixers aún cuentan con sus 48 puntos ante los Lakers de Shaquille y Kobe, en 2001. En Philadelphia, donde cuelga su número 3, fue All Star en nueve ocasiones. Dos de ellas, con un paso fugaz por Detroit y Memphis: 54 partidos en los Pistons… y tres en los Grizzlies. "No tengo ningún problema con mi lesión, pero sí con estar tanto tiempo sentado en el banquillo", había declarado tras el primero de los últimos encuentros. Antes de sus fugaces escapadas, y de terminar con 25 partidos extra en la franquicia de su vida, también disputó dos temporadas… y tres partidos en Denver Nuggets, donde sumó sus otras dos participaciones en el partido de las estrellas.

FOTO:STEPHEN DUNNAFP
Equipos: Seattle SuperSonics (2007-2008), Oklahoma City Thunder (2008-2016), Golden State Warriors (2016-2019) y Brooklyn Nets (2019-2021). Promedios en su carrera: 27,1 puntos, 7,1 rebotes y 4,1 asistencias. Será recordado con (casi) todas sus pieles en la NBA. En Oklahoma, acarició la gloria. En los Warriors, la alcanzó por partida doble. Ahora, en Brooklyn, en un reencuentro repleto de talento, la vuelve a perseguir junto a Harden y, además, Kyrie Irving. A sus 32 años, y tras estar 552 días alejado de las pistas, sigue siendo uno de los principales adalides de la nueva era. MVP en 2014, arrancó su andadura en la mejor liga del mundo con el estatus de mejor novato del año. Lo hizo, además, en un contexto poco proclive: su franquicia, los SuperSonics, con 20 victorias y 62 derrotas, terminaría la temporada siendo el peor equipo de la competición. Los malos resultados deportivos, junto a la inestabilidad económica, pusieron un punto y aparte, casi final. De Seattle se mudaron a Oklahoma en una revolución que les rebautizó y se llevó por delante prácticamente todo lo anterior. Entre ello, su camiseta, la primera de Durant en la NBA. La única que puede quedar caduca en la memoria.
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Kevin Durant con la camiseta de los SuperSonics

Equipos: Seattle SuperSonics (2007-2008), Oklahoma City Thunder (2008-2016), Golden State Warriors (2016-2019) y Brooklyn Nets (2019-2021). Promedios en su carrera: 27,1 puntos, 7,1 rebotes y 4,1 asistencias. Será recordado con (casi) todas sus pieles en la NBA. En Oklahoma, acarició la gloria. En los Warriors, la alcanzó por partida doble. Ahora, en Brooklyn, en un reencuentro repleto de talento, la vuelve a perseguir junto a Harden y, además, Kyrie Irving. A sus 32 años, y tras estar 552 días alejado de las pistas, sigue siendo uno de los principales adalides de la nueva era. MVP en 2014, arrancó su andadura en la mejor liga del mundo con el estatus de mejor novato del año. Lo hizo, además, en un contexto poco proclive: su franquicia, los SuperSonics, con 20 victorias y 62 derrotas, terminaría la temporada siendo el peor equipo de la competición. Los malos resultados deportivos, junto a la inestabilidad económica, pusieron un punto y aparte, casi final. De Seattle se mudaron a Oklahoma en una revolución que les rebautizó y se llevó por delante prácticamente todo lo anterior. Entre ello, su camiseta, la primera de Durant en la NBA. La única que puede quedar caduca en la memoria.

FOTO:Terrence VaccaroAFP
Equipos: Atlanta Hawks (1982-1994), Los Ángeles Clippers (1993-1994), Boston Celtics (1994-1995), San Antonio Spurs (1996-1997) y Orlando Magic (1998-1999). Promedios en su carrera: 24,8 puntos, 6,7 rebotes y 2,5 asistencias. El máximo anotar de la historia de los Hawks (23.292) y su jugador con más partidos disputados (882). Llegó a Atlanta sin ser su elección en el draft, pero se quedó durante once temporadas y media: Utah Jazz le había elegido en tercera posición y le cambió, debido a motivos económicos, por John Drew, Freeman Williams y una compensación. Error histórico. En la ciudad de los halcones, consiguió disputar nueve veces los playoffs, aunque sin rebasar las semifinales de Conferencia en ninguna ocasión. Homólogamente, sumaría nueve participaciones en el All Star y dos victorias en el concurso de mates, protagonizando, frente a Michael Jordan, una de las mayores exhibiciones de la historia del certamen. Después, su carrera tomaría derroteros insospechados. Viajó hasta Grecia para jugar en el Panathinaikos y a Italia para hacerlo con el Bolonia. Intercaló Europa con Estados Unidos y terminó su carrera con 27 partidos en Orlando. La de los Celtics, la de los Clippers y la de unos débiles Spurs, con la mirada puesta en Tim Duncan, fueron sus otras camisetas en el país de las oportunidades.
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Dominique Wilkins con la camiseta de los Clippers

Equipos: Atlanta Hawks (1982-1994), Los Ángeles Clippers (1993-1994), Boston Celtics (1994-1995), San Antonio Spurs (1996-1997) y Orlando Magic (1998-1999). Promedios en su carrera: 24,8 puntos, 6,7 rebotes y 2,5 asistencias. El máximo anotar de la historia de los Hawks (23.292) y su jugador con más partidos disputados (882). Llegó a Atlanta sin ser su elección en el draft, pero se quedó durante once temporadas y media: Utah Jazz le había elegido en tercera posición y le cambió, debido a motivos económicos, por John Drew, Freeman Williams y una compensación. Error histórico. En la ciudad de los halcones, consiguió disputar nueve veces los playoffs, aunque sin rebasar las semifinales de Conferencia en ninguna ocasión. Homólogamente, sumaría nueve participaciones en el All Star y dos victorias en el concurso de mates, protagonizando, frente a Michael Jordan, una de las mayores exhibiciones de la historia del certamen. Después, su carrera tomaría derroteros insospechados. Viajó hasta Grecia para jugar en el Panathinaikos y a Italia para hacerlo con el Bolonia. Intercaló Europa con Estados Unidos y terminó su carrera con 27 partidos en Orlando. La de los Celtics, la de los Clippers y la de unos débiles Spurs, con la mirada puesta en Tim Duncan, fueron sus otras camisetas en el país de las oportunidades.

FOTO:Andrew D. BernsteinGetty Images
Equipos: Golden State Warriors (1976-1980), Boston Celtics (1980-1994), Charlotte Hornets (1994-1997) y Chicago Bulls (1996-1997). Promedios en su carrera: 14,5 puntos, 9,1 rebotes y 1,5 tapones. El jugador con más partidos en la historia de la NBA. En total, 1611. De ellos, 1106 se reparten en las 14 temporadas que vistió el verde de Boston. Al llegar, se encontró a un Bird sophomore que, lejos de la timidez juvenil, le dejó las cosas bien claras: “Será mejor que espabiles”, le espetó nada más aterrizar. Tenía la difícil tarea de sustituir a Dave Cowens, dos veces campeón y ocho veces All Star, y terminó con nueve participaciones en el partido de las estrellas y tres anillos. Atrás, dejaba cuatro temporadas en los Warrios que él mismo definió como una “cárcel” y, después, acabó añadiendo a su larga suma dos temporadas en los Hornets y 43 partidos en los Bulls. Siempre con su ‘00’ en la camiseta, claro. Jugó con Larry y con Jordan, con quien sumó su cuarto anillo particular, siendo el jugador más viejo de la historia en lucirlo. En su breve paso por Chicago, también le dio tiempo a desavenirse con Michael y su forma de liderar: “Le dije que yo no estaba enamorado de él como esos otros chicos. Yo también tenía mis anillos", declaró posteriormente. “El jefe”, le apodaban.
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Robert Parish con la camiseta de los Bulls

Equipos: Golden State Warriors (1976-1980), Boston Celtics (1980-1994), Charlotte Hornets (1994-1997) y Chicago Bulls (1996-1997). Promedios en su carrera: 14,5 puntos, 9,1 rebotes y 1,5 tapones. El jugador con más partidos en la historia de la NBA. En total, 1611. De ellos, 1106 se reparten en las 14 temporadas que vistió el verde de Boston. Al llegar, se encontró a un Bird sophomore que, lejos de la timidez juvenil, le dejó las cosas bien claras: “Será mejor que espabiles”, le espetó nada más aterrizar. Tenía la difícil tarea de sustituir a Dave Cowens, dos veces campeón y ocho veces All Star, y terminó con nueve participaciones en el partido de las estrellas y tres anillos. Atrás, dejaba cuatro temporadas en los Warrios que él mismo definió como una “cárcel” y, después, acabó añadiendo a su larga suma dos temporadas en los Hornets y 43 partidos en los Bulls. Siempre con su ‘00’ en la camiseta, claro. Jugó con Larry y con Jordan, con quien sumó su cuarto anillo particular, siendo el jugador más viejo de la historia en lucirlo. En su breve paso por Chicago, también le dio tiempo a desavenirse con Michael y su forma de liderar: “Le dije que yo no estaba enamorado de él como esos otros chicos. Yo también tenía mis anillos", declaró posteriormente. “El jefe”, le apodaban.

Equipos: Seattle Supersonics (1990-2003), Milwaukee Bucks (2002-2003), Los Ángeles Lakers (2002-2003), Boston Celtics (2004-2005) y Miami Heat (2005-2007). Promedios en su carrera: 16,3 puntos, 3,9 rebotes y 6,7 asistencias. Otro Hall of Fame. Jugó en las dos franquicias más laureadas de la historia, como otros 33 jugadores a lo largo de la historia, pero, a pesar de su magnitud como jugador, no consiguió alcanzar el hito de Clyde Lovellette y Rajon Rondo: conseguir el anillo con ambas. Ni mucho menos. De púrpura y oro, implosionó junto a Karl Malone en el big four, siendo parte de su inevitable lucha de egos; de verde, no pudo pasar de primera ronda. Tampoco pudo alcanzar la gloria en Seattle, donde curtió su leyenda a lo largo de doce temporadas y media: es el jugador con más partidos (999), más asistencias y más robos. Después de todo ello, se marchó a Milwaukee, a cambio de, entre otros, Ray Allen, para terminar jugando solamente 28 partidos. Dos temporadas en Miami, con anillo pero muy alejado de sus registros, pusieron el broche final a una carrera meteórica que cuesta imaginarse sin una camiseta verde… la de los SuperSonics, ahora Oklahoma City Thunder.
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Gary Payton con la camiseta de los Bucks

Equipos: Seattle Supersonics (1990-2003), Milwaukee Bucks (2002-2003), Los Ángeles Lakers (2002-2003), Boston Celtics (2004-2005) y Miami Heat (2005-2007). Promedios en su carrera: 16,3 puntos, 3,9 rebotes y 6,7 asistencias. Otro Hall of Fame. Jugó en las dos franquicias más laureadas de la historia, como otros 33 jugadores a lo largo de la historia, pero, a pesar de su magnitud como jugador, no consiguió alcanzar el hito de Clyde Lovellette y Rajon Rondo: conseguir el anillo con ambas. Ni mucho menos. De púrpura y oro, implosionó junto a Karl Malone en el big four, siendo parte de su inevitable lucha de egos; de verde, no pudo pasar de primera ronda. Tampoco pudo alcanzar la gloria en Seattle, donde curtió su leyenda a lo largo de doce temporadas y media: es el jugador con más partidos (999), más asistencias y más robos. Después de todo ello, se marchó a Milwaukee, a cambio de, entre otros, Ray Allen, para terminar jugando solamente 28 partidos. Dos temporadas en Miami, con anillo pero muy alejado de sus registros, pusieron el broche final a una carrera meteórica que cuesta imaginarse sin una camiseta verde… la de los SuperSonics, ahora Oklahoma City Thunder.

FOTO:STEVE DIPAOLAREUTERS
Equipos: Denver Nuggets (1991-1996), Atlanta Hawks (1996-2001), Philadelphia 76ers (2000-2002), New Jersey Nets (2002-2003), New York Knicks (2003-2004) y Houston Rockets (2004-2009). Promedios en su carrera: 9,8 puntos, 10,3 rebotes y 2,8 tapones. Dejó instantes eternos en varias ciudades. En Denver, siendo rookie del año y All Star al mismo tiempo, recordarán su imagen en el suelo, a lágrima viva, tras eliminar en primera ronda, inopinadamente, a los SupoerSonics del propio Payton y Shawn Kemp. Una serie de 6,2 tapones, de muchos “no en mi casa”, que no se proyectó más allá. Tras cinco temporadas en los Nuggets, se quedaría sin anillo. Tampoco lo lograría en Atlanta ni en Philadelphia, donde, junto a Iverson, formó parte de esas últimas Finales de la franquicia. Su imagen permanece en el seno de dichos equipos, pero también en el de los Rockets, donde siguió con la maldición tras los anillos de Olajuwon y dijo adiós a su carrera de la forma más trágica: rompiéndose la rodilla a sus 42 años. Antes, sin embargo, vistió dos camisetas efímeras: 25 partidos en New Jersey Nets y 65 en New York Knicks.
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Dikembe Mutombo con la camiseta de New Jersey Nets

Equipos: Denver Nuggets (1991-1996), Atlanta Hawks (1996-2001), Philadelphia 76ers (2000-2002), New Jersey Nets (2002-2003), New York Knicks (2003-2004) y Houston Rockets (2004-2009). Promedios en su carrera: 9,8 puntos, 10,3 rebotes y 2,8 tapones. Dejó instantes eternos en varias ciudades. En Denver, siendo rookie del año y All Star al mismo tiempo, recordarán su imagen en el suelo, a lágrima viva, tras eliminar en primera ronda, inopinadamente, a los SupoerSonics del propio Payton y Shawn Kemp. Una serie de 6,2 tapones, de muchos “no en mi casa”, que no se proyectó más allá. Tras cinco temporadas en los Nuggets, se quedaría sin anillo. Tampoco lo lograría en Atlanta ni en Philadelphia, donde, junto a Iverson, formó parte de esas últimas Finales de la franquicia. Su imagen permanece en el seno de dichos equipos, pero también en el de los Rockets, donde siguió con la maldición tras los anillos de Olajuwon y dijo adiós a su carrera de la forma más trágica: rompiéndose la rodilla a sus 42 años. Antes, sin embargo, vistió dos camisetas efímeras: 25 partidos en New Jersey Nets y 65 en New York Knicks.

FOTO:Noren TrotmanGetty Images
Equipos: Orlando Magic (1992-1996), Los Ángeles Lakers (1996-2004), Miami Heat (2004-2008), Phoenix Suns (2007-2008), Cleveland Cavaliers (2009-2010) y Boston Celtics (2010-2011). Promedios en su carrera: 32,7 puntos, 10,9 rebotes y 2,3 tapones. Nadie ha olvidado el paso de Shaquille O’Neal por la NBA. Es imposible. Su carrera tiene nombre, Los Ángeles Lakers, y apellidos, Orlando Magic y Miami Heat. A los segundos, junto a Penny Hardaway, los llevó a sus primeras Finales de la NBA. Tenía 22 años y promedió 29,3 puntos y 11,4 rebotes. Inverosímil. Con los primeros, la historia es de sobra conocida: un three-peat, junto a Kobe Bryant, que se rigió por sus reglas, sin paliativos. Por un ‘artículo 34’ que, para los rivales, era la peor de las condenas. En Miami, junto a Dwyane Wade (y Payton, recordemos), sumó su cuarto anillo. En dichas franquicias, conseguiría 14 de sus 15 All Star. El restante lo lograría ya en Phoenix. Una de las tres franquicias, junto a Cleveland Cavaliers y Boston Celtics, que cerrarían escuetamente su longeva carrera. Tras su lírica de púrpura y oro, el verde le quedó raro: bajo el mandato de Danny Ainge sólo jugó 37 partidos.
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Shaquille O’Neal con la camiseta de los Celtics

Equipos: Orlando Magic (1992-1996), Los Ángeles Lakers (1996-2004), Miami Heat (2004-2008), Phoenix Suns (2007-2008), Cleveland Cavaliers (2009-2010) y Boston Celtics (2010-2011). Promedios en su carrera: 32,7 puntos, 10,9 rebotes y 2,3 tapones. Nadie ha olvidado el paso de Shaquille O’Neal por la NBA. Es imposible. Su carrera tiene nombre, Los Ángeles Lakers, y apellidos, Orlando Magic y Miami Heat. A los segundos, junto a Penny Hardaway, los llevó a sus primeras Finales de la NBA. Tenía 22 años y promedió 29,3 puntos y 11,4 rebotes. Inverosímil. Con los primeros, la historia es de sobra conocida: un three-peat, junto a Kobe Bryant, que se rigió por sus reglas, sin paliativos. Por un ‘artículo 34’ que, para los rivales, era la peor de las condenas. En Miami, junto a Dwyane Wade (y Payton, recordemos), sumó su cuarto anillo. En dichas franquicias, conseguiría 14 de sus 15 All Star. El restante lo lograría ya en Phoenix. Una de las tres franquicias, junto a Cleveland Cavaliers y Boston Celtics, que cerrarían escuetamente su longeva carrera. Tras su lírica de púrpura y oro, el verde le quedó raro: bajo el mandato de Danny Ainge sólo jugó 37 partidos.

FOTO:MIKE CASSESEREUTERS
Los giros inesperados son muchos. Algunos, por recientes que sean, también pueden quedar atrás en la memoria; como la imagen de Tony Parker con la camiseta de Charlotte Hornets. O, incluso, la de Harden con Oklahoma. Otros, cuesta desempolvaros por su carácter extremadamente efímero, como el partido (así, en singular) de Rasheed Wallace en los Hawks, los 43 de Chris Webber en los Pistons, los 51 de Vince Carter en los Suns, los 29 de Grant Hill en los Clippers o los 18 de Alonzo Mouring en los Nets. Y claro, siempre están las grandes sagas que, irremediablemente, empequeñecen al resto de capítulos: el paso de Byron Scott por Indiana y Vancouver, el de Shawn Kemp por Cleveland, Portland y Orlando, el de Vlade Divac por New Orleans o el de Jason Kidd por los Knicks. Y sigue…
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Tony Parker con la camiseta de Charlotte

Los giros inesperados son muchos. Algunos, por recientes que sean, también pueden quedar atrás en la memoria; como la imagen de Tony Parker con la camiseta de Charlotte Hornets. O, incluso, la de Harden con Oklahoma. Otros, cuesta desempolvaros por su carácter extremadamente efímero, como el partido (así, en singular) de Rasheed Wallace en los Hawks, los 43 de Chris Webber en los Pistons, los 51 de Vince Carter en los Suns, los 29 de Grant Hill en los Clippers o los 18 de Alonzo Mouring en los Nets. Y claro, siempre están las grandes sagas que, irremediablemente, empequeñecen al resto de capítulos: el paso de Byron Scott por Indiana y Vancouver, el de Shawn Kemp por Cleveland, Portland y Orlando, el de Vlade Divac por New Orleans o el de Jason Kidd por los Knicks. Y sigue…

FOTO:MICHAEL REAVESAFP