El Valencia aterrizó en Múnich con muchas dudas y regresa a casa con todavía más incógnitas en su juego. El Valencia de hace unas semanas se habría llevado este partido pero por primera vez en este curso, las malas sensaciones de la Liga Endesa se trasladaron a la Euroliga. Porque el Valencia compitió hasta el último minuto. Pero lo hizo sin convicción. O bien sin fuerzas.

Un ex, Vlado Lucic, fue el ejecutor de los taronjas. Su planilla brilla con luz propia (22 puntos, 7 rebotes y 35 de valoración) pero sus dos acciones en el tramo final, un robo con mate posterior un triplazo, le dieron el triunfo a su equipo y realzan su actuación individual. Tampoco pudo contener el Valencia a Johnson (17 puntos y 8 rebotes)n en el primer tiempo y Zipser (20 puntos), en el segundo.

Como nota positiva, Ponsarnau al menos presenció una clara mejoría de Prepelic, cada vez más acoplado y aportando cosas pese a que en su especialidad no dejó una buena estadística (3 de 9 en triples). Aún así firmó 18 puntos y 5 asistencias, en uno de sus partidos más entonados desde que está en Valencia.

Ponsarnau sorprendió con Pradilla en el quinteto y el ala-pívot respondió con una mezcla de templanza y desparpajo que lanzó a su equipo en el marcador, de entrada. Dos buenas acciones del maño y un triple de Prepelic pusieron un 2-9 de inicio que hizo pensar al Bayern. Sin embargo, los alemanes sacaron el rodillo, a la vez que se atascó el Valencia. El parcial llegó al 16-2 con Johnson y Lucic como estiletes (18-11, min 7). Ahí apareció San Emeterio, que se llevó el duelo a su ritmo y recortó con cinco puntos seguidos. Hermannsson, con una gran entrada a canasta puso el 21-18 al fin del primer acto.

El Valencia sabía a lo que venía a Munich. El partido iba a ser muy físico. Quizás lo que no se esperaban era que Jajuan Jonhson se convirtiera en el MVP bávaro. Hasta los 15 puntos y 7 rebotes (4 de ellos ofensivos) llegó el ex de los Celtics en sólo dos cuartos. Abusó de Puerto. De él y del rebote ofensivo (lo dijo San Emeterio en la previa) vivía el equipo de Trinchieri ante un Valencia que poco a poco, pese a ser un partido muy trabado, se iba entonando. Un triple y dos libres de Prepelic le dieron un colchoncito a los taronjas (35-39, min. 19). Johnson, de nuevo, lo dejó en la mínima al descanso (37-39).

Lucic salió del vestuario con ganas de demostrar su mejora dese que abandonó Valencia. Un triple y una canasta plenas de calidad pusieron las tablas pero Dubljevic aún no había aparecido en el partido. Dos canastas suyas le dieron el testigo a Prepelic (46-51, min. 23). Parecía que el Bayern estaba atascado y el Valencia tenía a tiro dar un tirón. Pero fue todo lo contrario. Apoyados en la inspiración de Zipser (metió incluso un 3+1) se marcaron un parcial de 15-4 que le dieron la vuelta al marcador y a las sensaciones (61-55, min. 26). Tocaba volver a remar. Y lo hizo el Valencia a base de tiros libres y de apretar clavijas atrás hasta llegar sólo dos por debajo al último periodo (62-60).

Fue un último cuarto tan atrancado como el resto del duelo. O más. Cada canasta costaba sudor y lágrimas a pesar de que San Emeterio, de entrada, puso el 62-62. No se encontró nunca en cancha el Valencia. Pese a que un parcial de 2-7, con una bandeja de Vives, puso el 76-76 a falta de 3 minutos. Tras un triple de Zipser y dos libres de Prepelic (79-78) llegó el momento clave. Faltaban poco menos de dos minutos y el Valencia hizo una gran defensa pero incomprensiblemente Kalinic intentó un pase imposible, en la salida del ataque, que acabó en falta de Vives. Sisko anotó y a continuación Lucic se la robó a Dubljevic y metió un mate a la contra. El serbio redondeó su venganza con un triple que acabó de matar a su ex equipo.