NBA | CELTICS 95 - 96 LAKERS

Los Lakers despiertan a tiempo

Partido tosco, feo y lleno de fallos en un Garden que los Lakers conquistaron de milagro. Davis mejoró, pero desapareció al final. Kemba y Theis no concretaron para la victoria.

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Hacía 11 meses que Lakers y Celtics no se enfrentaban. Fue el 23 de febrero del año pasado, cuando los angelinos ganaron en el Staples y se vengaron de una dura derrota sufrida un mes antes, en el Garden, por 32 puntos de diferencia. Más de un año después, el equipo de Frank Vogel visitaba la pista del eterno rival para intentar rascar una victoria de una gira por el Este dispar, y olvidar los dos últimos partidos, que acabaron con naufragio en Philadelfia y, sobre todo, en Detroit, ante el colista de la Liga. Y los Lakers consiguieron esa victoria... una que en algún punto del partido parecía que ningún equipo quería y que acabaron sacando en una noche densa, espesa y un enfrentamiento tedioso y feo que, con muchos fallos, se decantó del lado angelino. Los Celtics, de hecho, tuvieron balón para ganar tras una pérdida visitante, una sumaron tras una concatenación de errores en los últimos 1:40 de partido, tiempo que se pasaron sin anotar mientras veían como Boston se acercaba de un 89-96 a un 95-96. Ni Kemba Walker concretó con el lanzamiento en suspensión, ni Daniel Theis con el rebote ofensivo. Y los Lakers prevalecieron.

La rivalidad por excelencia de la NBA no pasa por su mejor momento, sobre todo en cuanto a enfrentamientos por el título se refiere. No se enfrentan en las Finales desde el 2010, y desde 1987, solo lo hicieron, además, en 2008. A punto estuvieron los Celtics de colarse el año pasado en la eliminatoria definitiva, pero no pudieron con los Heat y se fueron a casa pensando en un verano lleno de posibilidades, pero en el que no han fichado (casi) nada, más allá de un Carsen Edwards que, vía draft, ha sido su mejor noticia. El rookie está lesionado y los Celtics, que empezaron volando, van 10-8, quintos del Este tras la marejada de contrincantes que optan al título (Sixers, Nets y Bucks) y los que no (los siempre seguros Pacers) y sin encontrar una regularidad que perdieron totalmente en los cinco partidos de ausencia de Jayson Tatum. El alero, líder supremo de la histórica franquicia, sumó 30 puntos ante los Lakers (lleva 26,5 de media), pero no consiguió llevar a su equipo a la victoria. Los Celtics intentan sacar adelante una temporada que está siendo rara para todo el mundo, pero especulan demasiado, no alargan sus momentos de mayor consistencia y especulan demasiado en ciertos partidos. La madurez se verá en playoffs, donde demostraran si tienen lo que se necesita para dar el paso definitivo para las Finales o se convierten en eternos aspirantes.

Los Lakers, por cierto, tampoco están para tirar cohetes. El Oeste, que lideraban hace unos días, está ahora comandado por unos Jazz en racha, a los que siguen los Clippers, ese rival que va in crescendo mientras mira de reojo a su hermano mayor y considera, analíticamente, que lo puede batir en unos playoffs en los que, este año, no esperan naufragar. El buen momento de los Clippers contrasta con el de los Lakers, que han ido de más a menos esta temporada. En ningún momento han pisado el acelerador, pero lo que antes ganaban por inercia ahora les cuesta en demasía, y la derrota ante Detroit es un síntoma del momento raro que vive el equipo. Anthony Davis ha mejorado en el Garden (27+14), pero no termina de arrancar y LeBron va y viene indistintamente sin mostrar signos de preocupación: ante los Celtics, 21 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias, una actuación discreta para lo que es él. La larga plantilla (Schröder, Kuzma y Harrell pasaron de los 10 tantos), ha permitido a los angelinos salir indemnes de situaciones ignominiosas, pero no parece que eso les vaya a servir todo el año. Aunque saben, claro, que lo importante llega en playoffs.

El partido no tuvo mucho más, y la mera estadística demuestra lo tedioso que fue: ningún equipo pasó del 50% en tiros de campo, del 30% en triples o del 70% en tiros libres. Y los Lakers perdieron 14 balones y los Celtics 15, siete de ellos en el último cuarto, en el que anotaron solo 17 puntos, su mínimo de la temporada. Los angelinos se recuperan de dos derrotas seguidas, suman su 30ª victoria seguida con el rival a menos de 100 puntos y respiran ante el eterno rival en el duelo 293 entre ambos equipos (161-132 para Boston). Jaylen Brown sumó 28 puntos y fue la referencia en ataque junto a Tatum, mientras que Marcus Smart se fue lesionado. Y Kemba fue un desastre que no funcionó en ningún momento de la noche (1 de 12 en tiros de campo y 0 de 5 en triples). Era, por cierto, la primera vez que se enfrentaban empatados en anillos (17), desde 1962. Este año, por responsabilidad histórica, es clave para los dos equipos: los verdes se la juegan ante su propia historia y pueden ver como son sobrepasados en la tabla de anillos por primera vez en mucho tiempo. Los Lakers, aspiran a liderarla. De momento, poco brillo y muchas expectativas para Lakers y Celltics, que intentan resolver sus propios problemas y avanzar en una temporada atípica que se resolverá, ya se sabe, al final.