Un Madrid agónico
Los blancos vuelven a ganar en el Palacio tras encestar Campazzo un tiro libre a falta de dos segundos. Laso se jugó los últimos minutos sin Llull ni Rudy ni Carroll. Thompkins, 20 puntos.
La agonía acompaña a un Madrid en un mar de dudas. Ha recuperado a sus lesionados pero no se encuentra. Tiene a todas las piezas claves disponibles, aunque varias de ellas desubicadas. Laprovittola se quedó fuera de la convocatoria y Carroll no saltó a la pista (tampoco Reyes), sí lo hicieron Llull y Rudy en la que quizá sea su actuación conjunta más desacertada cara al aro (0 de 13 en tiros de campo y -11 de valoración).
El Baskonia alcanzó un final en el alambre muy bien colocado, pese a sus 19 pérdidas, para dar el segundo zarpazo en el Palacio en 16 días. En el primero venció a más de 90 puntos, en este cayó en un pulso a 70 con Shengelia, Shields y Christon en una labor abnegada. Campazzo (11 asistencias) y Thompkins (20 tantos) evitaron otra herida, la cuarta derrota seguida en casa, y dieron un respiro a la afición blanca. Les echó una mano Stauskas, directa al cuello de su propio equipo. Y es que con empate a 69 cometió personal sobre el Facu cuando restaban 2,9 segundos y el balón andaba a más de 20 metros del aro. El base argentino embocó el primer tiro libre, lanzó el segundo a fallar y saltó rápido a obstaculizar el intento a la desesperada de Shengelia. Un tres en uno que da una tregua de 48 horas a los de Laso, hasta el jueves en Berlín, donde espera Aíto.
La Copa, el primer hito de la temporada, está a una semana vista y el Madrid se acerca a Málaga a gran velocidad sin el control del vehículo. El tradicional bache de diciembre le ha llegado un mes más tarde, lo que le genera mucha incertidumbre. Arrancó bien ante el Baskonia, centrado y con las ideas claras en ataque. Abría el campo y movía el balón, buscaba a Randolph en acciones de dos puntos cada vez que la defensa vitoriana le emparejaba con el base Christon por la decisión de Dusko Ivanovic de cambiar el par tras el bloqueo. El acierto de Janning y la pujanza de Shengelia nivelaron la balanza mientras la frescura local desaparecía. El Real se atascó en dos ataque seguidos con Campazzo agotando la posesión y en el segundo cuarto ejerció de remolque, siempre por detrás. Sergi García y Shields daban brío a los azulgrana y el 6 de 10 de tres al descanso les daba la ventaja en el marcador: 32-38.
En la reanudación, llegaron en cascadas los mejores minutos del Real, los más esperanzadores, los únicos brillantes en realidad. Buena defensa con Campazzo, Taylor, Deck, Randolph y Tavares en cancha. El Facu conectaba con todos a la carrera y con Tavares bajo el aro. Corría él y corría Deck: 49-44. Un relámpago de lucidez que desapareció rápido, quedaba el trueno baskonista, Semaj Christon, que cortó la defensa blanca como cuchillo caliente en mantequilla blandengue con tres canastas seguidas: 57-60. Entre un ansioso Llull ("Volverá", dice su técnico) y un tocado Rudy iban por -13 de valoración. Su equipo estaba contra las cuerdas y Laso decidió afrontar el desenlace sin ellos. Y también sin Carroll, territorio inexplorado en esta era.
Lo ganaron Campazzo y Thompkins, y la defensa. Y también el rebote de ataque: 16 en total (cuatro seguidos en el último minuto) que compensaron el 6 de 26 en triples. El argentino echó por faltas a Christon a falta de 4:55 y luego decidió con sus pases, un par de sus 11 asistencias fueron entonces para Trey, 8 puntos en ese tramo, y el base añadió otros cinco tantos, incluido el tiro libre ganador a dos segundos de la bocina. Un triunfo agónico, el de un Madrid tocado pero siempre luchador.