Los Celtics están 12-10. Llegaron a estar 8-3 pero ahora alternan victorias de prestigio (como la sumada contra los Clippers) con un buen lote de derrotas en una gira por el Oeste que acaba en puerto de categoría especial: visita a Utah Jazz, el equipo más en forma de la NBA. Los Celtics (cuatro derrotas en seis partidos) han recibido el impacto del coronavirus (Jayson Tatum) y de las lesiones tradicionales (ahora están fuera Jaylen Brown y Marcus Smart). Y su rendimiento está siendo decepcionante, con la ventaja de que las cosas no están muy allá en el Este, así que ese 12-10 todavía les permite ser cuartos de Conferencia.

Más allá la mala suerte puntual, la plantilla tiene lagunas obvias para un equipo de máximas aspiraciones (finalista de Conferencia la pasada temporada). Falta profundidad y preocupa el rendimiento de jugadores como Jeff Teague, Tristan Thompson y Kemba Walker, llamado a ser una de las estrellas del equipo y que no encuentra su sitio ni, desde luego, el nivel que enseñó durante sus años en los Hornets. Kemba, frenado primero por una lesión de rodilla, no coge ritmo. Se quedó en un 4/20 en tiros en la derrota contra los Suns, incluido un 0/9 en lanzamientos de dos. Está en un 35,7% en tiros de campo y un 30,8% en triples. Un serio problema que el propio jugador ha analizado después de la derrota en Arizona. También Brad Stevens, que entonó el mea culpa y aseguró que tienen que lograr que Kemba tenga más espacios y más oportunidades de explotar sus virtudes en ataque.

Con el cierre de mercado fijado en esta temporada de la pandemia para el 25 de marzo, los rumores rodean (como a otros equipos) a los verdes. El propio Danny Ainge habló la semana pasada de lo que podría necesitar su equipo: “Diría que la mayor carencia es que no tenemos jugadores grandes y tiradores. Hay muchas formas de ganar en la NBA, pero diría que nos vendría bien más tiro, más capacidad de pase… y siempre necesitas defensa”. En Boston ya hacen cábalas. Parece muy difícil mirar a objetivos como Harrison Barnes o Davis Bertans, y la pregunta es si podrían estar más a tiro jugadores como Aaron Gordon, Terrence Ross o incluso PJ Tucker. Y mientras, el periodista Kevin O’Connor (The Ringer) echa más leña al fuego: “Varios ejecutivos de distintos equipos me han escrito para decirme que los Celtics andan metidos en algo”. Los Celtics, no hay que olvidarlo, tienen la masiva trade exception (más de 28 millones de dólares) que obtuvieron tras el sign and trade de Gordon Hayward.

Algunos creen que podrían incluso buscar un base dada la situación de Teague y Kemba, al que desde Yahoo se ha colocado ya en la jerarquía de los Celtics (palabras mayores, pero una muestra del delicado momento del cuatro veces all star) por detrás de Payton Pritchard, el base elegido con el número 26 en el último draft y que está siendo una de las notas más positivas de la temporada celtic. Todo lo que es ineficiencia en Kemba, es acierto en un Pritchard que roza el 50% en tiros y ronda el lujoso 50-40-90 (50% en tiros de campo, 40% en triples, 90% en tiros libres): ahora 49,5, 40,2 y 90. Además Carsen Edwards, al principio fuera de la rotación, está quitándole minutos a Teague.