La NBA ha vuelto a cambiar las reglas para prevenir el coronavirus e intentar salvar la temporada, que ya parece amenazada ante la mala situación de contagios y muertes en la que se sitúa Estados Unidos. Por ejemplo, no se podrá abrazar o mantener una conversación larga desde cerca con un jugador de un equipo contrario, limitado ello a un choque de puños o codos, o se restringirá la posibilidad de que los jugadores dejen sus casas u hoteles para actividades no relacionadas con el baloncesto. Todo ello por el bien de un calendario ya de por sí acortado y con muy pocas fechas libres para jugar partidos aplazados, que ya los hay. La opción de parar dos semanas la competición sigue sonando, pero se quiere evitar a toda costa por los mismos compromisos que llevaron a acabar la pasada campaña en octubre: los contratos.

En algunos sectores no han sentado bien estas actualizaciones. Uno de los que no se ha mordido la lengua ha sido George Hill, veterano jugador ahora en los Thunder. Esto es lo que dijo después de una derrota ante los Spurs:

"Queremos jugar a este deporte, pero no entiendo algunas de las reglas que nos han impuesto. Podemos sudar durante 48 minutos con un chico a nuestro lado durante 48 minutos, pero no podemos hablar con él después. No tiene sentido"

"Soy un hombre adulto. Voy a hacer lo que quiera hacer. Si quiero ir a ver a mi familia, voy a ir a ver a mi familia. No pueden decirme que tengo que quedarme en una habitación las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Si es tan serio, entonces tal vez no deberíamos estar jugando. Nadie cancela su vida por jugar"

No es la opinión de todos. En la otra costa está la postura de Marc Gasol, pívot de los Lakers, expresada después de una victoria ante los Rockets: 

"Entiendo que las reglas que están poniendo son para el mejor interés de todos. Por suerte, y toco madera, hemos sido muy afortunados por ahora"

"En lo referente a los partidos, estamos todos bastante bajo control porque todos tenemos a gente que se asegura de que sigamos los protocolos"